Prólogo

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Abrió sus ojos, sintiéndose confundido, aturdido.

Estaba acostado en algún lugar y su vista no estaba del todo clara para poder saber donde lo tenían.

Las luces claras sobre su cuerpo le impedían aún más poder fijar su visión, pero a pesar de su aturdimiento, pudo escuchar como alguien se acercaba a él.

-Bienvenido Noah.

Giró su rostro hacia aquella voz y se encontró con una mujer vestida de blanco.

-¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando? ¿Quien es ustedes? -preguntó desesperado-, ¿Quién... quién soy yo?

-Tu nombre es Noah, eres el primer hombre creado en nuestras instalaciones de forma artificial, antes que tú, hemos experimentado en mujeres, tú eres el primer varón viable.

-¿Qué? -exclamó desconcertado.

-Deja que tu cerebro procese lo que está ocurriendo, en unos minutos lo entenderás todo.

Miró hacia arriba, estaba nervioso, su respiración era errática y por algún motivo, tenía un fuerte dolor de cabeza.

Cerró los ojos por un momento y varias voces sonaron en su cabeza.

"Lo hemos conseguido" "Es él primer hombre, felicidades doctor Murphy, ha hecho un trabajo estupendo" "cuando salga al mercado, seremos líderes en las ventas" "Será perfecto"

El dolor en su pecho fue insoportable, a tal punto, que comenzó a gritar.

-¿Qué le ocurre?

-Es normal, su cuerpo está comenzando a funcionar, ese debe ser su corazón.

-¿Pero estará bien?

-Si, no te preocupes, como mucho, se desmayará.

Y tal como predijo, el muchacho perdió la consciencia.

-o-o-o-o-

Había pasado media hora desde que había despertado por segunda vez.

Su mente ya estaba más lúcida y entendía mejor su situación.

-Tienes quince minutos, debes bañarte y ponerte esto, conocerás a tus dueños.

-¿Mis dueños? -preguntó con confusión.

-Si, los señores Cocks te han comprado.

-¿Señores?

-Sí, ahora deja de perder el tiempo y obedece.

Entró al cuarto de baño, el cual solo tenía una ducha e inodoro, y un pequeño espejo cuadrado en una de las paredes.

Se acercó a él y ahogó un jadeo, era la primera vez que veía su rostro y era realmente algo... impactante.

Tocó su nariz, sus mejillas, sus labios, todo se sentía tan extraño.

Abrió el agua y a penas ésta tocó su piel, un escalofrío lo sacudió por completo.

No, nada se sentía bien, y eso lo estaba angustiando.

-o-o-o-o-

-¿Cómo crees que lo han hecho cariño?

-Eso es lo de menos Marina, lo importante, es que sea un chico sano.

-Nos han asegurado que lo es, pero tengo tantas ansias por conocerlo -expresó emocionada la señora -, será el hijo que no pudimos tener.

Su marido sonrió cálidamente y depositó un beso sobre su frente.

-Claro que si, aunque debo admitir que pensé que querrías un niño, no un muchacho veinteañero.

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