Capítulo 30

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- ¿Caliente o frio? - me preguntó mi abuela desde la cocina.

- Como siempre. -respondí con la esperanza de que se acordase como realmente me gustaba el chocolate.

Entonces vino con una taza grande de chocolate caliente con espuma. Tal y como me gustaba.

Intenté beber con rapidez, pero la temperatura no me dejaba tomarlo muy rápido.

- ¿Ha sido duro el viaje? -me preguntó mientras se sentaba en la cómoda.

- Hubo atasco en la carretera munucipal y el calor no ayudaba. -respondí.- pero nada me impediría poder verte.- le sonreí.- Ha sido un tiempo muy duro para mí, abuela. Por eso no te he visitado antes. -recordé el viaje a Paris donde me violaron y lo dificil que se me hizo salir de casa.

- Lo sé cariño. -me tocó el pelo.- lo importante es que estés aquí. -me sonrió.- ¿Has pensado cuanto tiempo vas a estar?

Me quedé en silencio.

- La verdad esque no lo he pensado. - me tomé el ultimo trago de chocolate. - solo sé que me gustaría estar un largo tiempo.

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Durante una hora, mi abuela me estuvo enseñando la nueva colección de postales que tenia. Recordé que yo tambien coleccionaba postales y le prometí que cuando volviese le llevaría algunas.

Me presentó a su nuevo compañero Toy. El pequeño cachorro adoptado hace unas semanas.

Me imaginé que al estar sola le gustaría a alguien de compañía.

Después de cenar le insití para que fuésemos al río.
En aquel rió me bañé por primera vez con 2 años. Eso sí con ayuda de mi padre.

Nos sentámos en el banco y admiramos el precioso río que teníamos a nuestro alcance. La luz de Santa Mónica era rosa y se reflejaba en la charca aquel color.

Los pájaros cantában y había un tranquilo silencio.

Entonces mi abuela me cogió de la mano y me dijo:

- Gracias por venir Alison. -me besó la mano.- a tu abuelo le hubiese gustado mucho.


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Admitiendo Mis SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora