1: El Amigo de mi Hermano

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"EL AMIGO DE MI HERMANO"

Finnick Holligan...oh Finn Holligan. Mi tonto y odioso hermano. Siempre tenía que llevarse toda la atención.
Finn siempre mejor que yo en todo y el favorito de mamá. El chico atlético, el deportista, el que siempre tenía amigos y se llevaba bien con todas las amigas de mamá y para terminar de poner todo a su favor, había nacido con un buen físico.
Siempre lo negué cuando mis amigas me decían emocionandas lo lindo que mi hermano era. Pero si, no se podía negar que Finn era guapo. Asquerosamente guapo.
Hace frío y no tengo mi chaqueta porque la he dejado en casa. No se porque no pensé en traerla antes de salir.
Mamá me ha encaletado con Finn porque dice que yo nunca salgo. Finn y sus amigos. Esos idiotas.
Van de aquí para allá siendo lindos y siendo populares. En busca de chicas...como si les costara.

Idiotas.

Pienso. Llevo un vestido rosa pastel de tirantes que me queda un poco más arriba de las rodillas y zapatos cerrados estilo bailarinas pero con tacón, del mismo color del vestido. Sí, amo el rosa. Si pudiera comer comida rosa lo haría. Todo lo que tenía era rosa.
Llevo mi abundante cabello castaño atado en una cola alta y espero a que Finn salga del 7eleven de comprar cosas con sus amigos.
No se porque mamá pensó que la mejor forma de hacerme salir era mandarme en una camioneta con cuatro chicos adolescentes. Yo, siendo la única chica y ya pasada las diez. Ella cree que Finnick es el me responsable y amoroso hermano de todos. Si supiera que su hijo estrella estaba comprando cerveza, cigarrillos y condones ahora mismo.
Ellos salen riendo y siento ganas de vomitar de verlos.
Me estoy muriendo de frío y tengo hambre.

—Estaba buenísima—Dice uno de los amigos de mi hermano. Leonel. De todos, era el que mejor me caía, él si se preocupaba por mi más que mi tonto hermano.

—La llamaré, la llamaré— dice Finn y se quedan allí hablando de la chica.

—Finn—digo pero no me hace caso—Finn—repito y es como si fuera invisible. ¡Joder!

—¡Finnick!—grito esta vez con mas fuerza y logro que me noten. Los cuatro me miran sorprendidos. No soy de gritar. Normalmente me quedo callada cuando estoy cerca de ellos y sólo escucho sus sucias conversaciones. Pero me he hartado de que no me ponga atención —¡Tengo hambre maldita sea!

—Oye, Vale Gabby, cuida tu lenguaje— dice y frunce el ceño. Como odio que haga eso.

—Son pasadas las diez Finn, no he comido nada

—Vale, esperaremos a Adrien e iremos a comer antes de ir a la fiesta, calmate.

Claro, Adrien el idiota.
Adrien Johnson era el mejor amigo de Finn, mejor amigo es poco. Era como el hermano que Finn siempre quiso tener. Se conocen desde que tenían siete años. Adrien solía meterse en mi habitación cuando iba a casa y le cortaba el cabello a todas mis muñecas. Claro que le decía a mamá pero Finn siempre lo encubria porque de ser así mamá no lo dejaría volver. Y eso era...casi todos los fines de semana.
No me bastaba con eso, siempre andaba molestandome y llamandome Gabbo, como una rana horrenda que tenían de mascota en su salón de clases. Me jalaba las trenzas y siempre me hacía llorar ¿y Finn? Finn no hacía nada más que reírse con él. Maldito inútil.
Se supone que uno tiene un hermano mayor para que nos defienda ¿no?. Ni para eso sirve el muy imbécil.
De todos los amigos de Finn a Adrien lo odiaba más que nadie.
Era arrogante y presumido y un maldito mal educado en todo el sentido de la palabra. Se creía el dueño de todo junto con Finn y me la montaría horrible si no fuera hermana de él.  Aunque aún seguía molestandome de maneras inimaginables.

—No me digas que el maldito Adrien viene— Leonel se ríe y Finn sólo me pone los ojos en blanco —Finn déjame en casa.

—Ni de broma, mamá dijo que si no salía contigo no me dejaría ir a la fiesta. Ya pronto iremos a comer, toma—dice extendiendome una barra de granola de las que su entrenador les hacía comer para ganar masa corporal.

Gabrielle entre IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora