Capítulo 9. "No te atrevas".

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¿Acaso se trataba de premoniciones?
No lo sabía.

Eso y más pasaba por su mente al ver a la chica trepada como araña en la superficie de la cueva, pero contrario a lo supuestamente Nala iba a hacer, ésta salió corriendo.
Estaría de más decir que Black la alcanzó y llevó de vuelta a la cabaña.
Porque eso hizo.

Bien, y ahora la chica estaba sentada en la cama, mientras que Black apoyado en el muro frente a ella.

Ambos en silencio, aunque... no por mucho...

—¿Por qué me tienes en este lugar? ¿Por qué no me dejas ir? ¿Qué te pasa?

—Cállate.—Fueron las únicas palabras de parte de Black. Su ceño fruncido y ojos cerrados demostraban a millas lo cabreado que estaba.

Nala aprovechó para mirarle con detenimiento. Ahora que lo notaba, a pesar de lo loco que sonaba, no se parecía casi en nada a Goku.

Ajá, algo loco ya que ambos tienen el mismo cuerpo, pero... Aquellos gestos jamás serían efectuados en el mismo Goku. Todo esos pensamientos se fueron al traste, en el mismo momento en que él abrió sus ojos.

¡No sabía que tenía con sus ojos! Lo único que supo en aquel instante es que cada vez que le veía a los ojos, veía al antiguo Goku en éstos.

—¿Qué miras, humana?—Y bien, la burbuja se rompió. Un color carmesí inundó las mejillas de la chica, quien solo desvió la mirada hacia un lado.

—No has respondido mis preguntas—respondió ésta con toda la seriedad que pudo reunir.

—No tengo por qué responder a una humana.—Era increíble el repudio con el que Black decía la palabra "Humana". Eso la molestó.

—Deja de llamarme humana, mi nombre es Nala.

—Cállate humana.—Y tras salir esas palabras de la boca de aquel "demonio", Nala se colocó roja del enfado. Tal así que soltó un puñetazo que fue bloqueado al instante, sin esfuerzo de por medio.

—¡AAAAAH!—gritó ésta tornando su cabello rubio, su paciencia ya había llegado al límite.

Una serie de puñetazos fueron lanzados a Black, a quien le rodeó un aura oscura y bloqueó todos y cada uno de los golpes.

Punto para él...

—Eres una débil, humana—dijo éste con una media sonrisa. Nala no supo si era de burla o de gracia... Optó que era por ambas.

—¡Idiota!—gritó lanzando otro puñetazo que esta vez en lugar de bloqueado, fue atajado—. ¡Maldito!—Otro golpe, y Black atajó su puño con mofa.

Nala sí o sí debía dañar su bello y expléndido rostro. Se lo había propuesto. Aunque...
Como si hubiera presentido aquello, Black no tardó en dar vuelta dejándola esta vez a ella a unos centímetros del muro, y con sus piernas, apresó las de ésta.

Ajá. La chica pensaba usar sus piernas para atacarle.

—¿Qué harás ahora, humana?—El tono burlón de aquel sujeto la sacó de sus cabales. Ya se había quedado sin recursos para siquiera hacerle un rasguño.

¿Y si le trataba de dar un cabezazo en su nariz? Nah, él lo vendría venir, y la detendría fácilmente.

De un momento a otro la mirada de la chica se dirigió a los labios del sujeto frente a ella. A simple vista se veían carnosos, y apetecibles.

«Tales como los de Goku», pensó esta vez subiendo la mirada a sus ojos.
La sonrisa del chico se esfumó.

Lo iba a hacer...

Su boca se dirigió a la de Black, y éste no se movió centímetro alguno. No se dejaría intimidar.

—No te atrevas.—Habían sido sus últimas palabras un segundo antes de que la humana pegara sus labios a los suyos.

Black pareció congelarse, mientras que Nala le besaba con lentitud, como si se tratara de una invitación.

«Es hora, ahora lo muerdo y misión cumplida», pensó la chica para concluir su "perfecto plan".

Pero su subconsciente le jugó una mala pasada. Optó por seguir así unos momentos más. A pesar de no ser correspondida, aquello se sentía... bien. Los labios de Black comenzaron a moverse, comenzaba a seguirle el juego. Era el momento ideal para morderle y aclamar victoria... pero no lo hizo.

El cuerpo de Nala chocó en un ruido sordo contra el muro a sus espaldas, pero ninguno de los dos cortó el beso que cada vez se volvía más agresivo...

—¿Qué demonios?—Una voz conocida para ambos sonó a las espaldas de Black, quien deshizo todo contacto con la Saiyajin y se volteó sorprendido. ¿Qué demonios había acabado de pasar? Pero lo más importante era...

—Zamasu...—dijo viendo como éste le miraba con desaprobación.

BLACK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora