Quince.

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Calculo que ha pasado más de una hora, y ya más calmada me asomo por la puerta de la habitación.

No hay moros en la costa...

Con más confianza, salgo del cuarto para inspeccionar el lugar. Y sí, en definitiva no hay nadie.
¿Acaso será mi oportunidad de huir?

«Te irá mal», el recuerdo de las palabras de Zamasu, me da desconfianza. Él hablaba enserio.

No lo pienso mucho y abro la puerta que da al balcón, para -totalmente decidida- alzar vuelo.

Pero... no dura mucho mi apreciada "libertad". Siento unas manos aferrarse en mi cintura, y en menos de un segundo, ya era empujada de vuelta a mi punto de partida.

¡Rayos y centellas!

—Veo que llegué justo a tiempo—Se burla Black, y me es imposible no mirarle mal—Me gustaría ver cómo te va con Zamasu cuando se entere de tu intento de huida.

Argh, estúpida imitación de Goku. ¿En serio debía aparecer justo ahora?

—Lo mismo digo... Cuando se entere de lo que has intentado hacer conmigo aquí momentos atrás.

Por su semblante puedo notar que mi intento de amenaza no le gustó para nada. El sujeto de piel verde a simple vista parece ser alguien con unos definidos modales, y creo que di en el clavo.

Se molestará con Black si le digo lo que ocurrió, o más bien... casi ocurre.

—Argh, ven. Te mostraré tus labores—El muy idiota comienza a caminar, por lo que frunzo el entrecejo. Finalmente dejo pasar aquel cambio de tema, para seguirle de vuelta al interior de la cabaña.

Me conviene que no se enfade más.

[...]


—Y bien, aquí me harás de comer.

Wo, es bastante extraño ver la limpieza de todo esto, y sinceramente me da rabia, rabia la belleza de este lugar comparada con la forma de vida en medio de la ciudad.

Cierro los puños a mis costados, tratando de tranquilizarme, pero ¡Demonios! Días y noches deambulando por buscar recursos y sobre vivientes. Y aquí... ¡estos mounstros se dan la vida, a costa de los demás!

—¿Sabes? Ya quiero comer...—Con aquellas palabras parezco salir de mis pensamientos y veo a Black cerca de mí. Bueno... bastante cerca a decir verdad.

Quisiera que pueda aprender qué es el espacio personal.

—Aléjate—Es lo único que digo mirándole desafiante. No estoy de humor para sus estupideces... Ni ahora, ni nunca.

Su sonrisa se ensancha.. Parece estar divertido. Pero ¿Qué se puede esperar de un jodido demonio?

Nada bueno.

—Vamos, nena...—Abro mis ojos más de lo normal. Es la primera vez que no me llama humana, pero me es imposible pensar mucho en ello, debido a un repentino dolor de cabeza.

La imagen de Black se comienza a distorsionar. No me sentía ser yo... Otra imagen aparecía frente a mí, pero no me asusté. Ya eran habituales este tipo de recuerdos. Cierro los ojos dejándole fluir.

 Cierro los ojos dejándole fluir

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—Vamos, nena...—La Saiyajin sonrió por tal apodo, y asistió con su cabeza.

—Sólo porque Gowasu no está—El chico sonrió.

—Kai kai

Ambos amantes aparecieron en una habitación, pero no se molestaron ni en inspeccionar, ya que al solo hecho de aparecer, juntaron sus labios con deseo... más que eso, se besaban como si se tratara de una necesidad vital. Los dos cayeron a la cama, y un sonido indicó la separación de sus bocas, pero la ropa no tardó en desaparecer.

Un nuevo junte de labios fue el fiel acompañante de la primera embestida. La chica enrolló sus piernas a la cintura del sujeto, arañando la espalda de éste.
Pero lo disfrutaba. Ambos lo hacían... Aquel dulce pecado era lo mejor que les podría estar pasando.

Gemidos, gritos, y palabras sin sentido, seguidas de un clímax, pero... es evidente que habrían más.

Sentía mi respiración agitada, junto a los molestos latidos de mi corazón acelerado

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Sentía mi respiración agitada, junto a los molestos latidos de mi corazón acelerado. ¿Por qué me recuerdo a mí y Zamasu de esa manera? ¿En qué momento sería YO capaz de aquello?

No, no, no. ¡¡Yo nunca me acostaría con él!!

Pero, acaso esos recuerdos... ¿Tendrán que ver con mi vida antes de llegar a la Tierra?

BLACK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora