La fiesta de Noel

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— ¡Alisson, date prisa o llegaremos tarde! —Savannah gritó desde la sala, no encontraba mis aretes, los busqué en mi mesa de noche y allí estaban, los tomé y bajé.

Savannah estaba apoyada sobre la puerta, lucía un vestido corto blanco ceñido a su figura con escote en el pecho, se veía magnífica con su cabello cobrizo recogido en una media cola, Savannah es una de las chicas más hermosas de la preparatoria, de eso no cabe duda, aunque obviamente yo no me quedaba atrás, era algo más baja que ella aunque con más curvas, unos ojos marrones acompañados con pestañas largas y rizadas, quizá lo que más me gusta de mi rostro son mis labios, gruesos como los de mamá .

— ¿Podrías dejar de gritar? —bajé de las escaleras — Aquí estoy.

— Media hora Alisson, ¡Media hora! La fiesta empezaba a las diez y ya son diez y treinta —abrió la puerta dedicándome una mirada asesina—. Más vale que conduzcas rápido, ¿Eh?

— Sí, como sea, Mark y la fiesta no irán a ningún lado, descuida, seguro está esperando por ti —sonreí. Mark moría por Savannah, son una linda pareja.

— Más te vale Alisson, más te vale —salimos de casa, es la época de verano en New Jersey, así que el clima es agradable, la noche calmada daba una sensación agradable de paz, esta era una ciudad peligrosa, es por eso que se debe apreciar noches como estas donde se respira tranquilidad.

Aseguramos bien la puerta, últimamente tengo el presentimiento que alguien entra, varias veces he encontrado las cosas fuera de lugar, el anterior jueves el brazalete que me regaló mamá no estaba sobre la mesa del comedor donde lo había dejado, lo encontré junto al televisor, lo cual era extraño, si hubieran querido robar algo ya lo hubieran hecho.

Con las llaves del coche en mis manos salí en busca de mi auto, los tacones estorbaban, hoy Noel cumple años y organizó una gran fiesta aprovechando que sus padres están de viaje, otra vez. Quería lucir bien, Daniel estará allí y lo quiero impresionar, esta noche es mía.

— Me encanta tu vestido, te hace ver sexy —Savannah me miró coqueta—. ¿Hay alguna razón para que decidieras arreglarte tanto? —arquee una ceja.

— ¿Acaso debe haber alguna? Una mujer debe lucir hermosa sin importar qué —mentí, claro que la había.

— Eso sonó más falso que mis pestañas postizas —reí—. Yo sé por qué estás así. Daniel Bramson, ¿No? —abrí mi boca para reclamar, pero ella me interrumpió soltando una risa— ¡Lo sabía! andando, ¡Date prisa, enciende esta cosa y vámonos! Esa fiesta aclama por nosotras.

Luego de 20 minutos de recorrido llegamos al fin, Savannah se pasó todo el viaje de Mark, estaba a punto de bajar el cristal y lanzarla por la ventana junto a sus pestañas postizas. Para fortuna de ella llegamos y no tuve oportunidad de hacerlo, estacioné mi auto cerca de la casa, apagué el motor, bajé de él y me aseguré que todo esté bien cerrado, lo último que necesitaba era que me robaran y un castigo de por vida.

— Vaya que es una gran fiesta —Savannah acomodaba su cabello mientras venía a mi lado y tenía razón, la fiesta es enorme, la música se escuchaba hasta tres calles más allá—. ¿Y, lista? —la miré de manera traviesa.

— Claro que sí.

Nos dirigimos hasta la puerta donde estaba Olivia, la hermana de Noel recibiendo a todos.

— ¡SAVANNAH, ALISSON! ¡QUÉ BUENO QUE VINIERON, PASEN LA FIESTA LAS ESPERA! —gritó a través del ruido. Olivia al igual que yo optó por un vestido azul, sólo que el mío no era tan... revelador.

— Oh, hola Olivia, felicidades, ¡Esta fiesta está genial!

— ¿QUÉ? LO SIENTO, ¡NO PUDE OÍRTE! —se acercó más a mí. Olivia y yo no teníamos un pasado agradable, más de una vez nos llamaron a la oficina del rector por ciertas peleas.

Buscando a mi asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora