Capítulo 1 - Bridgette

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Entra el sol por la ventana, pero también una fresca brisa. Hoy comienza el otoño. A decir verdad, anoche la dejé cerrada pero no importa, en mi vida nada a sido normal. Tal vez me olvidé cerrarla.

Me levanto, cierro la ventana. Son las 7:03, me cambio de ropa. Por las dudas me coloco un pañuelo en el cuello, en caso de que haga calor, me lo saco.

Voy a la cocina, me preparo un café mientras miro el noticiero, otra noticia sobre Chat y yo, o mejor dicho, mi alter ego "Ladybug". Realmente me sorprende como puedo expresarme siendo ella. Ladybug es tan decidida, valiente, capaz de hacer todo lo que se propone, todo lo que yo no puedo...

Tomo mis cosas y me despido, como si alguien fuera a responderme...

Para mi suerte, la universidad no queda lejos, solo a dos cuadras de mi hogar, si es que aún lo podía llamar así. Desde el incendio que mató a mis padres en la panadería nada volvió a ser igual. Me mudé a un apartamento, no soportaba estar en una casa tan llena de recuerdos y buenos momentos que no volverán...

Varios familiares me mandan dinero para que siga mi vida "normal" en París, pero ¿Cómo podría seguir el curso de vida sin mis padres?

Pensé en volverme a China pero no quiero molestar a mis abuelos, ellos están muy grandes para soportar a una jovencita depresiva como yo.

Llego temprano, como de costumbre, a la universidad, mis amigas aún no llegan.

♡ ♡ ♡

Mis padres fallecieron hace un año más o menos, poco después que empecé la universidad. 

Luego de ese "accidente" me alejé de todos mis amigos, no quería meterlos en mis líos sentimentales depresivos. Me propuse empezar de cero, hacer nuevos amigos, conocer personas que no me conozcan a mi, así es más fácil disimular o evitar que sepan de mis estados de animo por mis problemas del pasado cercano, pero terminé aislándome de todo y no hablando con nadie. Recién este año, hace como dos semanas, hice amigas, Amber y Liz. Todo el año pasado me la pasaba en la biblioteca, evitando hablar con mis compañeros. Ellas me invitaron a formar grupo con ellas en un trabajo este año, de ahí que me empezaron a invitar a almorzar o a salir a bailar.

♡ ♡ ♡

Ambas son como agua y aceite. Amber es de ojos azul claros y tez pálida, cabello rubio lacio y corto, siempre viste jean con camisas, es poco cariñosa, no se pone nerviosa nunca, sabe como resolver un problema en un santiamén, hace karate, se enoja fácilmente y se pelea con todos.

En cambio Liz es morena pecosa de ojos miel, cabello castaño y risado hasta la mitad de la espalda, siempre lleva vestido, es muy calmada, siempre paciente y amorosa, es profesora de natación, le gusta planificar todo pero no se hace drama en modificarlos sino pueden ser.

Ambas siempre maquilladas y bien peinadas, son muy delicadas con respecto a su imagen, saben como manejarse solas y como zafar rápido de algún problema.

Y luego estoy yo. Básicamente yo soy un desastre: me pierdo con facilidad, soy muy torpe, mis planes jamás salen como deseo, era muy dependiente de mis padres, no se manejarme sola, pero algo he aprendido desde que me dejaron, pero sé defenderme y siempre tuve una buena salud. No soy muy femenina que digamos, me visto muy variado, a veces jean o vestidos, mis ojos son azules claros, mi cabello es muy oscuro, siempre lo llevo suelto, casi me llega a las rodillas, siempre lo estoy cuidando. No me lo corto desde los 15 años, a mi mamá le solía gustar mi cabello largo, así que nunca lo cortaré.

Llegó Félix, es uno de los mejores alumnos de la clase, o mejor dicho, de todas las clases. Todos los profesores hablan de él, y no solo porque sea muy buen alumno sino porque es hijo de André Agreste, un reconocido diseñador de Europa. Por lo visto, Felíx seguirá sus pasos. Ambos estudiamos lo mismo, licenciatura en relaciones públicas, por lo tanto, siempre está en mis clases. Estoy pérdidamente enamorada de él, pero él ni siquiera me da la hora. Desde el año pasado intento invitarlo a salir pero siempre me rechaza fríamente, es la única persona a la cual he hablado en la universidad, además de los profesores. Es un chico un año más grande que yo, también es más alto (Aunque yo también soy bajita, no supero el metro sesenta), su cabello es rubio, sus ojos verde esmeralda, su espalda ancha y siempre erguida, su cara siempre permanece seria, jamas lo vi sonreír, o sea, sonreír de verdad. Creo que uno de los motivos por los cuales me fijé en el fue que en su mirada noté tristeza, tal vez sus gestos digan que es alguien serio e impenetrable, pero en sus ojos vi a alguien frágil que también quiere ser un chico como los demás. Él siempre anda solo, a veces las chicas les piden autógrafos o le llevan presentes como galletas o pasteles, las cuales acepta pero nunca vi que las comiera. De vez en cuando lo veo con un chico llamado Claude, de otra facultad. Hasta donde se, es un modelo inglés y le gusta una de mis amigas, Liz.

Siento que alguien sobaba mi cabeza, miro hacia la derecha y esta Amber con Liz, allí paradas.

—¿Soñando despierta otra vez? –Dice Amber con una sonrisa.

¿Hoy lo intentarás nuevamente? –Dice Liz.

Hola chicas –Les respondo estirándome en mi banco– ¿Qué tal les va?

Horrible –Dice Amber tapándose la cara–, mi novio Zac se enojó de nuevo conmigo, no se que le pasa esta vuelta.

¿Otra vez Nadia en medio? –Respondo riéndome.

¡La odio! –Amber aprieta los puños– Si no fuera mi cuñada.

Y la adorada hermanita de Zac –Decimos Ámber y yo al unísono.

Ya la habría matado –Finaliza tirándose sobre su banco.

Tranquila mujer –Liz le da suaves palmadas en la espalda.

¿A ti como te va con Claude? –Le pregunto a Liz.

Es todo un encanto –Suspira feliz–, ayer me fue a buscar a mi casa y salimos un rato a pasear al parque cerca de mi casa, nos sentamos en las hamacas y estuvimos allí hasta las diez de la noche hablando, me gusta mucho y me gusta que las cosas no van rápido.

Me alegro mucho por ti Dice Ámber dando fuertes palmadas en su hombro.

Yo también me alegro por ti Respondo animada.

¿Y tu Bri? ¿Lo invitaras hoy también? –Pregunta Ámber.

Ojala hoy Félix pueda aceptar una cita conmigo –Digo tristemente.

También espero lo mismo –Ámber sonríe y toma mi mano.

Liz sólo se limita a sonreír.

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Ya es hora de la salida. Las clases transcurrieron con normalidad. En el almuerzo no lo ví en su lugar habitual, por lo cual no pude preguntarle si hoy podría salir en una cita conmigo. En cuanto lo veo, corro hacia él.

¡Félix!

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Por Favor, DisculpameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora