8

579 46 9
                                    

           

Ya salí del hospital, estoy con licencia y con indicaciones de hacer reposo. Una mierda. Odio estar acostada todo el tiempo, me duele mi potito de estar todo el tiempo en la cama. Pero es necesario porque cuando me pongo de pie me mareo y mi cabeza duele. Aún pienso en lo estúpida que fui al quitarme el casco de seguridad, si no hubiese hecho esa estupidez nada de esto me estaría pasando, de hecho estaría feliz de la vida, trabajando en la mina y no habría sucedido toda la mierda que sucedió después... No puedo sacar de mis pensamientos todo lo que ocurrió cuando estaba en ese hospital, el Alexis me dio un beso y no sé cómo mierda sentirme acerca de eso, no sé si en ese momento estaba aturdida por la anestesia o por lo que provocó el beso del Alexis, solo sé que no hice nada para detenerlo y me sentía muy mal acerca de eso, o sea engañé a mi pololo, a mi futuro esposo con el Alexis. Lo peor de todo es que me gustó el beso y ¿Cómo no iba a gustarme? Si me hizo revivir todas las cosas que viví con el Alexis cuando era una adolescente locamente enamorada de él. Lo que más me confunde de toda esta situación es que no sé qué mierda siento por el Alexis, lo amé mucho en el pasado, pero yo seguí adelante y amo al Ricardo, entonces no sé donde entra el Alexis en toda esta mierda.

—Hija tienes visita—mi mamá me sacó de mis cavilaciones. La miré y tenía una mirada extraña en el rostro. ¿Qué onda?

—¿Quién me viene a visitar? —pregunté. Era raro que alguien me viniera a visitar a estas horas, era muy temprano, la única que me podría visitar era la Valentina pero ella estaba trabajando a esta hora.

—Guillermo—respondió mi mamá. ¿Qué mierda hacía ese viejo aquí en mi casa? ¿Cómo mierda sabe dónde vivo? ¡Dios mío! Quizás es un psicópata.

—¿Qué hace Guillermo aquí? —pregunté confundida. Viejo de mierda ¿por qué no me deja en paz? Ya tengo suficiente con su hijo confundiendo mi cabeza, no necesito más mierda de alguien con la misma cara...

—Eso es lo mismo que yo me estoy preguntando, creo que me debes una maldita buena explicación—dijo mi mamá fulminándome con la mirada. Ay no, por favor otra vez no, debía estar pensando lo que siempre ha pensado que Guillermo es el papá de Cristóbal... a veces me pregunto de dónde saca esas ideas, sería mucho más fácil que se imaginara que el Alexis es el papá, pero estoy segura que eso nunca pasará por su loca cabeza, porque según ella el Alexis era un niñito pobre que perseguía a su pobre hija.

—Mamá, no sé qué hace aquí...—me encogí de hombros— hazlo pasar para ver que quiere—le dije. No tenía ganas de ver al viejo, pero sí tenía mucha curiosidad de ver que mierda quería.

—Bien, pero después tú y yo tendremos una conversación seria—asentí. Ella me dio una última mirada suspicaz para luego irse a buscar a Guillermo, luego de unos cuantos segundos entró el viejo a mi pieza y cerró la puerta.

—Hola Emilia ¿Cómo estás de ese golpe en la cabeza? —preguntó Guillermo. Rodé los ojos, no me interesaba su amabilidad, no dado que por su culpa me pasó esto, porque él me hizo enrabiarme.

—Hola Guillermo—dije—¿Cómo se le ocurre aparecerse así por mi casa? ¿No ve acaso que mi mamá ahora está enloqueciendo e imaginándose mierdas por su culpa?

—Cálmate Emilia y no me interesa lo que piense tu mamá, todos sabemos que le encanta armar cahuines—rodé los ojos. Eso era cierto, pero de igual manera no me gustaba darle material para crearlos.

—Bueno a mí sí me interesa lo que piense. Ahora vaya al grano que me dijeron que tenía que descansar y con usted ahí es imposible descansar porque estoy segura que me va a decir algo que me va a hacer rabiar...

—No hay necesidad de rabiar Emilia—rodé los ojos—solo te quería pedir prestado a tu hijo por hoy...

—¿Usted está loco? —no quería a mi hijo en ninguna parte cerca de él hueón.

Te siento || Alexis SánchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora