capítulo 8

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Despierto con el tranquilizante sonido de la lluvia caer. Que gran forma de despertar, amo escuchar la lluvia caer, me relaja.

Me giro y veo a Allen durmiendo sobre su estomago, con ambos brazos bajo la almohada. Lo observo un largo rato y pienso cómo es que hasta recién levantado pueda seguir viéndose hermoso. Lo observo tanto tiempo que el sueño comienza a volver a mí sin darme cuenta, hasta que un sonido estruendoso me hacer despertar del todo. Miro alrededor y Allen comienza a abrir los ojos de a poco hasta tenerlos completamente abiertos. Y me mira.

Y vaya que me mira. No quita sus ojos de mí, y yo, por un momento olvido el sonido que me alarmó al despertar, pero enseguida vuelve a mi mente y me levanto, consiente de la mirada que le dedica Allen a mi cuerpo, y con una buena sensación recorriendo mi cuerpo, me dirijo a la sala de estar para ver qué rayos fue ese sonido.

Camino a lo largo de pasillo y al llegar a la sala miro alrededor, y encuentro a los responsable de mi reciente despertar.

Sebastián y Auri se encuentran en la cocina con un montón de ollas alrededor y con sus caras completamente cubiertas de, al parecer, harina.

Cuando ambos notan mi presencia sus expresiones se vuelven alarmadas, y yo me cruzo de brazos esperando una respuesta, que después de una pequeña pausa, se apresuran en dar.

--¡Fue él!-- Auri grita con voz chillona y a la vez Sebastián exclama--¡Fue ella!

Ambos se miran con expresión ofendida.

--Está bien, está bien ¿Qué hacían?-- pregunto desviando el tema para evitar una discusión.

--El desayuno-- dice Auri alegremente--, hotcakes con fruta y miel ¿te gusta?

--Me encanta-- mi estomago hace uno sonidos demostrando que es verdad.

--Genial, sólo falta un poco y están listos-- Sebastián me dedica una sonrisa y luego ambos siguen haciendo lo suyo.

Yo los miro y recuerdo su comportamiento ayer ¿ellos lo recordarán? Espero que sí, hacen una muy linda pareja, algo divertida y difícil, pero linda.

Estoy tan distraído que cuando siento una mano en mi espalda baja casi me hago pipi encima. Después de saltar del susto y respirar profundamente, me doy la vuelta y Allen me sonríe, su cabello esta completamente desordenado, con mechones apuntando hacia todos lados y su ropa arrugada, pero aún así, se ve bien.

--¿Qué fue el sonido que nos despertó?-- soy vagamente consciente de su pregunta y muy, pero muy consciente de su mano que continúa en mi espalda baja.

--Ehmm a los chicos se les cayeron varias ollas-- mi voz sale muy baja y trémula ¿cómo es que con un toque me deje así de alterado?

--Dios, son un desastre-- su voz se vuelve un poco ausente y me mira con atención.

Después de una pausa siendo dueño de su atención siento como mueve su pulgar, en una efímera caricia. Mi respiración se entrecorta y mi pulso se acelera, no lo estoy imaginando, es casi imperceptible, pero ahí esta, siento su caricia. Allen, el chico frío y distante, del cual estuve enamorado bastante tiempo, se encuentra mirándome de una forma tan, tan... hace que mis piernas tiemblen. Y me esta acariciando.

Allen no aparta la mirada de mí, pero en cierto momento los chicos dicen que el desayuno está listo e inevitablemente nos tenemos que separar, él no lo hace, se queda ahí mismo haciendo caso omiso del aviso de lo chicos, así que yo me doy media vuelta avanzando hacia la cocina y enseguida siento los pasos de Allen tras de mí.

En la encimera hay platos con el prometido desayuno, cafés y jugos. Yo me siento en una de las dos sillas que hay a un lado y Allen se sienta junto a mí, al otro lado se sienta Auri con Sebastián.

Cold GuyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora