Capítulo 4 - Félix

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¡Félix!

Me alejo automáticamente de ella.

¡Me asustó! ¡Gritó mi nombre!

Vuelvo a mirarla, ahora se retuerce en la cama. Me acercó de nuevo a su cama. Escuchó como si se estuviera quejando. Está moviendo mucho las piernas y los brazos, como intentando defenderse de algo o alguien 

Intento tomarla de las muñecas pero se suelta ¿Tanta fuerza tiene? Cierra fuertemente los ojos y hace muchas gestos de dolor.

¡Chat!

¿Chat? ¿Chat Noir? ¿Mi alter ego?

Ayuda... –Susurra– por favor...

¡Bridgette! –La tomo de los hombros y comienzo a moverla. Su cuerpo está rígido ¿¡Qué está pasando!?–  ¡Bridgette despierta!

La máquina que controla su pulso comenza a acelerarse. Su ritmo cardíaco está aumentando.

¡Bridgette! –Ya me está desesperando– ¡Reacciona!

¡Ah!

Grita y abre los ojos. Fue seco, como ahogado. Tiene los ojos abiertos pero reflejan miedo. Está inmóvil, se deja de mover no como si se hubiera quedado sin fuerzas, sino como si algo la hubiera paralizado, esta totalmente tiesa ¡¿Qué hago?!

Dio un gran suspiro, cierra sus ojos. Su cuerpo se está relajando y su cabeza cae hacia atrás.

La máquina no suena, no... tiene pulso...

No, no, no, no ¡No!

Siento que en cualquier momento las lágrimas saldrán corriendo por mis ojos ¿Está muerta?

Paso un brazo por detrás de su espalda para sentarla un poco.

La muevo un poco pero no hay movimiento alguno por parte de ella. Su cabeza cae en mi hombro.

No escucho sus latidos o su respiración.

Siento muchas ganas de llorar ¿Porque? ¿Ella realmente se irá? ¿Así sin más?

¿Bridgette? –Corro un largo mechón que cae sobre su cara. Ya estoy llorando, puedo sentir las lágrimas sobre mis mejillas.

La máquina vuelve a la normalidad. El doctor entra dando un portazo.

—¿¡Qué pasó!? –Pregunta casi gritando– Los gritos se escucharon en todo el pasillo.

No se, comenzó a moverse y luego su pulso aumentó, estaba gritando, intenté despertarla pero no reaccionaba, luego dio un grito con los ojos abiertos, se quedo quieta, no tenía pulso y luego la máquina volvió a la normalidad –Digo todo esto muy rápido. Ahora agarró la mano de Bridgette y entrelazo mis dedos con los suyos. Estoy muy preocupado, no entiendo nada de lo que está pasando.

Voy a extraerle de nuevo sangre, realizaré pruebas más avanzadas. Cuando despierte le haré nuevas pruebas.

El médico revisa la máquina. Extrae un informe. Lo mira con asombro. Pero no me dice nada. Simplemente lo guarda en su bolsillo.

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