XVII

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—¿Estás segura?
Pasó sus brazos alrededor de su cuello y lo besó.
—Sí, quiero hacerlo.
—¿No le hará mal?
—Nop, lo haremos con cuidado.
—No tienes idea de cuanto te amo Nina.
Estaba sobre ella, cuidando no aplastar su vientre. No sabía si era por el embarazo o no, pero escucharlo decir eso, la emocionaba mucho.
—¿En serio?
—Desde nuestro primer encuentro supe que serías importante en mi vida.
Desvío la mirada, él la tomó del rostro, para que lo viera.
—¿Qué pasa?
—Te hice mucho mal.
Le dio un suave beso, rozando casi sus labios.
—Es parte del pasado, y solo estabas celosa por el amor de tus tíos, yo llegué de improvisto y tú los veías a ellos como a tus papás.
La culpa la estaba carcomiendo, si supiera las verdaderas intenciones.
—Pero me enamoré de ti Nina, eres tan linda —pronunció en una sonrisa, acariciando su rostro—, adoro verte a los ojos mi amor.
—¿Por qué? —le inquirió sintiendo un nudo en la garganta.
—Porque ya no hay desprecio en ellos, ya no me miras con odio. Sé que no sientes lo mismo, pero ahora me aceptas.
—Tonto —exclamó en un hilo de voz.
Sonrió y le dio otro corto beso.
—Te amo, prometo esforzarme por hacerte feliz, por ser el hombre que mereces, y quizás... algún día también puedas amarme.
Las lágrimas comenzaron a mojar sus mejillas.
—Ves que eres un idiota, has arruinado el momento —le reprochó sollozando.
Se acostó a su lado, y la abrazó a él.
—Lo siento, no quise hacerlo.
—No te disculpes, solo... hagámoslo.
Sonrió y besó su frente.
—¿Aun quieres hacerlo?
—Quiero hacer el amor contigo Noah.

-o-o-o-o-

"—¿En serio? ¡Hija estás haciendo todo tan bien! ¡Eres una genia!
—Yo... Busqué este bebé mamá —murmuró mirando hacia abajo.
"—¿No? Bueno no importa, con eso, ya tienes asegurada la fortuna ¡Felicidades!"
—¿Es que incluso en este momento tan importante en lo único que puedes pensar es en el dinero? ¡La verdad no sé porque te llamé!
"—No me levantes la voz Nina."
—Adiós Laura —pronunció con rabia cortando la llamada.
Suspiró, se acostó en la cama y acarició su vientre.
—Mm —Murmuró tomando el celular una vez más, buscando el número de Noah.
"—Nina ¿Ocurre algo?"
—No, sólo tenía ganas de hablar contigo.
"—Espera un momento."
—Okay —le dijo buscando algún caramelo sobre la mesa de noche, pero ya se los había comido todos.
"—Listo."
—¿Qué hacías?
"—Conectaba el manos libre para poder hablar contigo y continuar con un informe que preparo."
Sonrió al escuchar eso.
—¿Entonces hablarás conmigo mientras trabajas?
"—Sí, extrañaba oírte."
—Basta Noah.
"—¿Con qué?" —preguntó confundido.
Una risa baja se escapó de sus labios al imaginar su cara de confusión.
—Basta de ser tan tierno conmigo.
"—Lo siento, no sé que dije. Sabes mejor te escucho."
—Llamé a mi mamá para contarle del bebé.
"—Ah... ¿Cómo lo tomó?"
—Bien, muy bien.
Demasiado bien, pensó con molestia.
"—Es un alivio escuchar eso, yo... Temía que ellos no lo aceptaran."
—No te preocupes por eso, ellos están muy felices con la noticia del bebé, contigo, con la boda... Con todo.

-o-o-o-o-

Observó a las dos niñas jugando y sonrió.
—Tessa ¿A que horan llegan?
—Mm no lo sé, ya deberían estar aquí, de seguro se quedaron por ahí
Se acercó a ella y la abrazó, depositando un beso sobre su frente.
—¿Eres feliz?
—¿Cómo no hacerlo con nuestra familia?
—Podríamos tener otro —murmuró contra su oído.
Sonrió divertida.
—¿En serio?
—Sí, quiero una casa llena de niños.
Rió bajo y negó con la cabeza.
—Creo que hasta cuatro estará bien Josh.
—¿Cuatro? Son pocos amor.
—Ya criar un niño es difícil, imagínate más de cuatro.
—Okay, haré refracciones en la casa, quiero dos niñas y dos niños.
Sonrió y se abrazó a él, no tenía caso discutir.
—Okay.
—Amo la navidad más que nunca ahora.
—Yo creo que también —le dijo mirando a las niñas reír y hablar—, siento que ya nada nos falta. Contigo, nuestra hija, y la familia de Aiden.
Suspiró.
—Bueno, aunque a ellos siempre les faltará algo muy importante.

-o-o-o-o-

Besó suavemente sus labios, luego su rostro, bajando lentamente por su cuello, acariciando cada parte de su cuerpo que sus manos recorría, rozando su piel con la punta de sus dedos.
Le gustaba hacerlo de ese modo con él, nadie antes la había tratado así.
Pasó una de sus manos por su vientre y lo acarició, sonriendo.
Ella lo miró a los ojos y también sonrió.
—¿Qué pasa?
—Solo estoy feliz.
Pasó sus brazos por detrás de su cuello, acariciando su cabello.
—¿Por el bebé?
—Por él, por ti, estoy feliz por todo Nina, tú me estás dando lo que mas anhelo.
—Y-Yo... no creo poder darte nada —le dijo afligida.
Cada día que pasaba, más sentimental se sentía, y él no ayudaba mucho con las cosas que decía.
—¿Cómo que no? Serás mi esposa, tendremos un hijo, es todo lo que yo quiero, una familia, contigo.
Desvió la mirada, sintiendo sus ojos humedecerse.
—¿No es lo que tú quieres? —le preguntó en un tono bajo al sentir que ella dejaba de abrazarlo.
—No es eso.
—No eres feliz ¿Verdad?
—No Noah, no lo entiendes.
—Dime entonces que puedo hacer para verte feliz, porque me siento egoísta. No quiero que pienses que te estoy usando de alguna forma solo para conseguir lo que quiero.
—Jamás pensaría eso de ti.
—Entonces dime que es.
—Nada.
—Nina, por favor.
—No me hagas caso.
—No puedo hacer eso. Yo... No sé que hacer para hacerte feliz, en serio lo intento, ¿Qué es lo que quieres?
—No lo sé.
—¿Quieres ir de viaje? ¿Ir a comprar? ¿Que te haría feliz?
—Creo que nada de eso en este momento.
Se levantó y se sentó en la cama, dándole la espalda.
—¿Noah?
—Me siento incapaz de hacerte feliz, quizás tú no querías nada de esto.
—¿A qué te refieres?
—A todo, a mi, esta vida, al bebé... ¿No lo quieres? —le preguntó con temor.
—Por Dios Noah, por supuesto que quiero al bebé, no sé porque piensas eso. Soy feliz contigo, pero en este momento, no lo sé, no me siento así.
—Está bien.
—Ven, acuestate aquí conmigo.
Él lo hizo y ella se abrazó a su pecho.
—¿Qué quieres?
—¿Qué quiero de que?
—¿Qué te gustaría que fuera?
—No lo sé ¿Importa eso?
—La verdad que yo tampoco lo había pensando, es más, no quiero saberlo.
—¿No? —Inquirió curioso.
—Nop, dejaré que cuando nazca, nos sorprenda.

-o-o-o-o-

-Meses después-

Su vientre había crecido, y era notorio su embarazo, después de todo, ya llevaba seis meses.
Entró a la oficina que Noah tenía en la casa, el moreno estaba leyendo unas carpetas y no se había percatado de su presencia.
Sonrio traviesa y se acercó por detrás, tapándole los ojos.
—¿Quién soy?
—Mmm ¿Una mujer hermosa?
—Gorda querrás decir.
—No, hermosa —pronunció girando en su asiento para estar frente a ella—, ¿Qué haces aquí?
—Te extrañaba.
Abrió sus ojos, sorprendido.
—¿Me extrañabas?
—Sí, extraño tus besos, tus caricias, tus mimos.
Tomó una de sus manos y la colocó sobre su vientre.
—Y el bebé también te extraña.
Sonrió y la besó.
—Te amo.
—Y yo a ti Noah —susurró contra sus labios, con los ojos cerrados.
—¿Qué? —preguntó confundido.
Lo miró y sonrió, acariciando su mejilla.
—Que te amo, el bebé y yo lo hacemos.
Su mirada brilló de una forma especial que le encogió el corazón.
Ella sabía más que nadie que aquello era algo que el muchacho deseaba escuchar.
Y... No estaba mintiendo al decirlo.

...

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