Levantó una ceja y me miró con una sonrisa.
S- Uhmm...
Le di un codazo cuando sentí mi cara ponerse roja y le saqué la lengua.
S- Primero iremos al médico. Para que te haga un chequeo.
Asentí y un escalofrío recorrió mi espalda. Estaba claro que si vamos al médico sabrá todo lo que me hizo.
W- Antes...¿podemos ir a casa? Necesito ducharme
S- No, en cuanto te hagan el chequeo iremos a casa, ahora lo más importante es tu salud.
Asentí a la vez que mordía el interior de mi mejilla. Mierda.
Después de diez minutos en coche llegamos al hospital en el que habíamos estado la vez pasada. Una enfermera sonrió a Samuel y nos mandó a la sala de espera.
W- ¿No es un hospital sólo para alfas?
S- Sí, pero es el mejor, así que me da igual. Además, técnicamente una cuarta parte del hospital me pertenece.
W- Uhmm...
Sólo estuvimos sentados alrededor de dos minutos cuando una enfermera salió de una sala y nos llamó.
Dentro había un señor de unos 30 años con una bata blanca esperando de pie. Se le veía un poco fastidiado.
S- Quítate la ropa y túmbate en la camilla.
Tragué con fuerza e involuntariamente retrocedí dos pasos.
S- Tranquilo, estaré esperándote afuera.
Agaché la cabeza y dándole una última mirada me metí detrás de la cortina y me puse de espaldas al doctor para quitarme la ropa mientras oía cómo se cerraba la puerta.
Me tumbé boca arriba con las piernas fuertemente cerradas y cerré los ojos cuando empezó a presionar partes de mi abdomen. No dolía, pero era molesto.
Doc- Bien, date la vuelta.
Le miré de reojo antes de ponerme boca abajo y vi cómo se ponía unos guantes.
Apreté las sábanas con fuerza y ahí empezó lo malo. Lo primero que tocó fue la marca de mi hombro. En ese momento me mordí la lengua. No dolía mucho ya que prácticamente estaba curada, pero aún así me sentía inquieto.
Doc- No tienes de qué preocuparte por esto, no alcanza la zona de marca, es simplemente una herida.
Doc- Esto es una herida de bala...Los puntos están bien hechos, dentro de una semana tendrás que venir para que te los quite.
Asentí una vez con la cabeza y cerré los ojos más aliviado, pero poco me duró cuando sentí sus manos posarse en mis nalgas.
Doc- Esto...quizá te salgan un par de moratones.
Estaba rojo de la vergüenza y tenía ganas de llorar. Nunca había pasado tanta vergüenza en el médico.
Doc- Ahora no te asustes ni montes un jaleo, tengo que mirar aquí.
Iba a levantar la cabeza para preguntarle, pero enseguida noté un dedo colarse en mi interior.
La sensación era horrible, era como tener un cacho de plástico en mi interior. Apreté aún más las sábanas y posé mi frente en la camilla.
Doc- ¿Te duele?
Asentí cuando sentí su dedo girar en mi interior, por suerte no siguió y lo sacó casi al segundo.
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Un omega diferente
FanficLa sociedad ha avanzado en la última década y los omegas ya no están tan reprimidos. Pueden estudiar, y a pocos se les obliga a casarse. Guillermo, o como sus padres lo llaman, Willy, está estudiando una carrera. Casi no tiene problemas por no ten...