Elsa caminaba tranquilamente por la calle junto a Alicia, quien estaba intrigada hacia donde la llevaría la joven.
Luego de la universidad, y como tenía libre, llegó hasta su nueva casa para salir a pasear junto a su hija. Era fin de mes y su primer sueldo ya fue pagado, por eso le compraría una nueva mochila para botar a otra. No quería seguir con aquel horrible recuerdo del peor día de San Valentín de todo.
Sacudió su cabeza, no lo recordaría.—¿Qué vamos a hacel, mami? —preguntó la inocente niña.
—Te voy a hacer un regalo —Alicia sonrió con emoción—, tendrás una nueva mochila mucho más bonita.
—¡Shí, shí quielo! —exclamó felizmente.
Estaban en la tienda minutos más tarde cuando se acercó una joven para atenderlas. Era pelirroja, de aspecto entre amigable y rebelde.
—Em... sí, estamos viendo mochilas para mi niña —señaló a la pequeña.
—Hola —Alice saludó.
—Hola, pequeña —la pelirroja sonrió—. Mi nombre es María, yo las ayudaré a buscar una mochilas, ¿les parece?
—¡Shí!
—Gracias —la platinada sonrió por la amabilidad de la joven.
Así pasaron la tarde en busca de una mochila nueva para la pequeña Alicia.
Por otra parte, Jackson caminaba por las calles llegando hasta la dirección donde sería la entrevista al trabajo donde había enviado su solicitud. Se trataba de un restaurante simple, de comidas caseras, pero la paga le había agradado. Quería trabajar y demostrarle a esa chica que él estaba cambiando, y no sólo por demostrarlo, quería conseguir las cosas por si mismo para comprarle todo a la pequeña niña. Ya no deseaba depender del dinero que tenía en su cuenta, el dinero de su padre, el cual sólo lo había tocado unas cuantas veces para sobrevivir además para comprar la casa.—Buenos días —la mujer morena, una adulta de bonitos ojos verdosos, levantó la mirada de la mesa en donde estaba limpiando—. ¿Sabe si está la Sra. Tiana? Es para una entrevista.
—Oh, si mencionó algo —la mujer sonrió—. Espera aquí mientras voy por ella.
—Gracias.
El lugar era acogedor, repleto de familias y parejas. Sus ojos toparon con una de aquellas familias en la cual había una pequeña niña riendo junto a su madre mientras el hombre sonreía felizmente; no pudo evitarlo y se imaginó que aquellos eran la pequeña Alicia junto a Elsa y él, por supuesto.
Después de todo, esto de tener una propia familia le estaba gustando.—¿Jackson Frost? —miró a la mujer que venía ahora, casi parecida a la anterior excepto por sus ojos, que eran cafés—. Soy Tiana, dueña de este restaurante, sientate para que podamos hablar sobre el asunto.
—Sí, claro —obedeció.
Estuvieron un buen rato hablando, luego Tiana lo hizo cocinar para poder comprobar si lo que el muchacho decía era cierto. Por supuesto y lo era. Jack Frost era un experto en cocinar, por algo vivía sólo.
Probó el caldo que el joven había hecho, terminando por soltar una sonrisa.—Eres muy bueno, ¡esto está riquísimo! —exclamó la mujer—. Estás contratado, ¿quieres arreglar los horarios?
—¿Encerio? —su sonrisa era más que grande, estaba feliz por haber tenido trabajo después de haber buscado. Sacudió la cabeza—. Digo, gracias. Claro, hablemos de eso.
Tiana soltó una risilla, comenzando a hablarle sobre el como se trabaja en ese lugar antes de conversar los horarios.
Ya pasado una hora, Jack salía con una gran sonrisa. Su niña tendría todo lo que ella quisiera, o bueno, tampoco la malcriaría. Elsa no le permitiría eso, y estaba de acuerdo. No quisiera que la pequeña fuera como Blanca, tan cruel y burlesca. No. Él quería que Alicia mantuviera su dulzura y alegría, ya no más lágrimas para ella.
ESTÁS LEYENDO
La Niña ||Jelsa||[TERMINADA]
FanficÉl era de fiestas y aventuras de una noche. Ella era de libros y tranquilidad. Ambos sin ninguna otra preocupación que no sean los estudios de la universidad y/o su familia. Sin embargo, eso cambia una noche. Discutian mientras caminaban devuelta a...