Agua.

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Pov -Taeya-

Por un momento, unos solos segundos fueron suficientes para recordar al rubio uzumaki de naruto.

Esa aura brillante, la calidez de sus palabras era simplemente reconfortante.

Voy a encontrarlos.

Boruto paso de mi dirigiéndose al Nara, saludandolo por lo que aproveché a ir con la Hokage antes de que me interrogaran.

Pero en el camino algo me avento contra un callejón, cerré los ojos al instante por el impacto contra los ladrillos luego cuando los abrí observe a una persona que conocía demasiado bien. —dímelo —exigió.

Pase saliva nerviosa ante la orden de Hyajin, el cual ya me tenía encerrada.

Nada peor que un hijo desesperado. —melo —respondí.

Cerró los ojos buscando paciencia —dime todo lo que sabes, no me salgas con bromas —puso una kunai cerca de mi estómago.

—lo único que Neji-San me dijo, es que debía encontrar a alguien —apretó más el kunai.

Sus ojos activaron el byakugan —¿quien? —

Negué con la cabeza —no lo se —me observó detenidamente.

El sabía que yo mentía y sin embargo seguía analizandome con los ojos.

Hasta que el, solto un suspiró quitando la kunai y dándome espacio. —Llámame Jin, al parecer eres de confianza, de lo contrario papá no te hubiera confiado eso. —

—entiendo —le di vuelta saliendo del callejón, algo shockeada por lo que había pasado no recordaba tan escalofriantes a los hijos de mis compatriotas.

Hasta que un destello rojizo llamó mi atención.

Esa cosa...

—nos volvemos a encontrar, taeya-san —

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Miré detenidamente a la mujer frente a mi, que bebía tranquila té verde, arrugas en el término de sus párpados, cabello con un poco de canas, los mismos ojos blancos llenos de paz como siempre. —Hinata.. —

—estoy algo cansada taeya-san, mis hijos últimamente no me dejan ni a sol ni a sombra —soltó una risa al último —se comportan muy dulces —

—son grandes chicos —mencioné.

—algún día deberias presentarme a tus hijos, ya que haz regresado tu familia debe ser grande como alguna vez me contaste —

—no tuve...el amor nunca fue mi fuerte —me voz se quebró, como si fuera un cristal —siempre me confundí por eso —

—tienes amigos, incluso ayer saliste con shikamaru y si eso no es amor no se que sea —baje la mirada, los rumores eran ciertos hinata ya no estaba totalmente cuerda.

Entonces llegó himawari, desbordante de luz y ternura igual que de pequeña.
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Observé el atardecer, junto a las lápidas de mis compañeros, no había lugar en la tierra que no me tranquilizara como este.

Sentí la presencia de un niño a mi lado por lo que volte encontrandome con un extraño niño de no más de siete años —oe vieja, ¿no has visto un sapo por aquí? —negué algo extrañada por la palabra del niño.

"¿vieja?"

Me miró fijamente con unos ojos verde agua demasiado peculiares —¿cómo te llamas? —pregunto.

—¿no deberías estar en tu casa? —alzo los hombros despreocupado.

—no tengo —

—¿y donde duermes? —señaló un cuarto de al parecer herramientas de jardinería.

—siempre salgo temprano para que no me descubran —sonrió.

Observé mi bolsillo, sólo 25 yenes lo suficiente para comprar un tazón de ramen —¿tienes hambre? —asintio por lo que lo tome de la mano mientras caminaba al ahora mejorado ichikaru ramen, una mujer ya adulta me atendió Mientras su hijo se quejaba.

—y donde vives m... —se interrumpió.

—pues...no tengo donde dormir tampoco así que somos dos —abrió los ojos exagerado.

Jaló sus cabellos hacía atrás —no puede ser —empezó a decir frases incomprensibles para mi, sus gestos...

Solté una carcajada —eres raro niño —me miro por un largo tiempo, cuando tocaron mi hombro volte por instinto encontrando a dos anbu.

—Taeya ichizoku, por órdenes de los consejeros usted será interrogada, si se niega quedará bajo arresto —suspire sabiendo lo que me harían.

—Taeya..... —dijo preocupado el niño.

—no te preocupes, volveré pronto —

Salimos de ichikaru pero me siguió —¡no se la lleven! —exclamo el niño, volte para darle un abrazo.

—busca a la Hokage y espérame en su oficina —lo dejé con la cabeza agachada.

Pero al avanzar los anbu no me siguieron —ahora que pasa con ustedes, vamos —dije pero no escuché sus pisadas por lo que giré mi rostro encontrandome con dos estaticos anbu.

¿cuando fue que lo hice?...espera, yo no lo hice...

Miré al niño —tú —

El Pasado O El Futuro. ||Shikadai Nara Y Tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora