Mañana en la noche

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Han pasado ya seis días desde que Carl fue apresado y nosotros aún no hemos conseguido nada. Ayer fui con Lincoln y me supo decir que lo único que Carl será llevado a la cárcel en dos días, lo cual obviamente me desesperó aún más. Si en dos días no demostraba que Carl es inocente todo se irá a la basura. Aunque tenía otro plan; declararme culpable.

Fui a la estación de policías en busca de Carl, lo visitaba casa día.

Carl prácticamente se me había declarado el otro día, nunca respondí nada, no es el momento más oportuno como para iniciar algo, y mucho menos sin saber nada de Mark. Compañeros de la preparatoria dicen que se fue unos días con sus tíos en Colorado.

Al entrar alguien me empujó.

—¡Muévete niña! —vaya modales.

Regresé a ver y me encontré con. Dos oficiales que llevaban a alguien esposado, lo reconocí. Era Brian. Lincoln apareció tras ellos.

—¿Qué sucede? —le pregunté.

— Reportaron un robo hoy en la mañana, seguimos el rastro y nos encontramos con él.

Estas eran buenas noticias, si tenemos a Brian, estamos cerca de encontrar a Steve.

—¿Harán algo como un interrogatorio? ¿Puedo verlo? —quería verlo todo.

— Estoy a cargo. Así que sí, sólo no hagas tanto alboroto.

Acompañé a Lincoln hasta aquel gran espejo que muestran en las películas, sólo que él fue hasta la otra habitación, donde estaba Brian.

— Buenas tardes Brian —saludó a Brian mientras ojeaba su expediente—. Mira que tenemos aquí, ¿En serio robaste una cartera a una embarazada? Eso sí que es bajo. —Brian se encogió de hombros.

— Quería un almuerzo. —el muy cínico sonrió.

— Creo que te vendría bien unos cuantos días en prisión.

— Lo único que encontré fueron pañales y cinc dólares, no es para tanto.

— Quizá, pero ¿Qué tal tu complicidad con Steve Cavanough? Eso sí suena grave. —la expresión de Brian cambió por completo.

— No sé de qué habla. No conozco a nadie llamado así.

— Pues Leah no piensa lo mismo, me dijo cosas muy interesantes. Al parecer tú y Steve se lleva de maravilla. —Brian soltó una carcajada.

—¿Leah? ¿En serio le creerás a una prostituta? —escuchar eso me llenó de ira.

— Entonces sí la conoces.

— Claro que sí. Todos conocen a Leah, ella da... Ya sabes... Un buen servicio. —apreté mis dientes hasta que dolieron

— Confiesa que conoces a Steve. —su tono de voz se elevó.

— No diré  nada más.

—¡Confiesa! Admite que estás relacionado con él, ustedes tuvieron que ver en el asesinato de Alisson y están relacionados con el mundo de la prostitución.

—¿Me acusa de ser asesino? Hasta donde yo sé me trajeron aquí por robar una miserable cartera, no sé de dónde viene todo esto —Brian regresó a ver el cristal frente a él muy sonriente, como si pudiera verme a mí—. Adivino, quieres sacar a tu sobrino de prisión —volvió la vista a Lincoln—. Lástima que no podrás.

Salí de aquel horrible escenario, necesitaba algo de aire, cada vez que imaginaba a Carl lo veía tras las rejas. Él no merecía nada de esto, nadie lo merece, nada de lo que está pasando es justo.

Quería ver a Carl. Quizá luego de que ésto acabe no lo vea tan seguido, es posible que ni lo vuelva a ver.

Me detuve en el pasillo por un poco de agua, entonces sentí mi celular vibrar, un mensaje.

«Carl está pagando lo que tú deberías pagar, ¿No sientes sucia tu conciencia? Sin embargo, aún estás a tiempo de salvarlo...»

Regresé a ver a todos lados buscando a alguien conocido. No había nadie, así que continué la lectura.

«..., si realmente quieres salvarlo sólo debes verme, sí, te propongo una reunión. Tan sólo tú y yo, sin terceros. Ésta es una oportunidad única cariño, te espero mañana en la noche a las 09:00 p.m. en la misma cabaña en la que Alisson murió. Si vas con algún truco yo mismo me aseguraré de que tu amigo se pudra en prisión.

Con amor, Steve.»

Steve, el mismo que asesinó a mi mejor amiga ahora pide verme.  Dentro de mí se originaron varias emociones, entre ellas el terror, pero no igualaba a la ira de vengar a quienes han sufrido a causa de Steve. Tomé el celular y digité dos palabras clave que definirían todo.

«Ahí estaré» respondí a Steve.

Buscando a mi asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora