Habitación 707

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Vuelo 934 destino París -oí desde la silla donde estaba sentada.

Hoy era el gran día. Hoy era el día en que todos los alumnos de la asignatura Francés viajábamos dos semanas a Paris. Aún no me lo creía.

Me puse el bolso en el hombro y saqué mi billete de avión. Una vez entregado el billete y entrada en el avión me senté en el primer sitio libre que había visto al lado de la ventana.

Me puse mis auricules y me entretenía mirando a la ventana. A los pocos minutos alguien se sentó a mi lado. Era Alison. Desde aquella conversación en el vestuario no habíamos vuelto ha hablar. Había dejado de estar tanto con las chicas y me había pasado esa semana entrenando natación para una competición, la cual gané. Estábamos a pocos centímetros y no me atrevía a hablarle.

- Por fin Paris ¿no? Tenía ganas de alejarme de ese pueblo. -dijo mirando a su móvil. No sabía si se refería a mí y entonces hice como si no hubiera escuchado.

- ¿Qué? -dije disimulando.

- Tu y yo en Paris, Emily.  ¿recerdas?- dijo mientras despegaba la mirada del teléfono y fijaba sus ojos en mí.
Claro que lo había pensado. Estaba enamorada de ella.

Flashback

Nos encontrabamos en la clase de Francés, la cual ya había acabado. Solo quedábamos Alison y yo.
Yo estaba acabando unos ejercicios en francés, mientras que ella ordenaba diferentes postales de diferentes lugares.

- Se supone que estamos estudiando - dije, haciendo que ella dejase las postales, la cual me miró y sonrió. - ¿estás planeando un viaje? - no pude evitar preguntar.

-  Tú y yo en la dulce Paris. ¿Qué tal suena?

- Quizá deberíamos aprender hablar francés antes de irnos. - los rayos de sol iluminaban su rubia melena. Se veía hermosa.

- Bien, primero podríamos empezar por el sur de Francia, bailando por los campos de girasoles. Relajarnos en bikini en la riviera francesa. - entonces quito la mirada y se fijó en la postal de la Torre Eiffel que tenía en frente. - Te verías tan bien en lo alto de la Torre Eiffel.  Con el viento en tu pelo...
Entonces me levanté y me acerqué a ella juntando las manos en la misma postal que tenía ahí.

- ¿Cuánto tiempo estaríamos fuera? - pregunté, mientras ordenaba todas las postales y las guardaba.

- ¿ Qué tal para siempre?

Fin del Flasback

El sol había caido hace horas. El avión se encontraba prácticamente sumido en la penumbra, la gran mayoría de los pasajeros dormían y solo se escuchaba leves ronquidos.

De tanto en tanto se podía ver alguna luz encendida sobre un par de asientos ojeando algún periódico o leyendo algún libro. Alison recorría artículo por artículo la típica revista que todos los aviones incluyen junto con las instrucciones de emergencias, aquellas en las que te dicen que hacer en esas circustancias. Mientras tanto yo, solamente escuchaba música y me entretenía viendo alguna película que me había descargado horas antes.

En cuanto miré mi reloj se me formó una sonrisa. Faltaba poco menos de media hora para llegar a Paris y poder aterrizar. Estaba muy emocionada.

Minutos después la azafata nos comunicó que teníamos que ir guardando nuestras pertenencias pero aún con el cinturón de seguridad puesto. Entonces miré a Alison la cual se veía realmente feliz aunque quisiera esconderlo. De vez en cuando se le escapaba una media sonrisa. Me gustaba cuando la veía así, su rostro iluminaba todo el avión con aquella sonrisa.

Una vez salida del avión me quedé junto todos los alumnos, unos 18 aproximadamente, esperando al profesor. Cuando vino, nos repartió el número de habitación que nos había tocado con nuestro compañero correspondiente.
Cuando ví en la ficha que me había tocado con Alison, no sabía si estaba feliz o decepcionada. Después de lo que nos pasó, no volvimos ha hablarlo, además me dejó bien claro que le gustaba los chicos.
El profesor nos indicó nuestro autobús para poder ir a nuestros hoteles. Se veía tan bien esas semanas. 2 semanas en un hotel con actividades turísticas y con Alison Dilaurentis de compañera de habitación.

No pude evitar emocionarme cuando ví el hotel que nos habían dado. "Gran Pigalle Hotel" un precioso edificio blanco con luces en los jardines. Cada habitación tenía el lujo de un balcón bastante amplio.
Me dirigí hasta mi habitación con Alison, quién saco la llave y entró.

- Wow - no pude evitar decir.

Era una habitación bastante grande con colores crudos y amplias alfombras muy acojedoras. Estaba compuesta por dos camas bastante amplias y un solo baño.

- Así que este es nuetro nuevo hogar - dijo dando vueltas por aquella habitación. - tendremos que hacer horarios para el baño. - rió.

En cuanto nos cambiamos a ropa cómoda llamaron a la puerta. Alison se levantó de su cama y se dirigió a la puerta para poder abrirla.

- Venía a ver que tal está Emily - dijo mientras sonreía y se pienaba el pelo.

- Ben. ¿ Qué pasa? - en ese momento Alison abrió del todo la puerta y se metió en la cama.

- Venía a verte - dijo mentras me daba un beso en los labios - también venía a decirte que a las siete es el desayuno mademoiselle.

- Gracias por el aviso, estoy cansada. ¿Nos vemos mañana? - dije mientras le tocaba el rostro. Quería que se fuese. Se me había olvidado por completo que tenía novio.

- Claro amor - entonces se fue y cerré la puerta para poder meterme en la cama en la misma posición en la que estaba minutos atrás.

- Pensaba que ya no seguías con él - comentó la rubia sin despegar la vista de su teléfono.

- Es complicado

- Entiendo - suspiró - lo de Ryan y yo también es... "complicado".

- ¿Seguís juntos? - no pude evitar preguntar. Me moría de ganas de saber esa respuesta.

- Rompimos hace una semana, pero el no para de enviarme mensajes y llamadas - enseñó su teléfono - tengo 9 llamadas perdidas y sin contar con los mensajes. Me agobia mucho.

- Normal. ¿no sería mejor hablarlo? - intenté ser comprensiva.

- Lo mejor es dejar el télefono siempre en el hotel - me sonrió - así no nos molesta.

Como que " asi no nos molesta", ¿A que se refería?

Nos dirigimos juntas al baño a asearnos y en cuanto terminamos, apagamos las luces y nos metimos en nuestras camas correspondientes. Llevábamos todo el día de viaje, apenas eran las diez y ya estaba agotada. Mañana nos espera un día duro, pensé.

- Hasta mañana Ali.

- Buenas noches Em.

Admitiendo Mis SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora