W- Con o sin anillo, hubiese dicho que sí.
Dije a la vez que le daba un pequeño beso.
S- ¿No crees que es muy rápido? Aun tienes que acabar la universidad, igual conoces a alguien más...
Negué con la cabeza y extendí mi mano.
W- Te quiero. Eso es lo único que importa.
Él sonrió y cogió mi mano poniéndome el anillo.
S- Te quiero.
Sonreí radiante y poco a poco nos fuimos acercando hasta que nuestros labios se encontraron, creando un beso inolvidable.
W- Estaremos bien, ¿verdad?
Samuel me miró sonriente y asintió dándome otro pequeño beso.
S- Estaremos bien.
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Cinco años después
W- ¡Claudia! ¿Dónde te has metido?
Dije mientras me recorría la casa de arriba a abajo por tercera vez.
W-...Sal ya Clau, no me hagas repetirlo.
Dije mientras posaba ambas manos en mis caderas. De repente, unos bracitos rodearon mis rodillas.
W- Claudia, ¿cuántas veces te he dicho que dejes de esconderte? Algún día me matarás del susto...
Tenía mi ceño fruncido hasta que vi su carita. De verdad...
Sonreí y la cargué para que nuestras caras quedasen cerca.
W- Ahora te has ganado unas cosquillas como castigo, pequeña brujilla.
Su alegre risa hizo que se me pasase el enfado completamente, pero esto no la libraría de las fatídicas cosquillas.
Cl- ¡Papi no! ¡Para, para! No me gustan las cosquillas.
Sonreí encantado al ver ese enorme puchero.
W- Pero a mi me encanta hacer cosquillas, soy el monstruo de las cosquillas.
S- ¿Qué estáis haciendo?
Cl- ¡Papá!
Rápidamente Claudia se revolvió en mis brazos para después ir corriendo hasta esconderse detrás de Samuel.
Cl- Papi es malo, me estaba haciendo cosquillas.
S- ¿Ah si?
Dijo mientras acariciaba su cabeza y me miraba con una sonrisa mientras yo imitaba su gesto.
Cl- ¡Sí! Defiéndeme papáaaa.
Dijo mientras nosotros estallábamos en carcajadas.
Claudia es nuestra niña, es preciosa y lista como ninguna. Después de que Samuel y yo nos casásemos al año de todo lo sucedido, decidimos tomarnos un año de vacaciones lejos de todo. Estuvimos recorriendo mundo, viendo lugares preciosos con los que nunca hubiese podido soñar disfrutando a la vez de la cultura y la gastronomía. Había sido un año maravilloso y solo hizo más que mejorar al descubrir al poco de nuestro regreso mi embarazo.
Al principio me entró el pánico, era demasiado joven para tener un bebé, pero a los pocos días de saberlo y con el apoyo de mi madre y los demás, me repuse rápidamente. Quería tener a ese bebé. Samuel me apoyó en todo desde el primer día. Nos deshicimos de su casa y nos mudamos a otra más familiar y acogedora. Era más pequeña que la anterior, pero ambos supimos nada más verla que era el lugar adecuado.
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Un omega diferente
FanfictionLa sociedad ha avanzado en la última década y los omegas ya no están tan reprimidos. Pueden estudiar, y a pocos se les obliga a casarse. Guillermo, o como sus padres lo llaman, Willy, está estudiando una carrera. Casi no tiene problemas por no ten...