Entró a la habitación donde habían trasladado a Nina con el niño, la doctora le había asegurado que ambos se encontraban en buen estado de salud.
Abrió la puerta y la castaña estaba semisentada, alimentado al bebé.
—Noah —pronunció en un tono emocionado al verlo llegar.
Él no dijo nada, solo se acercó para poder ver al niño.
—Acaba de dormirse, tenía hambre y... no dejaba de llorar —le contó conteniendo las lágrimas—, estaba esperando que volvieras para elegirle su nombre... te fuiste muy rápido.
—Ya está todo listo —le dijo observando a su hijo alimentándose, el pequeño estaba durmiendo, pero aún así seguía prendido al pecho de su madre.
—¿De que hablas?
—El dinero se ha transferido a tu cuenta, y luego he abierto una para él. Lamentablemente lo que no leíste es que esos fondos solo estarían disponible cuando él tuviera dieciocho años. Son para sus estudios. Por lo que solo tendrás la mitad de la herencia, la otra es de nuestro hijo.
Comenzó a sollozar y negó con la cabeza.
—Yo no lo quiero... ya no quiero ese dinero.
—Tambien he... preparado su habitación, en cuanto les den el alta, me lo llevaré. No tendrás que preocuparte por más nada.
—No, no puedes hacer eso, no puedes separarme de mi hijo.
—Tú no lo quieres, solo lo buscaste por el dinero, solo fue un negocio para ti.
Se cubrió el rostro con su mano libre, llorando.
—No es verdad —pronunció en un tono ahogado —, cuando quedé embarazada de ti, en ese momento no lo estaba buscando.
Se inclinó hacia adelante y besó una vez más la frente del niño.
Le dio la espalda y comenzó a caminar hacia la puerta.
—Por favor no te vayas —le suplicó —, quedate conmigo, por favor. Sé que podemos ser la familia que tú tanto querías, que... podemos cuidar junto al bebé, que podemos ser felices los tres. Noah yo... ya no quiero vivir sin ti, te extraño, juro que lo hago, te necesito —pronunció llorando—, te necesito a mi lado. Por favor no te vayas.
—No, ambos conseguimos con lo que queríamos —exclamó en un tono bajo, dolido—, tú el dinero, y yo a mi hijo, mi única familia, lo único que realmente vale y me pertenece en esta vida. Haz tu vida como quieras de ahora en adelante Nina.
—No me hagas esto Noah —le dijo llorando desconsolada.
Cerró la puerta con cuidado y la escuchó del otro lado.
Le dolía el pecho, no quería sentir eso, pero le dolía verla así, escucharla llorar. Era la madre de su hijo... era la mujer que amaba y no dejaría de hacerlo en un mes.-o-o-o-o-
—Es increíble el parecido que tiene a su padre, es muñequito junior —bromeó la rubia.
Pero a Nina no le causó gracia, solo más tristeza.
—¿Qué pasa Nina?
—Noah quiere llevarse al bebé.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Que fue lo que pasó entre ustedes?
—É-Él se enteró de lo que decía la clausura, pero... Yo no busqué al bebé por eso, yo te conté a ti Tiana —le dijo al borde de las lágrimas—, yo no busqué al bebé por eso.
—Tranquila, de seguro lo dijo porque estaba molesto, no te preocupes.
Negó con la cabeza, comenzando a sollozar.
—Él estuvo temprano aquí, me dijo que ya había arreglado todo, me dejó toda su herencia.
Abrió sus ojos atónita al escuchar eso.
—¿Qué hizo que?
—Dejó todo a mi nombre, me dijo que no quería nada, solo al niño, y... Y que me lo quitaría —pronunció comenzando a llorar—, no quiero que me saque a mi hijo.
—Ya, no llores —le dijo abrazándola—, él solo está herido, no te sacará al bebé, él te ama.
—Ya no sé si lo hace, lo dudo mucho, solo quiere herirme, sé que por eso está haciendo todo esto.
—Deberían sentarse y hablarlo como adultos Nina, quizás... Lleguen a un acuerdo.
Asintió y se secó las lágrimas del rostro.-o-o-o-o-
Habían vuelto a la casa de sus padres, después de todo, ahora esa sería de ella.
Suspiró y dejó el bolso del bebé sobre el sofá, ella lo estaba cargando en sus brazos.
No habían hecho más que entrar a la casa, que la castaña había comenzando a llorar.
—Dámelo —le pidió con pesar.
—No —exclamó llorando, abrazándolo a su pecho —, tú quieres alejarlo de mi.
—Ya lo hablamos.
—No podré vivir sin mi hijo, si me lo quitas... ya no tendré más nada.
—Sí, tienes una fortuna entera.
—Lo único que quiero es a mi bebé conmigo.
—Nina.
—Él me necesita, soy su madre, no hagas esto Noah.
—Quiero a mi hijo.
—Es mi hijo también, lo lleve nueve meses en mi vientre.
—No lo hagas más difícil.
—¡Tú lo estás haciendo difícil! estás actuando como un completo hijo de puta.
El bebé comenzó a llorar y ella lo acunó a su pecho, llorando también.
—Ya, ya amor, no llores. No volveré a gritar.
—Tengo pruebas más que suficientes para llevar esto a la justicia ¿En serio quieres eso Nina?
—¿Qué debo hacer para que me creas? Amo a nuestro hijo, no lo quiero por dinero, lo amo porque es nuestro, porque nació de mi... porque lo hicimos juntos —pronunció lo último llorando—, aunque ya no me creas, lo amo por eso, es nuestro, tuyo y mío.
—Lo siento mucho por ti, pero me llevaré al niño de todos modos.
—No lo hagas, te lo suplico.
—Basta Nina.
—¿Si me importara el dinero crees que lloraría por él? ¿Crees que me dolería perder a mi bebé? si fuera como tú dices, ya me habría marchado, habría tomado el dinero y no seguiría aquí. Entiéndelo, amo a mi hijo.
Su celular sonó y al ver de quien era la llamada, la observó serio.
—Hablaremos esto luego, debo atender la llamada —pronunció marchándose a su oficina.
Tomó el bolso del niño y se fue a su habitación.
Lo miró y siguió llorando en silencio, era lo único que tenía, sólo a él....
ESTÁS LEYENDO
Slave
Science FictionSegundo libro de "Muñecas de Compañía" Creado artificialmente, Noah es el primer hombre que sale al mercado. Comprado por una anciana pareja que siempre anhelaron tener un hijo, el muchacho logra adaptarse poco a poco a su nueva existencia. Pero cua...