Parte 41 Juntos

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(Nota final explicatoria al final del capítulo <3)

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Enterré mis dedos en su pelo y finalmente junté mi boca con la suya, acariciando su lengua con la mía para fundirnos en el mejor beso que había dado en toda mi vida.

Abrí mis ojos para separarme lentamente de él y en el momento en el que lo vi con sus mejillas rojas y los ojos llorosos mandé todo a la mierda.

S- Ahora, ni se te ocurra huir.

Giré con él aún en mi regazo y lo dejé tumbado debajo en mi. El sólo me miraba mientras mordía su labio inferior.

S- No.

Dije a la vez que cogía su barbilla.

S- Si haces eso te harás daño. 

WILLY POV

¿Qué es esto? ¿¡Qué es esto!? Entreabrí mi boca para soltar mi labio a la vez que seguía mirando sus ojos con cara, seguramente, de embobado. ¿Y esta dulzura de dónde salió? Me pregunté mientras sentía sus manos bajar por mi torso hasta posarse en mi cintura. Gemí y reprimí el deseo de llevarme una mano a la boca cuando comenzó a repartir besos y suaves mordidas por mi cuello, bajando lentamente hasta mi torso.

W- ¿Qu...qué haces...?

Con un gran sonrojo instalado en mis mejillas tapé mi miembro al ver que su cabeza bajaba cada vez más y más. Él me miró con una sonrisa y subió rápidamente hasta coger mi cara entre sus manos para darme un pequeño beso. 

S- Allí nadie te hizo eso, ¿verdad?

Fruncí los labios y me mordí internamente la mejilla negando lentamente con la cabeza.

S- Entonces seré el primero. 

Cogió mis manos y las apartó suavemente, dejando mi miembro a plena vista.

S- Umm, ¿estás duro con unos pocos besos chiqui?

Abrí los ojos avergonzado y con ganas de lanzarle un puñetazo cuando vi la imagen más sexy que había visto en mi vida. ¿Por qué es tan guapo? ¿¡Y por qué cojones huele tan bien!? Abandoné la idea de comenzar una pelea y en respuesta dejé caer mi cabeza sobre las almohadas a la vez que un gemido escapaba de mis labios.

Ese gemido no fue para nada comparable a los que vinieron cuando su lengua se paseó sin ninguna vergüenza sobre mi miembro. Mi cuerpo estaba lleno de sudor. Me aferraba a las sábanas, enterrando mis dedos con fuerza cuando aumentaba el ritmo. Sin poder contenerme mi mano bajó hasta su cabeza y enterré mis dedos entre su pelo, haciendo que aumentase el ritmo. Noté cómo sus manos agarraban mi cintura con fuerza y una se colaba hasta mi entrada. En ese momento no pude más y dando una pequeña embestida me corrí sin que me diese tiempo de advertirle.

Entreabrí los ojos un poco asustado, temiendo verle enfadado, pero en cambio me lo encontré sonriendo de lado.

S- ¿Te gustó?

Asentí, aún medio atontado, y vi cómo abría un pequeño bote azul. El contenido viscoso cayó en su mano, y con un movimiento brusco me cogió del brazo y me incorporó, poniéndome de rodillas frente a él.

S- Ahora, quiero que estés quieto. Si te duele dímelo.

W- S...si.

Mordí mi labio cuando sentí el primer dedo entrar. No dolía, pero los recuerdos llegaban a mi como martillazos. Esos ojos bicolor se presentaban siempre que cerraba los ojos.

Un omega diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora