Ya había sobrevivido dos años seguidos en El Obturador. Dos veranos habían prescindido de mi presencia en las celebraciones ridículas de la corte en la mansión de verano de los Calore. Dos veranos llenos de humo en El Obturador pero que olían tan hermosamente a libertad.
Hasta el día en que mi padre literalmente me amarra, tira en un vehículo y me transporta otra vez hasta la capital. No extraño nada de esto, ni a ninguna de estas personas excepto una. Sus dedos son marcas tenues sobre mi piel ahora. Muchas heridas que han sido curadas y el paso de los años ha logrado que el recuerdo de su tacto se me hubiera borrado.
Llegar a Summerton en la barcaza de la casa Gamora es una tortura en sí misma. Mi padre me está haciendo pagar muchos años de desobediencia con un par de días de sonreír y jugar el papel de una hija galardonada. Envidio a mis seis hermanos, todos ellos varones, que nunca tienen que ser forzados a participar de estas cosas.
Pero este año es diferente, por eso me vi más propensa a cooperar. Es el año que por fin se celebraría la prueba de la reina. Mi padre está más que emocionado y el futuro que esto le promete lo hace intentar ser amable conmigo la mayoría del tiempo. Yo juego mi papel, aunque bien sé que no tengo una sola chance de ostentar ese título algún día. Estoy casi segura de que mi padre lo sabe también, pero intenta no pensarlo demasiado.
Me bajo del auto tan rápido que no siento el momento exacto en el que pierdo los zapatos mientras entro corriendo a la mansión. Mis pies sangran reluciente sangre plateada para cuando llego a mi habitación y cierro la puerta de un azote. Sé que mi padre no está contento con eso, pero el sólo pensar en ver a Cal me revuelve las entrañas. El atisbo oscuro de sus cabellos bien cortados hizo que la sangre bombeara extraña por mi cuerpo.
Me refriego los pies lastimados con los ribetes del vestido que procedo a quitarme. Estos años de usar solamente uniforme me han desacostumbrado a estar cubierta de sedas finas, por lo que esa sensación me provoca revoltijos en el estómago cada que la rozo con los dedos. Entierro esa monstruosidad plateada y roja en lo más profundo del armario y me estiro sobre el suelo conocido de esa habitación que es mía y no lo es al mismo tiempo. Partes específicas de mi cuerpo están separadas de la alfombra por la ropa interior, cosa que también me había desacostumbrado a usar pero que se siente agradable tener puesta. Asique saboreo cada pedazo que palpita caliente de mi cuerpo mientras se enfría y la suavidad de las puntillas hace que mis dedos se enreden en ella para intentar encontrar calma.
Para cuando mi padre entra a la habitación ya estoy bañada y nuevamente vestida con otro de esos estúpidos vestidos llenos de volados. Arranco todos los que puedo para dejar solamente una túnica de escote pronunciado de color escarlata y cuelgo de mi cuello un collar de plata que tapa cada pedazo de piel que había dejado descubierto. Leroy Malec Gamora parece complacido de tener una hija tan hermosa, más que nada una que ahora que tiene casi veinte parece poseer prospecto de reina. Yo no me lo creo, por supuesto. Cuando recibí el decimoquinto latigazo hace tantos años ya; supe que ese jamás sería un destino para mí.
Pero sin embargo interpreto mi papel, sonrío con dientes blancos y rectos, con labios pintados de rojo y melena negra bien peinada. Ojos grises coronados por pestañas oscuras largas y arqueadas, zapatos destellantes, un vestido que abraza todas las curvas que tengo y deja poco a la imaginación. "Lo más importante es que se enfoque en las caderas" decía una de las sirvientas mientras me arreglaba "Unas caderas como las suyas, Milady, indican que podrá traer al mundo muchos herederos"
¡Si ella supiera que, sin ironía alguna, yo moría por hacer eso!
Entramos al salón repleto de futuras reinas. Aunque todas saben que la Reina Elara tiene como favorita a la pedante, pedazo de mierda de Evangeline. Intento no enfrascarme en esos pensamientos y por el contrario levanto sobre mí la habilidad de silencio, para evitar que cualquier susurro hurgue dentro de mí sin ser invitado.

ESTÁS LEYENDO
Corona de Fuego - Una historia de Reina Roja
FanficFanfic de Reina Roja por Victoria Aveyard. Laralea Mirena es hija de la casa Gamora, que a diferencia del plateado común puede utilizar varias habilidades. Son telquis, raudos, colosos, magentrones, susurros, olvidos, silencios, guardafloras, ninfos...