capítulo 1

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Hoy es el primer día de clases del último semestre. Esto es lo primero que pienso al despertar y me incorporo sobre mi cama, la cual está completamente desordenada con el libro que estaba leyendo antes de dormir extendido a mis pies, cómo llegó ahí, pues no tengo ni idea.

Tommy, uno de los cuantos gatitos que le cuido a mi vecina, la cual está ciega, se me acerca y se sube a mi regazo, ronroneando. Le hago cariño en su pequeña cabecita y me pongo de pie dejando a Tommy de lado, caminando hacia la cocina, donde relleno con comida el plato de los tres gatos que tengo que cuidar. Mi vecina, una señora de unos 80 años, ciega y medio sorda también, me paga para cuidar a sus pequeños gatos mientras sale por unos días cada cierto tiempo a quién sabe dónde. Tommy es el más pequeño, y siempre se esconde en los lugares mas extraños, está Afrodita que es una hermosa gatita blanca muy peluda la cual nunca se separa de Ares, el otro gatito que es igual a ella pero en negro.

Después de servirles comida, enciendo el hervidor y me dirijo al baño, donde me doy una ducha rápida y me visto con un suéter amarillo gastado y unos jeans rotos en la rodillas de tanto uso, la verdad toda mi ropa está bastante usada y todos mis jeans ya están rotos en la rodilla, excepto por unos que ocupo cuando hace demasiado frio, la verdad no tengo suficiente dinero para reponer mi ropa.

Vivo solo ya que mi madre, al morir mi padre, empezó a beber y salir de fiesta gastando todo el dinero del cual disponía, y así con el tiempo cada vez empezó a salir más y más hasta que un día no llegó, menos mal mi padre me dejó una muy pequeña herencia y pude contar con eso cuando las cuentas se hacían cada vez más difíciles de pagar, sin otra opción busqué un departamento que pudiera pagar y con suerte encontré uno a unos 20 minutos caminando de mi secundaria.

Ahora, ya llevo tres años viviendo en éste departamento, el cual cuenta con una pequeña cocina que se divide de la sala de estar con una encimera, la cual tiene dos sillas por lado y me sirve como mesa de comedor. La sala de estar tiene un sofá, ya roto por varios lados, y frente a éste hay una mesita. Al fondo de ésta sala hay un pasillo de dos metro de largo, con una puerta a la izquierda y una a la derecha, la de la izquierda da al baño y la de la derecha a mi habitación. Mi departamento es bastante pequeño, viejo y siempre tiene mis cuadernos de dibujos y mis lápices o pinceles esparcidos por ahí, pero cuenta con un ventanal que abarca casi toda la pared derecha de la sala de estar y de mi habitación, y eso hace que realmente ame mi departamento.

Cuando termino de vestirme voy hacia la cocina y me hago un café, realmente soy una de esas personas adictas al café, lo cual encuentro un problema ya que no quiero terminar con los dientes amarillentos, así que como medida estoy reduciendo la cantidad de café que bebo al día.

Termino mi café y tomo mi mochila, saliendo de mi departamento y bajando por el ascensor, el cual espero todos los días que me deje varado entre un piso y otro por lo viejo que está, pero todos los días me sorprende dejándome en la primera planta del edificio sin ningún problema.

Ya en la calle empiezo a caminar hacia mi secundaria, y me pongo a escuchar música durante el trayecto. Cuando llego, ya ha sonado la campana que indica el inicio de clases, camino deprisa hasta mi casillero y tomo los libros necesarios para mi primera clase, Artes, y voy al aula correspondiente.

Cuando toco la puerta tres veces con mis nudillos, la profesora de Artes, una señora de unos 40 años bastante agradable me abre la puerta y me mira sonriente.

---Pero si es Noah! ven aqui, nunca te creí capaz de llegar tarde a una de mis clases, pequeño--- la profesora me hace pasar y yo me sonrojo ante su apodo.

Mi estatura es bastante menor que la de la mayoría que los chicos de esta secundaria, la verdad es que a mis dieciocho ya no tengo esperanzas de crecer más. La profesora me empezó a llamar pequeño desde que me vio por primera vez, porque sí, desde pequeño siempre he sido el más bajo comparado a mis compañeros ya que comparado a las chicas mi estatura está bien.

Cold GuyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora