Capítulo 27 - Felix

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Es miércoles, uno de los días más ligeros en la universidad.

El domingo, cuando me desperté, eran las siete de la mañana. Llevé a Bridgette a su cama y la recosté de lado evitando que su herida quedara aplastada. Al volver al living, los chicos también se habían despertado. Allegra dijo que se quedaría con ella, que seguiría durmiendo en el sofá y en la semana vería de comprar una cama y un colchón.

Algo que no le pregunté a ella fue sobre su repentina mudanza a París. Había visto un par de cajas en la habitación de Bridgette y supongo que antes del incidente del perro, acordaron en dormir en el mismo cuarto.

Llevé a Allan a la antigua recidencia del maestro Fu, había mucha gente allí. No me animé a ingresar, Claude tampoco.

Ambos fuimos a mí casa y él se quedó todo el día allí.

El lunes sin la presencia de Bridgette volvió a mí día más largo de lo habitual. Había ignorado el hecho que su constante acoso provocaba que las horas pasarán volando. Aquel era uno de los días más pesados de la semana, sumado a que debía asistir al edificio de mí padre a trabajar.

El martes esperaba que fuera igual de poco interesante. Pero cambió algo. Al hablar con Claude en un receso del almuerzo, se acercó su novia y su amiga, y consecuentemente se acercó Allegra con Allan. Luego de un rato nos encontrábamos todos charlando y riendo. Era una sensación nueva y placentera.

Tener amigos... Un grupo de amigos.

Hoy solo tengo clases hasta el almuerzo, al igual que ayer, volví a la fuente y al rato llegaron los chicos.

—¿Qué tal Félix? –Es Amber.

—Aquí me ves.

Se sienta al lado mío.

—Por suerte ya no tenemos clases.

Llega Liz con Claude.

—¿Cómo están?

—Bien.

—¿Qué tal las clases? –Pregunta Claude.

—Aburridas –Responde Amber.

—¿Tú no tenías clases con nosotros ahora?

—Si, pero debía hacer unos informes para entregar antes del almuerzo.

—¿Tú la ayudaste? –Pregunto mirando a Claude.

—Así es primo, era sobre algo de historia.

—¡Cómo están! –Es Allegra.

—Hola –Saludamos genéricamente.

—¿Ya almorzaron?

Todos negamos.

—Vamos a buscar algo a la cafetería central.

Fuimos en grupo hasta allí, vemos a Allan usando lentes y trabajando con una computadora. Nos sentamos con él.

—Hola chicos –Saluda sin despegar la vista del ordenador.

—¿Qué haces? –Pregunta Lizbeth.

—Un trabajo, tengo que entregarlo al finalizar el receso y anoche me dormí, no lo finalicé.

—Por cierto ¿Cómo está Bridgette? –Pregunta Lizbeth– Ayer me olvidé de preguntarles.

—Temprano estaba durmiendo y le dije que iría a cocinar.

—¿Justo ahora? –Dije con media risa.

Por Favor, DisculpameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora