La lengua y el ratón

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Wonho acababa de sentirse atrapado en una esquina con la cola entre las piernas. Se odió internamente, ya se le había ocurrido que no sabría manejar el aparato para cerrar las cosas que abría, él había apretado el botón del medio y le desapareció. Tal parecía que no era lo único para hacer. Se mordió los labios e intentó por todos los medios no temblar. Había sido criado para ser un esclavo y había fallado en algo tan básico como la privacidad de su dueño. Para peor no sabía mentir y no quería tantear su suerte.

— Solo lo había agarrado para llamar a ese número, lo juro. Luego me sentí curioso. Por favor, no me castigues por eso ya me escuece mucho el cuello. — Wonho tenía la mano estirada y agarraba la tela del borde de la muñeca ajena, tenía los labios apretados y sentía que podía rogarle de todas las maneras posibles con tal de que lo perdonara. Realmente quería llorar.

— Y... ¿no me vas a preguntar nada? — Kihyun por su lado llevaba las mejillas rosadas y cada tanto comía con la mano que Wonho no sujetaba. Le acarició los dedos al de la piel nívea para tranquilizarlo y enseguida lo logró.

— No, está bien. Voy a esperar a que algún día me lo digas. —

La conversación murió ahí. Kihyun no respondió más y Hoseok dio gracias a que su cuello estaba sin nuevas heridas. Cuando el peli negro terminó de lavar y acomodar las cosas fue a la habitación del más chico pero estaba cerrada con llave y se escuchaba a duras penas una conversación telefónica y pequeños gimoteos de llanto. El chico quiso golpear pero al final quedó en su habitación. Cuando el sol salió ya no había nadie más en la casa. Wonho decidió que leería los manuales de los vibradores que le habían traído de regalo. Como siempre el día le pasó muy lentamente, empezaba a acostumbrarse a la soledad pero no le gustaba. Cuando llegó la noche había terminado de aprenderse todos los botones del vibrador y estaba excitado, se había imaginado demasiadas cosas y tenía una carpita hecha en su ropa de cama. Jadeó por el roce y se fue a acostar al sillón que daba a la puerta. Empezó tocarse, él no podía hacer nada sin su dueño, correrse era algo que le habían prohibido igual que tocarse. Así que lo hizo por arriba de la tela, despacio y apretando fuerte, quería correrse tan violentamente. Sus piernas se estiraban para contenerse. Luego de un rato de autotortura escuchó la cerradura y con eso se quedó mirando al frente, deseoso.

— Kihyun... mrgh. Dime que me puedo correr. — el pequeño chico de no mas de metro sesenta y cinco saltó en el lugar y miró a todos lados. El susto hizo que las bolsas que tenía en la mano se le cayeran y cerró la puerta rápido. 

— ¡Wonho! ¿Q-qué estás haciendo? — la pena hizo que no le pudiese ver pero enseguida se acercó para corroborar.

— Estaba caliente, pero no me he corrido ni una vez sin su aprobación. — tenía la mirada oscura y brillosa, cuando el chico se acercó le agarró para inclinarlo y poder besarle, sus labios eran sumamente deliciosos. Kihyun le respondió el beso con calma y sintió la yema de sus dedos en su mejilla.

— ¿Qué te excitó así? Puedes tocarte sobre la piel. Todavía no te corras... solo cuando me termines de contar.— estaba bordó hasta literalmente las orejas, pero Wonho le sonrió y metió la mano en sus pantalones, dejando salir un jadeo ronco por el contacto, empezó a masturbarse desde ahí, se mordió la lengua y luego los labios. Kihyun ya sentía demasiado calor en su pecho.

— Estaba leyendo el manual de los vibradores y me imaginé las muchas maneras de ponértelo y que te corrieras con eso. Y recordé tu rostro cuando te la estaba metiendo, con la saliva bordeando su boca y los o- — iba a seguir hablando, pero Kihyun tenía las dos manos puestas en su boca y fruncía el entrecejo queriéndose morir.

— Puedes correrte. — lo dijo con la cabeza agachas y se escuchó un sonido suave y gustoso -que se aplacaba con las manos contrarias- cuando Hoseok terminó en su mano, estaba agitado, demasiado tiempo conteniéndose. Enseguida sonrió aunque debajo de las manitos y alzó los brazos para abrazarle sobre su pecho.

— No cociné todavía. Es temprano, pensé que iba a tener que estar así por horas. ¿Podemos hacerlo? — por las dudas Wonho preguntaba en cada oportunidad. Kihyun frustrado le negó y se levantó para alzar las bolsas e ir a la cocina. Wonho le siguió fielmente.

—Te compre el celular, cargue los números que podrías necesitar en caso de emergencia. Hay algunas cosas bloqueadas... pero puedes bajarle juegos.— el esclavo le sonrió y miró el aparato grandote de pantalla plana, no se llevaba bien con la tecnología, era lo único que no les enseñaban. Aún así agradeció con un beso en la mejilla ajena y paso de largo para hacer la comida.

— Luego lee el manual, si te mando un mensaje quiero que me respondas, así que es importante que lo leas. — el pelinegro pestañeo y se quedó pensando, cierto, mensajes, había leído cosas. O sea que no servía solo para llamar. Asintió firmemente y volvió a la cocina para preparar sopa, esa vez sin fideos, sino que arroz y carne.

— Para mañana lo tendré aprendido. ¿Puedo dormir contigo hoy? Ayer me cerraste la puerta otra vez. — se lo escuchó bufar y Kihyun sonrió muy levemente, estaba acomodando las cosas que había comprado y los papeles que tenia arriba.

—Está bien. Puedes. — el esclavo se sintió lisa y llanamente en la gloria. Su sonrisa lo decía todo. Kihyun parecía cansado y cuando fueron a la cama el esclavo se sentó de rodillas.

— Déjame hacerte masajes, no te haré nada raro. Solo relájate.— parecía que el pequeño estaba realmente exhausto porque no puso resistencia, se durmió en algún momento boca abajo. Wonho le abrazó y recargó, escondiéndolo entre las sabanas y frazadas y le respondieron envolviendo su cuello con los brazos. Casi le hubiese excitado de no ser porque estaba literalmente dormido y semi roncando. Le mantuvo así toda la noche, Hoseok sentía algo raro en el pecho pero no le tomó importancia y se durmió.

¿YA VIERON LO NUEVO DE MONNNNSSSSSSSTAAAAAAA? al margen de los colores de pelo que se me moja el calzón, se vienen cosas hermosas y eso me da más inspiración aún (?) 😭😭😭 no se olviden de amar al grupo como si fuese la última put* cosa de sus vidas!

Te compro, te tengo [Kiho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora