Aniversario - Especial +18

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Septiembre, 25 a las 23:30 de la noche. Kihyun tenía grabada la fecha y el horario con fuego en su mente. Iban a cumplir ni más ni menos que seis años juntos. Y Hoseok ese mismo día cumplía los dos años de libertad.

El pequeño chico, que ahora tenía los cabellos de un intenso color chocolate, estaba metido en la cama, acurrucado por completo mientras marcaba con emoción las teclas en su celular.

Gato 🐱
'Si, puedo prestarte la jaula, la usamos para eventos exóticos, ¿qué clase de putada asquerosa vas a hacer, ridículo? Me das miedo.'

'No te importaaaaa. Algo para Hoseok. Le quiero dar una sorpresa'

Gato 🐱
'Uuuuhggggg. Creo que tampoco quiero saber. Solo manda un camión para que la vengan a buscar y ya. 👋'

' 😊 graciass'

Hoseok estaba actualmente en producción para una canción de un OST de un drama por lo que a duras penas salía de su estudio a la cocina y a la cama. Así que Kihyun tranquilamente armó el living que estaba más alejado de la casa, hizo poner la jaula grande sobre la mesa, a una distancia prudente pero cercana a la punta y se dispuso a ponerle un colchón a medida color rojo. Estuvo casi una semana entera decorando el lugar y comprando diferentes artefactos que no estaba seguro de querer probar. Pero al chico que ahora tenía los cabellos bien negros y lisos le encantaban los juguetes y más si
se los ponía en alguna parte, su fetiche era simplemente verlo retorcerse hasta el cansancio.

Preparó lo que usaría con vergüenza, pensando solamente en el placer del mayor, se estaba esforzando más de lo que pensaba. Un collar con las iniciales ajenas, igual al que le había hecho usar antiguamente, una camisa blanca muy grande y lo suficientemente transparente para hacer desear y notar sus pezones y finalmente unos vaqueros negros y sutilmente ajustados sin nada en los pies. Se pondría unos anillos de cuerina para estar listo. El rostro muy suavemente pintado, tan solo dándole una apariencia más inocente. Quería provocar un poco mas esa parte dominante y tosca de Hoseok. Cada tanto era divertido.

Esa noche le había dicho al chico que iba a tener que salir del estudio sí o sí o lo mataría. Pues bien, Hoseok no tenía dueño, en serio que no lo tenía, pero tenía un novio que era igual o más demandante que cualquiera. Y cuando el pequeño demonio quería algo nadie lo detenía.

— Pequeño... estoy un poco ocupado, no tengo inspiración y tengo que terminar la canción pronto. — susurró apenado cuando un Kihyun en bata le fue a buscar. Pero la ceja arqueada y la expresión dura del saco de huesos era algo que no le indicaba buenos augurios.

— Vas al living en quince minutos o te juro que haré que éste y los próximos treinta trabajos que tengas desaparezcan de esta tierra. Aunque tenga que fundir mil empresas. Y más te vale que recuerdes qué fecha es cuando llegues al living porque te mataré, te cocinaré y me comeré tus órganos. — Hoseok ya se había levantado para ir a abrazarle pero el menor se fue corriendo, cerrándole la puerta en la cara. No había mucho para hacerle, Kihyun era menos celoso pero no menos enfermo.

El peli negro decidió que quizá la distracción le vendría bien. Luego de apagar los aparatos y tomar una ducha fue al salón. No tenía ni puta idea de qué día era, literalmente no lo sabía. Se fijo en el celular y cuando la fecha le apareció fue abriendo la boca de a poco. Luego hizo una expresión de que ya iba a valer, lo iban a degollar o algo peor. Seguro había una guillotina del otro lado esperándole. Tomó aire y cargó el 'lo siento' tartamudeándolo apenas abrió la puerta. Lástima que lo que se encontró lo dejó unos cinco minutos congelado.

Te compro, te tengo [Kiho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora