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Pestañeé varias veces, luego abrí mis ojos. Estaba oscuro, era de noche, tomé mi celular que estaba en el velador, eran las cuatro de la mañana. Mi guatita rugió, no había cenado porque... ¡Mierda! Miré a mi lado y ahí estaba el Alexis durmiendo plácidamente. Sonreí y acaricié su cabello de manera suave, con cuidado de no despertarlo. Nunca habíamos dormido juntos. Se veía tan relajado durmiendo. Lo observé atentamente unos segundos, luego me puse de pie porque tenía mucha hambre.

―Emmyboo―escuché su voz adormilada― ¿A dónde vas?―preguntó.

―Voy a buscar algo para comer, tengo hambre―respondí. Él se sentó en la cama y refregó sus ojos.

―No, tú quédate aquí, acuéstate, yo voy―dijo. Asentí. Él agarró sus calzoncillos, se los puso y luego caminó hasta la puerta. Ahí fue cuando me percaté de que estaba desnuda, era una estúpida, iba a salir por la casa toda nudista, ¡Dios mío! Agarré la polera del Alexis que estaba ahí en el piso y me la puse, luego me acosté en la cama. Minutos después apareció el Alexis con una bandeja con yogurt con cereales. Obviamente los cereales eran Chocapic, nuestros favoritos... Recuerdo que cuando éramos chicos yo le di al Alexis por primera vez de estos cereales, él nunca los había probado porque eran muy caros para él, así que cuando empezamos a ser amigos, yo todos los días de mi casa le llevaba Chocapic, porque le encantaban...―El chancho culiao del Mauro se comió la hueá que te había hecho, así que te traje esto. Espero que te guste―le di un sonrisa y agarré el bowl entre mis manos.

―Me encanta Alexis, gracias―él me dio una sonrisa, agarró su bowl entre las manos, dejó la bandeja en el piso y se acostó a mi lado― ¿Es yogurt de...

―Frutilla―respondió él―como te gusta o bueno te gustaba―le di una sonrisa.

―Aún es mi favorito―le dije. Con la cuchara agarré un poco de yogurt y de cereal y lo eché a mi boca. El Alexis hizo lo mismo que yo.

―Cada vez que comía Chocapic me acordaba de ti Emmy―dijo el Alexis, me miró de manera intensa con esos hermosos ojos color chocolate que tiene―Todos los días me llevabas Chocapic y los dos comíamos en el recreo... cuando te fuiste ya no pude comer más Chocapic―dijo―prefería gastar mi plata ayudando a mi mamá, bueno tú sabes... pero cuando comencé a ganar más plata compré una caja, pero no pude comérmela, no pude porque me recordaba mucho a ti y eso me dolía... Pero el dolor fue pasando y finalmente pude comer Chocapic, aunque tu recuerdo nunca se fue...

―Ale... perdón, perdón por dejarte...―dije cabizbaja. No me gustaba escuchar acerca de cómo lo hice sufrir porque me fui...

―No importa Emmyboo, lo único importante es que ahora estamos juntos de nuevo...―en verdad sí, eso era lo importante ahora... y que teníamos un hijo. Dios, era ahora o nunca, tenía que decírselo ahora, porque si no lo hacía esto iba a explotar... pero primero tenía que tantear un poco el terreno...

―Aleboo, oye...―él me miró atento...―no usamos condón―dije. Mis mejillas se sonrojaron un poco ante su mirada atenta, ay Dios mío.

―Emmyboo te dije que no te preocupes que estoy limpio―respondió él. Tomé una respiración profunda.

―No estoy preocupada por eso, sino por la posibilidad de tener un bebé... Estoy estudiando y...―él me interrumpió.

―No te preocupes por eso Emilia, hay cero posibilidad de que estés embarazada―dijo él haciendo un gesto de despreocupación.

― ¿Por qué estás tan seguro?―pregunté. Él suspiró.

―Porque después de que tú te fuiste cuando ya tuve un poco de plata me hice la vasectomía― ¿QUÉ? ¿Se operó para no tener hijos?

Te siento || Alexis SánchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora