IX

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-Okay, un mes y medio, sino lo estás ahora Nina, eres un asco.
-Cierra la boca Tiana -murmuró molesta cerrando los ojos y pinchando su dedo.
La rubia de acercó a ella y ambos miraron la prueba.
-¿Cómo crees que lo tomará Noah?
-No lo sé, lo importante es que ¡Demonios! -exclamó viendo que también era negativo.
-Eres un asco Nina.
-Vete a la mierda Tiana, si es tan fácil ¿Por qué no lo haces tú?
-Pues... De hecho ya lo estoy.
Abrió los ojos atónita.
-¿Qué?
Rio divertida y se encogió de hombros.
-Así como lo oyes, no me sentía muy bien, y por las mañanas me levantaba con muchas nauseas, y no era solo por despertar junto a Jonny.
-¿Y es de él? ¿Lo sabe ya?
-No y no, no es de él, y no lo sabe aún, se lo diré después.
-¿De quién es? -le preguntó confundida.
-Del único polvo que tuve desde hace semanas, cuando me abandonaste en el club.
-¿Y piensas mentirle a Jonny?
-Por supuesto, es una gran oportunidad, con esto, solo necesito que nazca el bebé y ya, no hará falta que me case con él.
Y ya no le parecía tan buena esa idea. Conocía al muchacho, era bueno, educado, muy centrado en su trabajo, sabía que quería a Tiana, y él... Le recordaba tanto a Noah.
Y eso mismo, es lo que ella quería hacer con el moreno, y la idea, ya no parecía tan buena.

-o-o-o-o-

Observó las plantaciones, de seguro Stephan estaría satisfecho con lo que había logrado.
-¿Qué haces aquí afuera?
-Solo quería comprobar que todo estuviera en orden ¿Y tú?
-Te estaba buscando.
Se giró y la observó curioso.
-¿A mi?
Asintió con la cabeza y él desvió la mirada hacia el campo, ya estaba anocheciendo.
-Entiendo, quieres... Hacerlo.
-No, no Noah, no vine por sexo -le dijo mirando hacia abajo.
-¿No? Lo siento, creí que era por eso -sonrió-, no sueles buscarme por otra cosa.
-¿Es un reclamo?
-No, no lo es, solo creí que era por eso.
-¿Tú crees que solo estoy contigo por sexo?
-Quiero creer que es por eso y no por otra cosa.
-¿Qué quieres decir?
-Hace dos meses, antes de que Matt se fuera, él me dijo que solo estabas interesada en mi por el dinero de tus tíos.
-E-Eso no es verdad.
-Yo tampoco quise creerlo en ese momento, y no quiero hacerlo ahora tampoco. No creo que tú seas ese tipo de mujer.
-¿Por qué?
-No lo sé, vienes de una familia de bien, has estudiado, trabajas, tienes tu dinero ¿Por qué pretenderías más? ¿De qué te serviría tener más dinero? Yo... Lo daría todo si alguien pudiera devolverme a Stephan y Marina.
Sus ojos se aguaron y apretó sus manos en forma de puño.
-¿L-Los extrañas mucho verdad?
-No te imaginas cuanto, tú tienes a tu papás, no sé como haces para estar aquí y no extrañarlos.
-Ellos no fueron un gran ejemplo para mi de todos modos.
-Lo siento mucho por ti Nina.
-Está bien, siempre tuve a mis tíos.
Se quitó su chaqueta y se la colocó a ella en los hombros.
-¿Vamos? La noche se pone fresca.
-¿Por qué haces esto?
-Para que no tengas frío.
-No, me refiero a ¿Por qué eres bueno conmigo Noah?
Sonrió.
-¿Y por qué debería de tratarte mal Nina?

-o-o-o-o-

Ya era costumbre dormir en su habitación, después de todo, era el único lugar que compartían por más de dos horas seguida.
El moreno se había ido al baño a prepararse para irse a dormir.
Se subió a la cama y observó que uno de los cajones de la mesa de noche estaba abierto.
Curiosa lo abrió un poco y vio algo que captó su atención de inmediato.
Era una caja del tamaño de su mano, quizás un poco más grande, negra.
La abrió y quedó embelesada con el collar que había en su interior.
No había duda alguna de que fuera oro.
Noah salió del baño y la miró curioso.
-Creí que dijiste que-
-¿Para quién es? -le preguntó interrumpiéndolo.
Observó lo que tenía en sus manos y suspiró.
-Era para ti.
-¿Para mi? ¿En serio Noah? -preguntó asombrada, emocionada.
-Sí, lo compré hace un tiempo, pero no había encontrado la forma de dártelo.
-¡Es hermoso! ¡En serio!
-Imaginé que te gustaría.
-¿Y como no iba a hacerlo? -le inquirió tocando la cadena con la punta de sus dedos.
-Puedo comprarte otro si quieres.
-¿Por qué otro? -le preguntó confundida, mirándolo a él.
-Yo pedí que le inscribieran algo a ese, es por eso que puedo pedir que te hagan otro.
-¿Qué me hagan otro? ¿Tú lo mandaste a hacer?
-Sí, yo lo diseñé -le dijo sentándose junto a ella, mirando el collar.
Sintió un cosquilleo en un vientre al escuchar eso y sonrió.
-Es perfecto, yo lo quiero así.
-¿Segura?
-Ajam ¿Qué les pediste que le inscribieran?
Lo sacó de su estuche y volteó el dije que colgaba.
Atrás, decía en finas líneas, "Eres y serás siempre mi todo".
Sus ojos se llenaron de lágrimas al leer eso. No era justo.
-Lo siento, sabía que no te gustaría eso, es por eso que no te lo di.
-No seas estúpido Noah, es un collar hermoso.
-Puedo quitarle el dije.
-No.
-Sí, si puedo, solo hay que-
-No Noah, yo lo quiero así, déjalo.
-Lo siento.
-¿Por qué? -le preguntó secándose las lágrimas.
-Estás llorando.
-Ah, em, no me hagas caso.
-¿Segura?
-Sí, ya se me pasó.
-De acuerdo.
Continuó mirando el collar unos segundos más, ambos permanecieron en silencio, hasta que ella volvió a hablar.
-Noah.
-¿Si?
-Gracias.
-No me lo agradezcas, solo es un regalo para ti.
Y el único regalo hermoso allí, era él. Él y su amor puro y sincero.

-o-o-o-o-

-No te ves bien -le dijo preocupado.
-Solo tengo un poco de fiebre.
-Nina -le dijo en un tono de reproche-, sabía que ibas a enfermarte.
-Ya Noah, no eres mi papá, vete.
-No puedo irme sabiendo que te sientes mal.
-Puedo cuidarme sola.
-Lo sé, sé que puedes, pero no quiero dejarte sola.
-Solo es un maldito resfriado, estoy bien.
Se sentó en la cama y la tomó de la mano, su rostro reflejada clarmenten su preocupación.
Sonrió, se veía muy lindo.
-Ya Noah, ve, no te preocupes, si muero, de seguro te avisan primero.
-No es gracioso.
-Okay, okay, mal chiste, ve tranquilo.
La miró inseguro y luego asintió.
-De acuerdo.
Estaba por levantarse, pero ella lo estiró de la mano hacia abajo.
-¿Qué?
-Quiero mi beso antes de que te vayas.
Sonrió y la tomó del rostro, dándole un suave beso.
-Ahora si, vete.
-Bien, volveré pronto -pronunció poniéndose de pie.
En cuanto el salió de la habitación, tomó las y se cubrió hasta la cabeza. Hacía tiempo no se resfriaba de ese modo, y lo único que quería era dormir.
Minutos después escuchó unos pasos en la habitación, y bufó molesta.
-Servicio doméstico fuera, vayan y limpien en otro lado.
El otro lado de la cama se hundió un poco y se giró curiosa para ver, al despertarse la cabeza, ahí estaba él.
-¿Qué haces aún aquí?
-No iré, me quedaré aquí a cuidarte.
-No, vete Noah, estoy enferma, me veo horrible, sé que lo hago así que no intentes negarlo, se me hincha la cara, los ojos rojos y llorosos, soy una especie de homúnculo mal formado, vete mejor a trabajar, voy a estar bien.
-No, ya avisé que no iría ¿Crees qué si me acuesto contigo te haga mal?
-¿Por que lo haría?
-No lo sé, por tu temperatura.
-Me subes la temperatura de todos modos, así que.
Sonrió y negó con la cabeza, mientras comenzaba a quitarse la ropa.
Lo observó, con una sonrisa traviesa, ¿Por qué lo habían hecho tan atractivo?
Luego lo pensó por un momento, quizás... Si lo hicieron pensando en la reproducción ¿Por qué otro motivo le habían dado sino la capacidad de tener hijos?
Se metió en la cama y la abrazó a él.
-¿En qué piensas?
-En que estás muy bueno.
La miró confundido.
-¿Qué?
-Nada, nada, no me hagas caso.
-Realmente tu cuerpo se siente caliente -le dijo preocupado-, quizás esto no sea buena idea.
-¿Quieres tomarme la temperatura Noah? -le preguntó divertida.
-¿Cómo?
Se acercó a su oído y le susurró algo que le hizo reír y luego negar con la cabeza.
-No, cuando te sientas mejor, quizás lo hagamos.
-Que aburrido eres.
-Lo sé, siempre me lo dices, ahora acuéstate.
-Okay -mumuró abrazándose a él una vez más.
Suspiró, maldita fiebre...

...

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