Te protegeré

2.7K 270 23
                                    

— Hay que irnos, alguien puede venir y vernos. —Carl sonaba preocupado, pero no tanto como yo, yo podía terminar en la cárcel por algo que no hice.

— Iré a la cárcel. —dije en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que Carl escuche.

— No irás a la cárcel, lo vamos a solucionar. —se agachó hasta mí, lo dudó un poco, pero decidió abrazarme, lo necesitaba.

Lloré tanto que hasta mí garganta dolía. ¿Cómo me vine a meter en esto? ¿Por que tuvo que morir Alisson? ¿Quién me está haciendo esto?

— Vamos Sav, hay que ir a casa.

Carl tomó mi mano y me llevó hasta mi auto. Ofreció llevarme y por supuesto que accedí, no estoy en condiciones de conducir ahora.

Mientras recorríamos el camino pensé en qué pasará conmigo, estoy muy joven como para ir a la cárcel y mucho más por algo que no hice. No, no es así como terminarán las cosas para mí. No sé cuánto tiempo estuve en el auto hasta que Carl lo detuvo.

— Llegamos, baja.

Salí del auto, sin embargo esa no era mi casa.

— Yo no vivo aquí.

— No, yo vivo aquí.

—¿Qué hacemos aquí?

— Le dijiste a tu madre que te quedarías con una compañera tuya, si llegas a esta hora a tu casa te envolverá con preguntas las cuales te llevarán a confesarle todo, lo cual como sabrás no es la mejor idea. —hay que admitirlo, él tiene razón.

—¿Qué haré mañana cuando las fotos junto al arma y los documentos sean entregados a la policía?

— Ya pensaremos en eso, será mejor que descanses, mañana... no —le echó un vistazo a su reloj— en pocas horas será un largo día y debes estar preparada para enfrentarlo.

— Gracias, por todo lo que has hecho por mí, enserio.

Carl se acercó a mí y dejó un suave beso en mi frente, mi piel ardió ante el tacto.

— Ven, hay que entrar. Mis padres están de viaje, volverán mañana, no debes preocuparte.

Su casa era muy parecida a la mía, a excepción de las docenas de fotos colocadas por toda la casa, Carl lucía lindo de niño.

Me guió hasta el segundo piso, dijo que era el cuarto de huéspedes.

— Estaré en la habitación de alado, si se te ofrece algo sólo dilo. —sonrió amable.

Tuve un muy raro impulso, no pude controlar a mi cuerpo, así que lo hice realidad.

Me puse en puntillas y coloqué un beso fugaz en sus labios, no sé por qué diablos hice eso. Me alejé de él al instante, pude ver el asombro en su rostro. Me sentí avergonzada, ¿Qué pasa conmigo?

— Yo... lo lamento, no debí hacer eso. Buenas noches.

Cerré la puerta antes de que él dijera algo, mi rostro debe estar completamente rojo en estos momentos, malditos libros que te hacen creer que lo único que se sonroja en tí son las mejillas.

Me recosté en la cama mientras sentía que todo mi cuerpo ardía, ¿Cómo ver a Carl al rostro después de eso? Silencio Savannah, tienes problemas peores. Cerré mis ojos y dejé que la oscuridad me absorbiera, tengo que estar preparada para lo que se viene, no será nada fácil.

—¿Savannah? —alguien tocaba la puerta— ¿Estás despierta?

Me levanté de un salto para encontrarme con Carl frente a mí con una bandeja y comida sobre ella.

—¿Hace cuánto que estás despierto?

— No dormí en realidad. —recordé lo sucedido hace unas horas, oh Dios que vergüenza.

— Escucha, sobre lo sucedido anoche...

— No hablaremos de eso hasta que te sientas lista, ¿Ok? Come, te llevaré a casa.

Hice lo que dijo, comí, e incluso me dí una corta ducha, estaba más que lista. Bajé por las escaleras donde Carl me esperaba listo para ir a casa.

— ¿Nos vamos? —asentí en respuesta.

Una vez en el auto el ambiente se volvió algo denso, ninguno e atrevía pronunciar alguna palabra, o al menos Carl si lo hizo.

—¿Le contarás todo a tu madre? —esa pregunta me sorprendió, no había pensado en qué le diré a mamá.

— No lo sé, en realidad mi mente no trabaja muy bien justo ahora.

Dimos la última vuelta para llegar a casa y ojalá nunca lo hubiera hecho.

Alrededor de tres patrullas estaban frente a mi casa, mi madre hablaba con uno de los policías mientras lloraba.

— Savannah —la voz de Carl sonaba muy distante— No bajes del auto.

— Oh mi Dios iré a prisión. —las lágrimas ardían en mis ojos.  

Uno de los oficiales notó nuestra presencia e informó al resto.

— Creo que es algo tarde como para huir. —dije resignada.

— Escucha, no importa qué pase, no te declares culpable. No permitiré que nada te pase, lo prometo. —le dediqué una pequeña sonrisa.

Fui directo con mi madre, escuché a Carl bajar del auto y seguirme. Al llegar mamá me dio el abrazo más fuerte que nunca me habían dado.

— Hija, pero qué fue lo que hiciste. —su llanto se hizo más fuerte.

— Tenemos a la sospechosa, la llevaremos con nosotros. —dijo el oficial Snow al radio en su mano.

Un policía se acercó a mí.

— Señorita Savannah Andros, está acusada por el homicidio de Alisson Johnson. Tiene derecho a guardar silencio —me dio vuelta con brusquedad y colocó las esposas con aún más brusquedad—, todo lo que salga de su boca puede ser utilizado en su contra. —se nota que al menos él disfruta esto.

— Mamá, todo estará bien, lo prometo. —dije mientras entraba a la patrulla, pude verla pronunciar un "te amo"

— Así que dime Savannah, ¿Por qué lo hiciste? ¿Celos? ¿Envidia? —el detective que tenía frente a mí no paraba de preguntar eso desde que vine.

— Ya le dije que no diré nada hasta que llegue mi abogado.

—¿Sabes cuántos años te pueden dar por este crimen? —no dejaré que me intimide— Unos 20, por lo bajo. —ok, eso sí me intimidó.

— Detective Philips. —una oficial entró al cuarto donde me interrogaban.

— Estoy ocupado Daniela, ahora no. —él no apartaba su vista de mí, como un león observando a su presa.

— Es urgente señor. —insistió ella.

Aunque algo frustrado y muy de mala gana, aceptó.

Esperé apenas unos minutos hasta que la misma oficial vino a mí y me quitó las esposas.

—¿Qué hace? —pregunté.

— No tienes que hacer nada aquí.

—¿Por qué? —no lograba entender nada.

— El verdadero culpable apareció y confesó todo, puedes ir a casa.

—¿Qué? —salimos del cuarto— Eso es imposible. ¿Quién fue?

— Velo tú misma.

Una vez en el pasillo pude ver a Dos oficiales escoltando a Carl hast el mismo cuarto donde estaba yo hace unos segundos. Ignoré a las personas alrededor mío y corrí hacia Carl, sólo me importaba saber qué estaba pasando.

—¡¿Qué crees que haces?! —Carl sonrió al verme.

— Te dije que no iba permitir que nada malo te pasara.

Buscando a mi asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora