Es mi turno

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Savannah se había levantado temprano para ir a aquella dirección que le entregó Connie ayer luego de que Brian la atacara. Su madre al enterarse de eso la llevó urgentemente al hospital donde suturaron su herida y le recetaron unos antiinflamatorios junto con pastillas para compensar el hierro faltante en su cuerpo a causa de una mala alimentación.

Bajó hasta la sala lista para salir, pero su madre la detuvo en seco.

—¿A dónde crees que vas? —dijo con una cuchara en mano.

— Saldré al cine con Mark mamá. —mintió, aunque si bien es cierto Mark dijo que la acompañaría.

— Pues dile a Mark que no irás, ayer intentaron matarte y aún no te recuperas, no saldrás de esta casa sin mi consentimiento señorita. —ordenó muy seria.

— Pero mamá...

— Pero nada —la interrumpió—. A tu habitación, ahora.

A Savannah no le quedó otra opción que acceder, si su madre dice no, es no.

Yo por mi parte no perdería otro día más sin moverme, y mucho menos ahora que Scott se ha ido.

Salí sin rumbo por las calles de la ciudad que un día fue mi hogar, reconocí la cafetería a dos cuadras de mi casa, el parque donde tuve mi primera cita hace algo más de tres años y por supuesto no podía faltar mi lugar favorito; la biblioteca, donde me escapaba cada que mi mente estaba abrumada por alguna cosa, luego de ver a aquel hombre morir vine aquí por casi tres meses, era un gran distractor de aquella noche.

Seguía caminando mientras veía caras conocidas y otras no tan conocidas cuando ví a una que no podría olvidar por nada. Brian.

Brian salió de un edificio con dos maletas en manos las cuales colocó en la cajuela de un auto gris, el mismo que estaba en la cochera de Connie, me pregunto a dónde irá.

Entró al auto, así que hice lo mismo. Estaba a punto de encender el motor cuando recibió un mensaje de texto, ví el nombre del remitente; Steve, sin embargo, no reconocí el número, me enfoqué en lo que decía el mensaje.

«Ve a la casa de campo a afueras de la ciudad, puedes quedarte ahí por unos días»

Leer aquello iluminó el rostro de Brian, que sin pensarlo dos veces empezó a conducir.

Tenía muy bien trazado mi plan; seguiría a Brian hasta aquella casa de campo, si pertenece a Steve, debe haber algo que me ayude a saber quién es.

Habían pasado ya 20 minutos, Brian paró dos veces, una en al gasolinera y otra para comer algo. Para cuando llegamos ya era medio día.

La casa de campo era realmente grande, su color blanco resaltaba entre toda la naturaleza, se debe admitir que Steve tiene buenos gustos en cuanto a decoraciones.

El interior de la casa era aún mejor que la parte exterior, incluso contaba con una biblioteca personal más allá de la sala. Brian dejó sus maletas en una de las habitaciones, lo curioso es que no había ninguna foto, familiar o individuales, no había nada que indique quién es el propietario del lugar.

Pude escuchar cómo Brian entraba a la ducha para darse un baño, está era mi oportunidad.

Empecé a buscar cualquier cosa que me sirviera como pista, pero no encontré nada más allá de bolígrafos y unos que otros shampoos en sachet, al parecer Steve no es residente permanente de este lugar.

Me cansé de buscar en la planta baja sin obtener nada, hora de ir a arriba.

Habían más de seis habitaciones en aquella casa, sin embargo había una al final del pasillo que resaltaba entre todas por su majestuosa puerta, esa debe ser la de Steve. Intenté girar la perilla y sí, estaba cerrada con seguro, señal de que hay algo ahí dentro, menos mal y yo no necesito girar perillas.

Atravesé la pared y al hacerlo me encontré con una habitación del tamaño de toda mi casa junta, incluso tenía su propio Jacuzzi, sea quien sea Steve debe tener mucho dinero.
El acabando en el techo era increíble, al igual que la gran alfombra que cubría gran parte de la habitación.

Junto a la cama había un pequeño velador, debe haber algo ahí. Halar aquel cajón fue más complicado de lo que pensé, pero logré, sin embargo, otro inconveniente se presentó, dentro del cajón había otra pequeña caja, y como si fuera poco no podría ser abierta a menos de que sea con una llave.

Entonces ví la cerradura, tenía una "C" idéntica a la llave que conservaba en mi habitación, quizá aquella llave puede abrir la caja.

Me apresuré al ir a mi habitación. Una vez ahí ví la llave justo donde la había dejado ayer, la tomé y regresé a la casa de campo.

Aunque fue complicado, pude abrir la caja. Entonces entendí por qué estaba tan resguardada, era la documentación de Steve; identificación, pasaporte, todo. Era algo difícil creer que él enserio sea Steve, ví su rostro y mis recuerdos sobre aquella noche volvieron a mí.

Recordé ser golpeada y violada por la misma persona, recordé cómo él disfrutó hacerme daño, recordé todo. Esa lluvia de recuerdos fue demasiado para mí. Caí al suelo, mis piernas se volvieron frágiles y débiles, pero sobre todo mi corazón se rompió en mil pedazos al descubrir quién era.

Y justo cuando creí que no podría con todo eso, una paz me invadió, un sentimiento de liberación recorrió por mi cuerpo, ¿Es así como se siente el haber acabado con esto? ¿Realmente todo acabó?

Cada partícula de mí parecía desvanecerse, no sentía dolor en absoluto. Todo estaba bien, todo estaría bien.

Pero no, aún no puedo irme, sé quién me asesinó, y ahora irá en busca de Savannah, no puedo dejarla ahora, no así. Pero ya era tarde, mi cuerpo era arrancado de aquel lugar, podía sentir cómo desaparecía cada parte de mí, hasta que no quedó nada. Me pregunto si Savannah podrá con esto sola, me pregunto si Scott estará ahí para recibirme.

Buscando a mi asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora