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Las clases de mi master en Riesgos Geofísicos empezaron hace exactamente dos semanas, y ha sido todo genial, me encanta estar aquí, de repente me pierdo un poco porque hay palabras que no conozco, pero me las he apañado bien. Aunque he estado full estudio estas dos semanas, tanto que apenas y he salido de esta pieza del demonio. Tenía razón cuando le dije al Alexis que era enana, porque lo era, era como una caja de fósforos, me sentí un poco claustrofóbica, pero iba a sobrevivir.

Desde que llegué aquí a Londres, o sea hace tres semanas, he hablado todos los días con mi Cris, hablamos por Skype o por facetime, aunque creo que era peor hablar así porque lo veía llorar y yo también me ponía a llorar como una nena, no lloraba mucho pero cada cosa relacionada con mi hijo me hacía hacerlo, el Cris era mi punto sensible. Contaba los días que quedaban para las vacaciones de navidad para ir a Chile a verlo... También he hablado todos los días con el Richie, él siempre me hace reír y me quita la pena por ver llorar a mi Cris, lo extraño demasiado, él siempre me levanta el ánimo.

En estas tres semanas he visto muy poco al Alexis, estuve un día en su casa y fue bonito mientras duró. Se sintió como que en verdad habíamos vuelto a ser los de antes, me sentí una adolescente otra vez, pero luego de que me fui de su casa acá a la residencia, lo he evitado, es que cuando llegué a mi pieza y me puse a pensar lo que había hecho me vino el cargo de consciencia, yo sé que el Richie me amaba, que me era fiel y que estaba esperándome pacientemente en Chile y yo no podía hacerle esto. Así que desde ese día he contestado con puras evasivas las invitaciones a salir del Alexis.

Hoy es viernes y hoy saldré de mi cueva y no, no se ilusionen no es porque vaya a salir a carretear como una joven normal de veintiséis años, sino porque hoy empiezo a trabajar en un local nocturno. Trabajaré todos los viernes y sábados y bueno durante la semana trabajo unas horas en la biblioteca del campus, aquí pagan mucho más que en Chile, así que con eso que me paguen tendré suficiente para mandarle dinero a mi Cris. Aunque sé que nunca le faltará nada porque mi papá con mi mamá siempre me han ayudado cuando yo no he podido mantenerlo.

Me puse mis pantalones negros y polera negra que era la ropa que tenía que usar en el bar que iba a trabajar, luego me puse un polerón encima, agarré mi teléfono celular y partí al lugar.

La noche estaba buena estaba llena de gente, en especial hombres, lo que era bueno para mí porque solo bastaba coquetearles un poco para que me dieran más propina, además ese pantalón que estaba usando hacia que se me viera más poto, me sentía incómoda con él, pero si era para ganar más dinero para mi Cris hacía lo que fuera, hasta bailar en un caño con poca ropa.

La puerta del local se abrió y entraron dos hombres vestidos de negro junto a dos rubias despampanantes. Las mujeres estaban vestidas de punta en blanco con tacos del infierno, pantalones muy apretados y poleras que acentuaban sus tetas. Como que ellas no tenían nada que ver aquí el bar era como un lugar informal, para que la gente pasara el rato mientras conversaban, escuchaban música o si era el caso vieran un partido de fútbol, parecen que se habían perdido esas mujeres.

Caminé hacia la mesa donde se sentaron las dos rubias y los dos hombres porque esa mesa era de mi sector.

― ¿Qué desean pedir?―pregunté en mi inglés que tenía un acento extraño.

―Yo quiero un orgasmo múltiple―dijo una de las rubias. Enarqué una ceja. ¿Eso se suponía que era un trago?

―No tenemos ese trago, aquí tiene la carta―dije pasándole una carta que tenía en el bolsillo de mi delantal negro. La rubia miró con asco la carta. Rodé los ojos.

Te siento || Alexis SánchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora