Capítulo 1.

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→NARRA YANAHARA←

El balcón abierto, la persiana levantada, mis piernas colgando tras las rejas del balcón, mi vista pérdida en cualquier parte de ese paisaje lleno de edificios y gente corriendo por las calles de esta enorme ciudad de nombre Madrid. Doy una ultima calada a mi cigarrillo acabándolo así ya de momento, y lo tras dejarlo caer desde la enorme altura escucho como alguien abre la puerta de mi habitación, a mis espaldas, pero no me giro, sigo observando el paisaje que me ofrece este diminuto balcón.

-¿has vuelto a fumar?- pregunta preocupada.

-mamá te dije que lo deje hace mucho tiempo- me giro.

-sí, me lo dijiste y ese mismo día te volvimos a pillar fumando ¿lo recuerdas?- se acerca a mí.

-sí, lo recuerdo pero, no, no estaba fumando- rodeo los ojos.


Se sienta a un lado de mi diminuto balcón y acaricia mi larga melena mientras sonríe.

-esta bien cariño, te creo ¿vale? -asiento- Cuentame ¿que haces nuevamente aquí sentada en tu balcón?-
me en cojo de hombros.

- no lo se, quizás esperar a ese príncipe azul que dicen que existe-

-podrías salir a buscarlo por ti misma- ríe.

-puf que pereza buscar- me río.

-para buscar el chocolate no tienes pereza eh- dice graciosa mientras camina hasta la puerta.

-Eh, el chocolate es el chocolate por el si que cruzaría mar y tierra-

-anda, después preparare tu querida tarta del amor de tu vida o sea del chocolate-

-así me gusta -reimos


Ella sale de la habitación. Mi móvil vibra, una nueva notificación, la abro, otra pareja mas que dice que rompe la distancia vaya, menuda tontería. Vuelvo a dejar el móvil en la mesa, no tengo nada que hacer ni nadie con quien salir, hace mucho tiempo que deje de tener amigos y compañía de algún ser de lo misma edad. Finalmente tras varios minutos de debate econtra mi misma de salir o no salir decido salir. Miro los escaparates de las tiendas, la gente caminar rápido, otras con la cabeza baja metidas en sus móviles, a veces pienso que  si quizás levantaran la cabeza por un minuto  puede que su vida diera un enorme giro pero ¿quien sabe? Soy de mucho equivocarme cuando pretendo decir algo sabiamente, no suelo tener ni idea de que hacer con mi vida y aun así intentaba ayudar en la de los demás, como si eso realmente me ayudará a mí

Un brindis por lo que la distancia unió.🍻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora