Capítulo 2. "Debemos salvar este mundo".

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—Yo... tengo miedo—dije susurrando eso último en el mismo instante que Goku detenía el entrenamiento.

—¿Qué?—pregunta con sorpresa, a lo que solo opto por no mirarle a los ojos mientras hablaba.

—Tengo miedo a que pueda aparecer alguien peor al tal freezer—confieso, y cierro los ojos con fuerza.

¡Diablos, se lo dije! ¡Ahora creerá que soy una débil! ¡Una... miedosa!

—Yo también—dice, cosa que hace que lo mire sorprendida. Goku tiene... ¿miedo?

¿El gran Goku tiene miedo?

—Me sorprendes. Admitirlo es un gran paso.—Un leve sonrojo de instala en mis mejillas, y sigo sin mirarle a los ojos, a lo que él parece notarlo.

—Nala... No debes sentirte minorizada. Todos sentimos miedo en algún momento de nuestras vidas. La valentía es sólo una máscara. Nala mírame.

Le miro a los ojos y éste sonríe sólo como él sabe hacerlo.

—Debes juntar todo tu miedo y concentrarlo en tu ataque. Eso es lo que nos hace fuertes. Los que nos hace héroes ¿Sabes por qué?

—¿Por qué?—pregunto con confusión.

—Porque es el temor de perder a nuestros seres queridos lo que nos impulsa a seguir. Lo que nos impulsa a superarnos para poder ir en su ayuda. El miedo es algo normal, pero ese algo, se supera...

 El miedo es algo normal, pero ese algo, se supera

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Cierro los ojos con fuerza. No puedo hacer esto... No puedo...

Me detengo en seco, y sin pensarlo mucho doy media vuelta para volar en dirección al Ki de Trunks. Más bien, el bajo Ki de Trunks ¡Demonios! ¡Debo apresurarme!

Aumento la velocidad, sintiendo latir mi corazón a mil. Veo a lo lejos a Black Listo para lanzar una ráfaga de ki en dirección a mi amigo.

¡No puede ser!

Aplicando la técnica que me enseñó Goku, aumenté mi velocidad con el Kaio-ken X10, así logrando llegar a tiempo para lanzar a Trunks unos cuantos metros lejos del impacto.

Ajá, lanzar...

No tardo en acercarme para verificar su condición.

—Na... Nala. Te dije que escaparas— dice éste a duras penas, por lo que frunzo el ceño.
Si yo no hubiera llegado antes, Trunks no sería nada más ni nada menos que polvo cósmico. ¿Cómo se lo puede tomar tan a la ligera?

—Estamos juntos en esto. Si tú mueres, me voy contigo. Y te advierto, no quiero morir—le digo con dureza. Admito que me ha molestado bastante su reto ¡Yo soy la que debe regañarle!

—¿Quién demonios eres tú?—Una voz a mis espaldas me saca de mis pensamientos, haciendo que cierre los ojos con fuerza.

Es Black.

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