10

626 51 14
                                    

El camino hacia Tocopilla se me hizo eterno, estaba demasiado preocupada por mi Cris, quizás qué le había pasado, no debí haberlo dejado ir con ese viejo, era obvio que no lo iba a cuidar bien. Dios mío, solo quería llegar luego.

Cuando lo hice estacioné mi auto en cualquier parte y corrí al hospital mi cabeza me dolía y me sentía un poco mareada, pero no me importaba solo me importaba que mi hijo estuviera bien. Iba como una loca, tanto que choqué con un cuerpo duro y caí al piso. Mi trasero cayó seco al piso, me dolió más que la chucha, sobre todo por el hecho de que no tenía mucho.

―Perdón, perdón, no te vi― ¿Por qué de todas las personas que podía chocar en el mundo tenía que justo chocarlo a él?

―No te preocupes, fue mi culpa, iba corriendo sin mirar―dije. Auch, me dolía mucho mi trasero.

―Emmyboo― ¿Por qué mierda se me apareció hasta en la sopa? ―déjame ayudarte―agarró mi mano. Cuando lo hice sentí unas corrientes eléctricas que empezaron en ésta y luego se propagaron por mi brazo―1,2,3― y solo de un tirón me puso de pie otra vez, lo hizo tan fuerte que casi me caí al suelo otra vez por el mareo, pero él me apretó fuerte entre sus brazos para que no me cayera― ¿Estás bien? ―preguntó. Asentí con la cabeza.

―Solo me mareé un poco, pero estoy bien―respondí.

―Ven, siéntate para que se te pase el mareo―negué con la cabeza― ¿por qué no?

―Tengo que ir a una parte―dije.

―Yo te acompaño―dijo él. Negué con la cabeza, me dolía la cabeza y estaba mareada, pero aún pensaba, ni loca lo dejaba acompañarme hasta donde mi hijo― ¿Por qué no? ¿A dónde vas? ¿Qué estás haciendo aquí en el hospital?

―Vine a ver a una amiga de mi abuela―dije lo primero que se me vino a la cabeza. Él frunció el ceño pero no dijo nada.

―Pero Emmy el doctor te dio reposo, tú deberías estar en tu casa acostada, no aquí...

―¿Cómo sabes que el doctor me dio reposo? ―pregunté. Él me dio una media sonrisa, esa que siempre ponía cuando lo pillaban en algo malo.

―Porque es obvio que cuando alguien se golpea en la cabeza le dan reposo―dijo como si fuera obvio, pero lo que era obvio para mí era que me estaba mintiendo. Alguien le había dicho eso y apostaba por mi abuela.

―Bueno tienes razón, pero es importante que yo esté aquí... además ¿qué haces tú aquí? No hay un show que preparaste tú en un rato más ¿no deberías estar ahí? ―pregunté.

―Sí, pero estaba aquí en una cosa con mi papá―esperen, si estaba en una cosa con su papá, es que estaba con mi Cristóbal. O sea que ya se conocían, mi corazón empezó a latir de manera acelerada en mi caja toráxica, mierda, iba a matar a ese viejo si le había dicho algo al Alexis, aunque no creo porque o sino ya me estaría insultando por ocultarle a su hijo por tanto tiempo―pero ya me iba porque se me hizo tarde, aunque si quieres te puedo acompañar, no creo que sea bueno que estés aquí así, te puedes caer otra vez en cualquier momento.

―Alexis, me puedo cuidar sola, anda no más

―Está bien me voy, pero pásame tu teléfono―lo miré extrañada, ¿Para qué quería mi teléfono? Como estaba media aturdida se lo pasé sin rechistar―te acabo de anotar mi número así que cualquier cosa que te pase o necesites me llamas, yo estoy solo a unas cuadras.

―Gracias, pero no te llamaré jamás―le dije.

―Eso ya lo veremos―dijo guiñándome un ojo, luego se puso de pie y me dio un beso en la frente. Para luego alejarse de mí. Apenas se hubo ido me acerqué a recepción para preguntar por mi hijo. La señora que ahí estaba me indicó donde lo tenían fui rápidamente hasta allá, aunque esta vez sin correr porque no quería chocar con nadie más. Llegué a la habitación donde estaba mi Cris, entré y se me rompió el corazón al verlo tan solo y pequeñito en esa cama, tenía una aguja en su bracito, entré y corrí donde él, apenas me vio y las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Mi bebé lindo, no sé cómo lo haría cuando me tenga que ir a Inglaterra, yo no sé si soportaré el dejarlo solito. Ya está más grande y es más independiente, pero aun así es un mamón, es que yo soy lo único que tiene...

Te siento || Alexis SánchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora