XVIII

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—¿Estarás conmigo?
—Por supuesto que sí, tendré tu mano, estaré ahí cuando nazca nuestro hijo —le dijo mientras acariciaba su hombro.
Ella suspiró y acomodó su cabeza sobre el pecho de él.
—Tengo miedo.
—Todo estará bien amor.
—¿Y si no soy una buena madre?
—Serás las mejor.
—¿Aun... quieres casarte conmigo?
—Por supuesto que si Nina, eres la mujer de mi vida, yo te amo.
Le gustaba tanto oírlo decir eso.
—¿Me amas?
—Si.
—¿Cuánto?
—Mucho.
—¿Mucho, mucho?
Sonrió y le levantó el rostro para besarla.
—Mucho, mucho mi amor.
—Yo te amo a ti Noah, demasiado.
—Esperé tanto poder escuchar eso.
—Te amo, no sé que hiciste conmigo, pero solo quiero tenerte a mi lado Noah.
—Es donde yo quiero estar —pronunció entrelazando sus dedos—, siempre contigo, formar una familia, poder amarte todos los días.
Se levantó un poco y lo observó con una sonrisa, acariciando su rostro.
¿Así se sentía realmente estar enamorada? Jamás creyó que conocería el amor.
—Amo tus ojos, tu dulce mirada, Tus labios, Dios, tu boca, haces maravillas con ella.
Sonrió divertido.
—Eres una pervertida —le dijo acariciándole el rostro, sintiéndose tan feliz de poder escucharla oír decir eso.
Su corazón no cabía de la emoción dentro de su pecho.
—Amo tu sonrisa Noah, tan sincera. Tu voz, me relaja, me tranquiliza, me excita.
—Mi amor —pronunció enternecido, besándola suavemente
—Amo cuando me llamas así —susurró contra sus labios, aún con los ojos cerrados.
—¿Mi amor?
—Sí.
—Es porque eres mi amor Nina, mía, sólo mía, y el amor de mi vida.

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—Meses después—

—¿En serio? ¡Que linda noticia Tiana! —pronunció mientras se llevaba una cucharada de helado a la boca.
La rubia se encontraba de viaje, y con su séptimo mes de embarazo a punto de finalizar, Nina ya no podía salir como quería, por lo que siempre se encontraba en su casa.
Se llevaban solo un mes de diferencia, y en la última ecografía que le habían realizado a Tiana, finalmente habían podido conocer el sexo de su bebé, varón.
"—Oye, ¿Y tu amado y sexy futuro esposo?" —preguntó divertida.
Sonrió y acarició su vientre.
—Adelantando trabajo y arreglando todo para poder pasar tiempo conmigo cuando nazca el bebé.
"—Tú si que tuviste suerte Nina."
—Noah es lo mejor que me ha pasado.
"—¿Él pensará lo mismo cuándo le cuentes la verdad? ¿O no lo harás?"
—No quiero pensar en eso ahora... Quizás lo haga más adelante.
"—Hablando de problemas, me encontré con Yael."
—¿Quién es Yael y en dónde te lo encontraste?
"—Yael es el verdadero padre del bebé, y... Se apareció en mi departamento, no sé como diablos lo encontró."
—¿Qué hay de Jonny?
"—Él piensa que solo es un amigo, éste idiota arruinará mis planes si se sigue entrometiendo."
—¿Por qué lo dices?
"—Cuando vio que estaba embarazada, inmediatamente me preguntó si era suyo, obvio le dije que no, pero siguió insistiendo, y me amenazó de que si no le realizaba una prueba para demostrar su paternidad, le contaría a Jonny que estuvo conmigo."
—¿Pero por qué? ¿Quiere hacerse cargo del bebé?
"—No lo sé Nina, pero yo no quiero saber nada con él. Mi hijo está pronto a nacer, y este imbécil me arruinará la vida si habla."

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Le acarició la mejilla, besándola.
Había pensando todo el día en ella y lo único que quería era verla, abrazarla, besarla.
—Te extrañé.
Sonrió y apoyó su cabeza sobre su hombro, pasando uno de sus brazos por encima de su abdomen.
Ya su vientre no les permitía estar tan terca como deseaban.
Acarició su panza, sonriendo.
—Extrañaba hacer esto también.
—Y yo que lo hicieras.
—¿Cómo estuvo tu día?
Suspiró.
—Aburrido, me la pase engordando.
Rió bajo al escuchar eso y depositó un beso sobre su frente.
—Que no estás gorda.
—Terminaré hecha una vaca después del embarazo, ya me siento una.
—¿Por que?
Levantó la cabeza y sonrió traviesa.
—¿Quieres ordeñarme Noah?
—Nina, por favor —le dijo riendo apenado—, no digas ese tipo de cosas.
Sonrió y lo tomó del rostro.
—Te amo.
—Y yo te amo mi amor —le aseguró antes de besarla una vez más.

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Estaba feliz, hoy volvería a ver a Estefania, y con ella vendría también de visita Matt, hacía tiempo no se veían, no luego de lo que había ocurrido.
Habían quedado de verse en la cafetería de la empresa luego de la reunión, y ahí se encontraban los tres.
—Es tan agradable tenerlos una vez más aquí.
—Sí, esto ha cambiado mucho en un año, lo estás haciendo bien Noah —expresó con una sonrisa el muchacho.
—Gracias Matt ¿Qué tal tu nuevo empleo? —inquirió mirando a la pequeña morena.
—Bien, allí las personas muy gentiles, me gusta.
—Adoran a Teffy.
—Y-Yo creo que me ven como una niña —murmuró con pena.
—¿Y quién no? —le dijo riendo el muchacho—, si de solo verte me causas ternura.
Noah sonrió, era bueno saber que ambos se encontraban bien, y más aún, saber que su amistad seguía intacta.
Tomó la taza con su café y fue entonces que Matt lo observó curioso.
—¿Y ese anillo?
—Oh, no se los he contado, me casaré.
—¿Te casarás? —preguntó aturdido.
Estefania no dijo nada, solo miró hacia abajo, no hace falta preguntar con quien.
—Sí, en unos meses.
—¿Con quien?
—Con Nina, luego del nacimiento de nuestro hijo.
Golpeó la mesa con su puño, asustando tanto a Noah como a la chica.
—¿Es una broma verdad?
—Todo lo que te he dicho es cierto, en un mes nacerá nuestro hijo.
—¡No puedo creer que seas tan estúpido!
—Matt, no —le dijo la morena tomándolo de uno de sus brazos.
—¡¿No qué Estefania?! ¡¿No te das cuenta que al final ella terminó ganando?!
—¿De que hablas? —preguntó confundido Noah.
Sabía que no quería a Nina, pero no esperaba que reaccionara de ese modo.
—Que todo fue una farsa ¡Reacciona de una vez Noah!
—Matt, basta ya —le pidió Estefania con temor al ver la expresión de Noah.
—No, no, esto debí decírtelo antes, no creí que ella terminaría engañándote de este modo.
—Sé que nunca te ha agradado Nina, pero ella jamás me engañó.
Una risa cínica se escapó de sus labios.
—¿En serio Noah? ¿En serio confías tanto en ella?
—Por supuesto que sí, será mi mujer, es la madre de mi hijo, confío en Nina, ¿Por qué no debería hacerlo?
—¡Porque te engañó! ¡Todo fue una mentira! Lo único que ella siempre quiso fue tú dinero.
Negó con la cabeza, sintiendo que el mundo se le caí a la los pies.
—No, ella no mentiría con algo así.
—No seas estúpido Noah ¿Crees que de la noche a la mañana Nina se fijaría en ti porque si?
—N-No, pero-
—Ve y lee la claúsura del testamento que te dejaron tus padres.
—¿Por qué?
—Solo hazlo, allí está la respuesta, sé que jamás lo leíste, que no te ha importado, que el padre de Estefania se ha encargado de todo, pero es momento que habrás los ojos de una vez por todas.
Se levantó y los miró a ambos, luego hacia abajo.
—Yo... Debo irme, lo lamento, los veré luego.
La pequeña morena observó con tristeza a Noah irse.
—No debiste haberle dicho eso.
—Estoy harto que esa puta se salga siempre con la suya.
—Pero Noah la ama, ellos se están por casar, tendrán un bebé... Lo que tú hiciste fue muy cruel ¿Has visto su mirada Matt? Lo dañaste.
—Yo no lo lastimé, sólo le dije la verdad. Ella fue quien le mintió, no yo

...

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