capítulo 10

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Me despierto al sentir algo en mi rostro, me acomodo en mi lugar e intento retomar el sueño, pero, vuelvo a sentir algo en mi rostro y esta vez me causa cosquillas.

Abro los ojos y sonrío con ternura al ver a Tommy, el gatito pequeño, lo tomo en mis brazos y lo acomodo para que duerma conmigo, pero en vez de dormir, comienza a jugar con mi cabello. Gruño al no poder reconciliar el sueño y miro con el ceño fruncido a Tommy, éste se detiene por un momento y luego sigue. Suelto un suspiro largo y lo dejo estar, total no me está haciendo daño.

--Hey, gato-- Allen aparece en mi campo de visión y quita a Tommy de mi cabello-- Lamento si te despertó, no sé en que momento entró a tu habitación, es un escurridizo.

Como aún tiene a Tommy en brazos, le comienza a hacer cariño y se ve tan adorable, voy a guardar esta imagen mentalmente.

--Está bien, Tommy me suele despertar-- sonrío con ternura y él suelta a Tommy, dejándolo en el piso.

Cuando lo hace me percato que esta arreglado, o sea que no parece estar recién levantado.

--¿Cuándo te levantaste?-- no logro esconder mi curiosidad en mi voz.

--Uhm hace un par de horas, mientras estuviste inconsciente estábamos muy preocupados y no quisimos dejarte solo por lo que nos quedamos aquí, en tu departamento, pero ahora que ya despertaste no queremos seguir molestando--- hace una pausa y se sienta en la esquina de la cama, a mis pies--Ya ordenamos todos, hicimos las compras, ya que comimos aquí, y dejamos un poco de dinero, ya sabes, por la luz, el agua y todo eso.

Cuando termina de hablar un nudo se hace en mi estómago, se va a ir, una vez que se vaya ¿volveremos a hablar siquiera? Basta, Noah no pienses tonterías, claro que volverán a hablar, me digo a mi mismo. Espero que sí volvemos a hablar, una vez que se vaya, las cosas sigan como estamos y no como antes, cuando él ni sabía que existía.

--Gracias, no es necesario que dejen dinero, ni siquiera era necesario que hicieran las compras, estoy seguro que mi refrigerador estaba casi vacío-- digo negando con mi cabeza un poco avergonzado y triste.

--Lo es, es completamente necesario Noah, nos quedamos aqui tres días, debemos pagarte-- su forma de decirle no deja que le diga un no por respuesta.

--Está bien, emm... ustedes...¿cuándo se van?-- me esfuerzo al máximo para no sonar grosero, ya que esa no es mi intención.

--Estabamos esperando a que despertaras-- desvía la mirada hacia la ventana por un segundo pero luego vuelve a mí-- Mañana no hay clases pero el martes sí.

Asiento lentamente y luego digo con una pequeña sonrisa.

-- Recuerda que te voy a ayudar a entrar en la clase de Artes, y eso tómalo como un aviso de que sí o sí estarás en esa clase-- digo seguro.

--Confiaré en ti-- se pone de pie de forma pausada sin quitar la mirada de mí-- Es hora de irnos.

--Oh-- se me escapa una con tristeza y finjo toser para disimularlo-- Supongo que adiós.

--Sí, nos vemos el martes-- da media vuelta y camina hasta la puerta, donde hace una pequeña pausa para girarse y me mira-- espero que te sientas mejor.

Se da media vuelta de nuevo y sale de la habitación.

Después de que saliera, los chicos entraron y se despidieron de mí amistosamente, agradeciendo el que los dejara quedarse. Auri me dijo en el oído que debíamos hablar, lo hizo justo antes de irse, sin que Sebastián lo notará, y luego quedo solo.

Me quedo en cama medio dormido, medio recordando todos los momentos que estuve junto a Allen, recuerdos que me hacían sonreír como un bobo. Decido levantarme cuando recuerdo que desde que desperté no me he lavado los dientes y no me he dado un baño, debo estar hecho un asco.

Me pongo de pie y busco en mi armario ropa de vagabundo para estar en casa. Termino escogiendo un buzo verde oscuro desteñido y una polera cualquiera, voy al baño y l encontrarme con mi reflejo me sonrojo de inmediato al pensar que Allen me vio así. Mi cabellos esta hecho un asco, con nudos y sucio, mi ropa está toda arrugada y también con un par de manchas, que asco.

Me quito la ropa y la dejo que en una canasta para ropa sucia y me meto a la ducha. Me doy un baño larguísimo, me restriego bien mi cabello y piel para quitarme toda la suciedad.

Cuando salgo mi piel se encuentra un poco roja e irritada, pero me siento limpio y sonrío. Me visto con la ropa que elegí y voy a dar una vuelta por mi departamento, encontrándome todo muy limpio, el refrigerador lleno, y sobre la encimera, dinero. Sin contar cuanto era ni nada, lo guardo para casos de emergencias.

Después de dar un par de vueltas más por el departamento me siento en el sofá y prendo la televisión, me encuentro con una película de terror y decido dejarla así no me aburro tanto. La película, para de ser de terror, no da nada de miedo, pero me quedo viéndola hasta que termina, y luego veo la siguiente y la siguiente hasta que oscurece.

Camino hasta la cocina y me hago algo de comer, ya que mi estomago comienza a hacer sonidos, exigiéndomelo. Mientras como me quedo mirando a la nada, perdido en mis pensamientos, ¿Allen que estará haciendo? Supongo que algo divertidísimo.

Suspiro cuando me doy cuenta que nuevo estoy pensando en él. Dejo mi comida a la mitad y saco un libro que aún no comienzo, y me quedo leyendo hasta altas horas de lo noche, y aún así, antes de cerrar los ojos, vuelvo a pensar en él.

Cuando despierto, al día siguiente, la rutina es la misma, sólo variando en algunos detalles. Dibujo un poco, veo un par de películas, la vecina viene a recoger a los gatos y se los devuelvo cuando me paga (lo cual, al igual que siempre, me cuesta un montón. Amo a esos gatos), leo un rato y ya pasó el día.

Y sí, en todo el día no pude quitar a cierta persona de mi mente.






 

Cold GuyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora