Un pedazo de ti

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Wonho seguía temblando, estaba meramente asustado, cada tanto le miraba de reojo pero procuraba concentrarse en su plato. 

— Hoy... podemos dormir juntos. — susurró el de pelos rosas, tenía las lagrimas secas en su rostro pero aún así se veía hermoso. Hoseok le miró consternado, realmente no estaba muy seguro al respecto pero, ¿para que volver a hacerlo enojar? No valía la pena. Le regaló una sonrisa jovial y asintió. 

— Sería genial. ¿Vamos a comer postre? — Kihyun miro el mantel un rato y dejó escapar una sonrisa, se le desaparecían los ojos cuando sonreía y sus dientes eran anchos y los colmillos del largo justo. A Wonho se le detuvo el corazón y preguntaba cómo podía no reconocerlo si alguna vez le había visto. 

— ¿Un volcán de chocolate? —El chico de pelos blancos dejó salir una risa y asintió. 

— ¿Con helado puede ser? —preguntaba y calculaba cada pregunta, intentaba no ser demasiado informal y a la vez sumiso, había notado que el chico se intimidaba fácilmente y eso no era bueno para su salud o libertad.

— Oh, oh. Qué rico. — el más chico se levantó automáticamente y fue a pedir al mozo antes de que éste viniera, parecía dispuesto a que no volviera a aparecer nadie más y qué decir, Wonho se lo agradecía. Y por lo mismo se quedó estático el tiempo que el otro tardó, pronto le vio llegar con el postre a él mismo y le causo gracia. Kihyun se apabulló al respecto pero no pareció ser suficiente para enojarlo porque dejó el plato y repartió los cubiertos, enseguida rompieron el caparazón y el chocolate se mezclaba con el helado. El final de la velada fue mucho mejor que el principio, casi pareció perfecto. Cuando terminaron Wonho esperó sentado, quería ir al baño pero no estaba seguro si eso haría feliz al chico menudo que tenía ataques de ira repentinos. 

— Señor... — apoyó una mano en su cadera cuando estaban levantándose y el más chiquito le miró curioso.

— ¿Me acompañas al baño? — como esperaba, el menor se abochornó, se quedo pensando varios segundos, quizo hablar y al final bajó la cabeza y asintió, siguiéndole por detrás. Hoseok descubrió una manera de manejarle que aunque realmente no era normal, era mejor que sufrir los errores. Se metió al cubículo y mientras estaba a mitad de sus necesidades escuchó el mismo llanto que antes. 'Mierda' pensó y terminó rápido saliendo de ahí y encontrándose con un chico que se cubría el rostro con ambas manos. Hoseok se miró las palmas y gruñó, se las lavó y enseguida abrazó al chico por los hombros.

— No llores, no llores por favor. — suplicaba y éste negaba hundiéndose un poco más en su pecho. 

— Perdón... — alzó la vista, a Hoseok se le achicharraba el corazón, al menos no eran sus sesos. Se obligó a sonreír y acariciar sus cabellos. 

— No tienes que pedirme perdón. Está todo bien. Vamos a casa. — le besó la frente esperando que con eso terminara de lamentarse. Lo hizo después de un rato y pudieron subirse al auto, esta vez Wonho no levantó la vista para ver quienes le miraban, incluso tenia firmemente una mano apoyada en la cintura ajena y caminaba a su lado para que le notara. Eso relajó tanto al más chico que llegó a asustar al contrario. Cuando se subieron al auto y la puerta se cerró Wonho se acercó al rostro ajeno y lo tomó de las mejillas.

— ¿Puedo besarte? — no estaba ni un poco seguro de sus acciones pero lo necesitaba, no recibió respuesta en palabras pero sus labios se abrieron y cerró los ojos con fuerzas. No dudó en seguir, tomó esa delicada piel y le aplastó, succionándolos. Empezó a meter su lengua y le sintió estremecer, sus manos sujetaron las dos muñecas del menor y las apoyó en su pecho para poder encontrar lugar donde abrazarlo. Hundía profundamente su lengua jugando y exprimiendo la otra. Los saltos que pegaba el de pelo rosa le hizo saber que lo estaba disfrutando. Solo se movió cuando supo que ya no podía respirar. Efectivamente el chiquito estaba agitado recogiendo aire mientras temblaba.

— Maldición eres tan lindo. — Hoseok se alzó en el asiento para hincarse sobre el otro, haciendole acostar. Kihyun se alarmó, miró a los lados y sujetó el aparato que antes había usado, Wonho quedó estático y salió de ahí inmediatamente. Apoyando la espalda contra la puerta. Sus piernas temblaron antes de que suceda algo pero nada pasó, respiró profundo.

—No quería asustarte. — Wonho habló y Kihyun miraba al suelo arrepentido. 

— No soy lindo, no puedo satisfacerte como esas mujeres. Nunca haremos nada de eso. — la expresión del peli blanco daba algo de risa y alzó la ceja. 

— ¿Quién dice que no eres lindo? Cuando estabas por comprarme fuiste a quien más miré. No. Al único que realmente vi. — aseguró y en un impulso se acercó y tomó sus muñecas provocando que el aparato se cayera. Le miró fijo a los ojos y Kihyun se removió como si fuese la ultima vez en su vida. A Wonho eso no le importó y acomodó las pequeñas muñecas para sostenerlas con una sola mano y volverlo a acostar, subiendo esos brazos a su cabeza, le miró y no tardó en volver a besarlo. 

— Déjame hacértelo y verás que tanto me puedes satisfacer, si esa es tu inquietud. — pasó la nariz por su rostro y luego por su cuello, mordisqueándolo. Cuando escuchó el auto estacionar y el jadeo del chico soltó el agarre. La puerta se abrió y el menor salió trastabillando, agarrando el aparato antes. El mayor le siguió como quien corre del demonio, no podía dejar que se le escapara. Le abrazó por la cintura y notó la incomodidad, pero no lo soltó por el contrario le apretó más y más.

— Kihyun... hagámoslo. No tengas miedo. — ambos caminaban toscamente por la manera que estaban agarrados y el mas chico estaba realmente perturbado y pataleaba, lo que le hizo reír. Enseguida tuvo la perfecta idea de cargarlo en sus brazos. El rostro del pequeño chico tenía una expresión peor que la anterior pero al menos ahora iban más rápido. Le lanzó a la cama cuando la vio frente a él y se subió arriba sacando su camisa y saco antes de que el otro llegara siquiera a pestañear. Había miedo en sus ojos, pero en los de Hoseok también, después de todo cada paso que daba era estar en lava ardiendo. El más alto empezó a pasar la lengua por su cuello, se dio cuenta que tenía un sabor dulce como el chocolate, le mordió enseguida y logro sacar un gemido. 

— No... no quiero esto. No sé hacerlo. — Kihyun se giró y empezó a gatear para salir de la cama. El peli blanco no pudo evitar reírse y abrazarle por la cintura. 

— ¿Con quién quieres practicar entonces? ¿Por qué no conmigo?— las preguntas empezaban a hacer entrar en crisis al chico de baja estatura y se agarraba a las sabanas con fuerzas intentando que no le voltearan. Wonho apoyó su entrepierna en las nalgas que estaban allí expuestas y le olisqueó por todos lados. Recordó que desde que había llegado no había tenido relaciones y él las tenía... ¿todos los días? Casi siempre al menos. El más chico jadeaba bajito y finalmente soltó las sabanas.


Creo que finalmente se viene el limón (?) 🍋 espero (?) no sé 🤦🏻‍♀️

Te compro, te tengo [Kiho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora