Capítulo 14 - Félix y Bridgette

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Mis ojos pueden contemplar una increíble colección de fina lencería de encaje colgando de improvisadas sogas.
Bridgette tapa su cara con ambas manos pero aún así no puede evitar que vea su fuerte sonrojo.
Abro la boca disponiendo a hablar pero ella me tapa con una mano la boca y con otra los ojos

Sinceramente pensé que mi día no podía empeorar, pero, como siempre, me equivoqué.
Luego de que mis neuronas hagan sinapsis, atino a tapar su boca y sus ojos. Lo que menos deseo en estos momentos es un comentario de Félix Agreste sobre mi lencería, que por cierto, es marca Agreste.
Destapo su boca, una sonrisa burlesca sea a formado en sus labios.
-Linda bragas -Dice riéndose.
Tapó su boca con ambas manos. Él sigue riéndose, yo por mi parte quiero desaparecer, nunca había quedado en ridículo de esta manera ¡Menos frente a Félix!
Miro sus ojos, él los mantiene cerrados a pesar que quite mi manos de ellos.
¡Tengo una idea!
-Félix.
-¿Huum?
-Yo te voy a guiar para que me ayudes a quitar las... prendas de las sogas.
Félix ríe por lo bajo pero se limita a asentar.
-Da cinco pasos hacia delante.
Veo que sus pasos son más largos de lo que calculé.
¡Obviamente Bridgette! ¡Sus piernas son mucho más largas que las tuyas!
-No, no. Más cortos.
Vuelve a donde estábamos. Vuelve a caminar, quedamos pegados a la bañera antigua.
Quito todas prendas del medio de la soga.
-Dos pasos cortos hacía la derecha.
Félix sigue mis órdenes y descuelgo lo que falta de la parte derecha.
-Ahora el doble de pasos hacia el otro lado.
Félix acata y termino de descolgar todas mis prendas íntimas.
-Okay, eso es todo.
Félix gira sobre si mismo pero siento como perdemos el equilibrio.
Con una de sus manos me acerca más a su pecho. Y, de repente, el impacto.

El baño tiene una arquitectura antigua, incluyendo una bañera panzona que me recuerda a una que solía tener mi abuela paterna en Inglaterra. Tal vez siga allí. Mi madre solía bañarme allí cuando era un pequeño niño indefenso. Tal vez, en el fondo, lo sigo siendo...
No había tenido en cuenta el poco espacio entre el bidet y la bañera más el grosor de mis piernas, cosas que sumadas provocan un desequilibrio con mis ojos cerrados a pedido de Bridgette. Sólo atino a llevar la cabeza de ella a mi pecho, ya tiene una herida en la pierna y ayer salió del hospital, no deseo que se accidente de nuevo por mi imprudencia.
-¡Bridgette!

Abro mis ojos, sigo pegada a él, hecha una bolita del miedo. Lo miro, una de mis tangas está sobre la cara de Félix. Su cara es de extrema vergüenza, veo su boca entreabierta, titubeante, sin poder pronunciar ni una sola palabra.
Rápidamente tiro esa prenda hacia cualquier lado.
-¡Lo-Lo siento mucho Félix!
Félix me mira fijamente con cara de... ¿Asombro? ¿Preocupación?
-¿Estás bien? ¿No-no te golpee nada? ¿Esta bien tu pierna?
Suelto una pequeña risa, tapó ligeramente mi boca al hacerlo.
-Si Félix, estoy bien, no dejaste que me pase nada.

Esos labios carnosos, esos ojos azules penetrantes, ese cabello enmarañado, esa forma tan radical de cambiar de animo ¿Y así nunca pude notar lo que tenía en frente?
Ella me mira con ojos expectantes. Son de asombro intentando adivinar lo que se cruza por mi cabeza ahora.
Me acerco por inercia, por necesidad. Requiero besar de esos dulces labios que se hacen desear, y requiero que ella sepa que la deseo besar...

-¡¡¡Volvimos!!!

Ambos miramos hacía la puerta, están todos los chicos allí parados, pero sus caras no tardan mucho en desfigurarse en vergüenza también.
-¡Salgan de aquí!
Todos dan un paso hacia atrás como autómatas.
Bridgette de dos brincos llega a la puerta y la cierra de golpe. No se como se soltó de mi agarre y como llegó tan rápido.
Apoya su frente en la puerta y suspira. Lentamente sus piernas van cayendo hacía el suelo hasta que ella queda sentada sobre ellas.
Silencio.
Incomodo, por cierto.
Me levanto y me siento detrás de ella, aún tiene unas cuantas ramillas y hojas sobre su cabello. Acerco mi mano dispuesto a quitárselas pero se levanta repentinamente. Recoge todas las prendas que habían salido volando y las tira desganada sobre un cesto que no había visto, situado debajo del lavabo.
Otra vez, silencio.
Tampoco escucho nada de afuera del baño.
Seguimos así, comienzo a escuchar ruido de afuera.
Bridgette apoya su espalda sobre la puerta y vuelve a caer en cámara lenta hasta quedar sentada nuevamente en el suelo.
-¿Te sigue doliendo?
Bridgette me mira algo confundida, luego mira su pierna y ladea la cabeza hacia ambos lados dándome a entender que aún le duele.
Me levanto del suelo, la agarro por debajo de sus brazos y la siento sobre la tapa del inodoro.
-¿Donde tienes un botiquín?
Señala con el dedo hacia el espejo.
El espejo, acompañando la arquitectura del lugar, es antiguo. Largo y ovalado en el ápice, pero no veo ningún botiquín por aquí. En eso, en una de sus esquinas inferiores veo una pestaña, tiro de ella y el espejo se abre. No imaginé que detrás de el hubiera semejante botiquín. Una metálica caja roja llama mi atención. La saco hacia afuera, es más pesada de lo que aparentaba.
Me acerco a Bridgette y dejo la caja en el suelo. Me agacho frente a ella quedando mi rostro a la altura de su herida. Mira con su ya típica cara de inexpresión.
-¿Me permites?
Solo asiente.
Levanto parte de su vestido, tres cintas agarran el vendaje. Las retiro con delicadeza. Quito la venda cuidadosamente para no lastimarla más, la dejo a un lado también en el suelo. Veo una marca ovalada y punteada que cubre casi todo el ancho de su pierna, no es profunda, no hay vista de que sangre otra vez.
-¿Duele?
Niega con la cabeza.
-¿Seguirás sin hablarme? -Le digo a modo de chiste.
Ella suelta una auténtica risa, melodiosa música para mis oídos.
Quito la tapa del botiquín, veo una venda enrollada, algodón, alcohol y muchas pastillas, lo cual me sorprende, no imagine que tuviera tantas, ni siquiera que tuviera...
Me limito a sacudir mi cabeza, tomo un algodón y lo enbebo en alcohol.
Lo coloco suavemente en la herida, no muestra ni un ápice de dolor.

-¿Estudiaste actuación alguna vez? -Suelta Félix de repente mientras desinfecta la herida.
-¿Cómo? -La pregunta me tomó muy por sorpresa.
-Si estudiaste actuación, teatro, algo parecido.
-No ¿Por qué? -Le respondo extrañada.
-Porque -Me mira a los ojos- hasta donde se no eres una súper humana para no sentir nada cuando te paso un algodón con alcohol por una herida. No-No es racional -Mira hacia un costado y mueve las manos alterado-, co-como es posible que ni siquiera muestre algo en tu rostro -Mira hacia el otro costado y sigue moviendo las manos alterado-, no hay gestos, ni muecas ¡Nada! -Fue como una explosión, sus manos quedan suspendidas en el aire. Me mira, con esos ojos verdes, sus pupilas se mueven y están dilatadas ¿Eso acaso significa algo?
-Realmente no me duele -Respondo más fría de lo que había calculado.
Félix suspira agachando la cabeza, sigue desinfectando la herida, que por cierto, arde muchísimo. Este es un nuevo tipo de dolor, de pequeña nunca me había lastimado, ni golpeado. Tampoco siendo Ladybug, pero supongo que el Lucky Charm no lo permitía, y no haberlo utilizado ahora evito que curase la herida.
Miro a Félix, está siendo muy cuidadoso. Desde que lo conozco me ha tratado mal, a excepción de la primera, donde me enamoré perdidamente de él. Siempre intentaba invitarlo a una cita, a veces al cine, a la torre Eiffel ¡Hasta un concierto de Jagged Stone! Perdí dinero y tiempo en todo eso... O eso creía...
Desde ayer todo fue un desastre de principio a fin, primero el desmayo de ayer, mi intento de suicidio fallido, la llegada sorpresiva de Allegra, la mordedura de perro a Ladybug, mi caída del árbol, la lluvia de mi ropa interior, la llegada improvista de los chicos...
Pero, ahora que lo pienso, Félix a estado conmigo todo este tiempo... Cuando me desmaye, me llevó a un hospital de alto prestigio. Cuando intenté suicidarme, salto arriesgando su vida también para salvarme ¡A mi!, una chica con una vida totalmente miserable. Cuando en medio de la noche tuve miedo, me hizo dormir con él. Cuando caí del árbol, él corrió a ayudarme, aún sin saber que era yo. Ahora mismo, en mi casa, evitando que camine más de lo necesario, aunque mi herida no es muy profunda y yo podría curarla, no me deja. Él está aquí... Conmigo... Cuidándome... Como lo hacen las personas que te quieren...

Siento una gran gota aguada sobre mi mano mientras limpio su herida. La miro, ella esta llorando con los ojos tremendamente hinchados, tal vez le estaba haciendo doler y no me quiso decir.
-Bri-Bridgette, ¿E-Estas bien? ¿Te-Te hice doler? ¿Por eso lloras? No-No quise hacerlo, en verdad- Digo alterado.
-Félix -Apoya su mano derecha sobre mi cabeza y la inclina de tal forma que puedo mirarla a los ojos- estoy bien -Sonrie y revuelve un poco mi cabello- ¡Gracias!

Los ojos de Félix se dilatan aún más, un rojo que nunca había visto en su piel ataca sus mejillas. Corre la cabeza, ahora el que está callado es él.

Ya no puedo describir como me siento a su lado.

Es tan extraño... Me siento bien...

¿Por qué te ignoré por tanto tiempo?

★★★

Hola mis pequeños ¿Me han extrañado?
He vuelto 🎉
*Le tiran dos mil tomates juntos*
No me maten 😥
Se que estuve ausente por casi cuatro meses, pero en mi defensa estuve como dos meses intentando recuperar una copia de seguridad donde había guardado la mayor parte de las ideas y la anterior versión de este capítulo, pero (Para mi mala suerte) el archivo se daño y no encontré manera de abrirlo nunca más 😢
En fin, sumado a que estoy en época de parciales y finales (La facultad se me hace pesada), no poseo el tiempo suficiente para poder escribir mis capítulos.
Prometo seguir actualizando todas las historias con el paso de los días (Semanas) así que esperen lo mejor.
Ya casi llegamos a los 2K 🎉🎉🎉❤
Es todo un logro para mi, les agradezco a todos por seguirme y no abandonar mi preciada historia.
Los quiero muchísimo.
Espero traerle pronto la próxima actualización.

PD: Como ya sabrán, dentro de unos días borrare está parte de la historia, así que aparece como actualice es porque lo edite nomas jejeje.

Por Favor, DisculpameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora