—Te ves tan hermoso amor mío —dijo enternecida observando a su bebé.
Tenía seis meses ya, y realmente el niño se veía muy guapo en su pequeño smoking azul oscuro.
Observó sus ojos y sonrió antes de depositar un suave beso sobre su frente.
—No sé porqué eres tan serio.
—Porque se parece a su padre —pronunció la voz divertida de otra mujer, entrando a la habitación.
Ella se volteó y sonrió al ver a Tiana.
—Noah no es tan serio.
—Puede ser, oye, solo falta media hora para la boda y tú aun no estás preparada.
—Es que no tuve tiempo, estaba cambiando a ésta hermosura.
La ex rubia, ya que ahora se había tenido el cabello de un rojo escarlata, tomó a Stephan entre sus brazos y lo meció suavemente.
—Yo me llevaré a este guapo hombrecito a la sala con Luca, tú aprovecha a terminar de prepararte, no querrás poner a Noah más nervioso.
Sonrió divertida al escuchar eso.
—¿Nervioso? ¿En serio?
—¡Por supuesto! Pasé primero a verlo a él, y está hecho un manojo de nervios el pobre —exclamó sonriendo.-O-o-o-o-
Pasó sus brazos por detrás de su cuello, y él colocó sus manos en la cintura de ella, bailando suavemente.
La ceremonia había sido muy bonita, más de un invitado emocionado por aquella unión.
La miró a los ojos y con una de sus manos, acarició su mejilla.
—¿Te he dicho hoy ya que eres hermosa?
Rio bajo y negó con la cabeza.
—No, creo que no.
Unió sus labios en un suave y lento beso, antes de separarse de ella.
—Eres hermosa.
Sintió sus ojos arder, todo parecía tan irreal.
Sonrió y le dio un corto beso.
—¿Qué pasa?
—Nada, solo... Estoy emocionada Noah.
—¿No estarás embarazada de nuevo verdad?
—Claro que no... Creo.
Arqueó una ceja curioso, y ella sonrió abrazándose a su pecho.
—Con lo "mimoso" que has estado estas últimas semanas, como saberlo.
—Bueno, después de todo, creo que a Stephan le gustaría tener un hermanito o hermanita.
—Ja, tú lo haces sonar fácil porque no eres quien lleva un bebé por nueves meses.
Acarició suavemente su espalda descubierta por el vestido, ya quería que terminara de una vez la fiesta.
—Tienes razón, quizás podríamos esperar un poco más para darle un hermanito.
—Me parece bien, quiero que disfrutemos de nuestro hijo.
—Yo también.
—Lo extrañaré —murmuró alejándose un poco de Noah para observar a su bebé.
El pequeño moreno estaba con su abuela, quien lo estaba haciendo reír, jugando con algunos peluches.
—Yo también Nina, pero... debo confesar que estoy ansioso también por poder pasar un tiempo a solas contigo.
Giró su rostros para verlo a él y sonrió traviesa.
—¿Muy ansioso?
—Mucho, si fuera por mi, ya nos habríamos ido apenas dijiste acepto.
Rio divertida y se abrazó a él una vez más.
—Ahora yo también me siento ansiosa por irnos.-o-o-o-o-
Terminó de alimentar a su bebé y acarició suavemente su cabello negro.
—Te voy a extrañar amor.
—Solo te vas una semana Nina, el niño estará bien.
Miró a su madre y frunció el ceño.
—No estoy tan segura de ello.
—Si no confías en mi, puedes dejárselo a Tiana.
—Lo haría, pero Noah es el que está seguro de que ustedes lo cuidarán.
En ese momento entró él, sonriendo al ver a su hijo dormir en los brazos de Nina.
—¿Cómo está él?
—Se ha dormido el glotón, pero... No lo sé Noah, creo que es muy pequeño para dejarlo.
—Si quieres podemos posponer nuestra luna de miel Nina.
—¿Seguro?
Asintió con la cabeza y le dio un suave beso en los labios.
—Claro que si mi amor, no quiero que estés preocupada por Stephan.
—Noah, yo cuidaré del niño, él estará bien, pueden irse tranquilos —les aseguró Laura.
—Lo sé, pero si Nina no se siente segura, lo pospondremos.
Miró a su madre y luego a su marido.
—Está bien, creo que... Stephan estará bien unos días sin nosotros.
—Sé que si, tus papás lo cuidarán bien.
—Claro que si, estamos muy emocionados de tener a nuestro nieto —exclamó con una sonrisa.
—Si, eso espero...-o-o-o-o-
La besó como aquella primera vez en la cama, con ansias de tener más de ella, de jamás alejarse de su lado.
La tomó del rostro con ambas y fue él quien marcó el ritmo, apoderándose por completo de sus labios.
Apoyó con delicadeza sus manos en el rostro de él y lo separó por un momento, sonriendo y respirando agitada.
—E-Espera mi amor, me dejarás sin aire.
La miró a los ojos y sonrió.
—Lo siento, solo quiero hacerlo Nina, necesito sentirte mía, mi mujer —pronunció tomándola de la nuca antes de volver a besarla.
Pasó sus brazos por detrás de su cuello y enredó sus piernas en la cintura de él.
Noah la tomó por debajo de los muslos y la llevó a la cama, acostándola con cuidado y luego subiéndose él sobre ella, sin apartar su boca de la de la castaña.
Descendió sus manos por su torso, acariciando suavemente su piel, llegando hasta sus caderas.
Bajó con lentos y húmedos besos por su cuello, ganándose más de un jadeo por parte de ella, quien solo se limitaba a acariciar su espalda.
Llegó hasta sus pechos y los probó, escuchándola jadear su nombre.
Sonrió y continuó bajando con suaves besos hasta el comienzo de sus bragas.
Levantó la cabeza y ella lo estaba mirando, con su respiración agitada y los labios hinchados.
—Recuerdo que una vez me dijiste que te encantaba lo que hacía con mi boca.
Rió bajo y asintió con la cabeza, mordiéndose el labio inferior.
Él sonrió de lado y le dio una lenta lamida sobre la fina tela, haciéndola gemir.
La tomó con firmeza de las caderas y la acercó más a él, antes de comenzar a quitarle aquella pequeña prenda que lo separaba de su intimidad.
Respiró profundo y tiró su cabeza hacia atrás, cerrando con fuerza sus ojos, apretando las sábanas al sentir su boca.
—N-Noah.-o-o-o-o-
La tomó de la mano y ambos caminaron por las tan transitadas calles de aquella ciudad, lo cual era entendible, ya que era un punto turístico para muchos.
Escucharon a un bebé llorar y Nina se giró rápidamente, de solo escuchar a esa pequeña, pensó en su pequeño hijo.
Él pareció notarlo y la abrazó, depositando un beso sobre su frente.
—Stephan está bien, no te preocupes.
—Sí, eso creo, de todos modos me acercaré a él para ver si está todo bien, los padres no suelen ser muy... "Prácticos" cuando se trata de niños.
Noah suspiró y la siguió por detrás, hacia el muchacho de cabello castaño que cargaba a un pequeño bulto de mantas rosas.
—Hola —saludó ella.
—H-Hola —dijo algo incómodo mientras mecía a la bebé.
—¿Es tu hija?
—Sí, su nombre Es Rebeca, mi mujer tuvo que salir por un momento y creí que si la sacaba a dar una vuelta dejaría de llorar, pero no ha funcionado —le contó sonriendo.
—Quizás tiene hambre.
—No lo creo, la alimentó antes de irse, creo que la extraña a ella.
—Tengo un hijo de seis meses, él se tranquiliza cuando lo acuesto sobre mi pecho, cerca de mi corazón, y le hablo —le dijo sonriendo Nina—, quizás podría funcionar.
El muchacho hizo lo que ella le dijo, y acariciando suavemente su espalda, la niña fue calmándose, hasta dejar de llorar.
—Wou, tenías razón, gracias.
—De nada, mi esposo y yo también estábamos paseando y no pude continuar sin detenerme al escuchar a tu bebé.
—Gracias por haberlo hecho, mi nombre es Joshep, pero prefiero que me digan Josh —pronunció tendiendo su mano libre hacia ella y una sonrisa.
—Yo soy Nina, y él es mi esposo, Noah.
En cuanto vio al moreno, sintió algo extraño en su interior.
—Mucho gusto ¿Nos hemos visto antes?
—No lo creo, es la primera vez que venimos aquí.
—Ah... Me habré confundido con alguien más.
Aunque no estaba tan seguro de eso, sabía que esa mirada la había visto antes ya.
—Bueno Josh, espero tu bebé continúe así de tranquila hasta que tu mujer vuelva, nos vemos.
—Claro, y gracias una vez más, que tengan una buena estadía aquí.
Nina tomó una vez más la mano de Noah y sonrió.
—Seguro que si, adiós....
Próximo capítulo el epílogo ❤
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Slave
Science FictionSegundo libro de "Muñecas de Compañía" Creado artificialmente, Noah es el primer hombre que sale al mercado. Comprado por una anciana pareja que siempre anhelaron tener un hijo, el muchacho logra adaptarse poco a poco a su nueva existencia. Pero cua...