20. Confesiones y otra Fiesta

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"CONFECIONES Y OTRA FIESTA"

Subo hasta la habitación de Adrien. El suéter está empapado y mi cabello y huelo a shampoo y perro mojado. Es asqueroso.

Me meto al baño y me quito la ropa, entrando a su amplia ducha.
Me tomo el tiempo de quitarme el olor a perro y también para disfrutar un poco su ducha. Una vez más pienso en que debo hacer que papá me ponga una así en casa. Estas son cosas de atletas pero se siente muy bien.
Una vez que termino, me envuelvo en una toalla y salgo.
Salto de susto al ver a Adrien en la puerta.

—¡Maldita sea!— grito.

—Vaya, que vocabulario.

—Adrien sal de aquí.

—Ni que hubiera mucho que ver— frunzo el ceño ante su insulto. Estoy envuelta en su toalla con el cabello mojado, claro que hay mucho que ver. Es decir... soy mujer ¿no?
Se hace paso dentro del baño y abre la llave del lava manos. Comienza a lavarse los dientes.

—¿Que haces?

Me mira y ahí está de nuevo esa mirada de "¿eres estúpida?"

—Quiero decir, porque estás...

—Fiesta— dice con el cepillo en la boca.

—¿Que fiesta?

Escupe y me mira con el cepillo en la mano.

—Sólo una fiesta.

—¿Porque no se sobre esas fiesta?

—¿La gente te invita a las fiestas? No. ¿porque sabrías sobre esta?

—Eres...muy cruel— me ajusto la toalla. El rodea los ojos

—Da igual, es una fiesta de un amigo, no es de la escuela.

Sigue lavandose los dientes y es el momento preciso para interrogarlo sobre Harvard.
Me siento sobre la mesa del lavamanos y lo miro.

—Así que...— me mira y frunce el ceño.

—Encontré una carta

—¿De tu admirador? ¿Ya no te envía mensajes?

—No es...no— le doy un golpe en el brazo y se ríe. Se enjuaga la boca y me mira —¿Porqué nadie sabe que vas a ir a Harvard?

Se queda callado

—No se de que hablas.

—Claro que si, vi tu carta, Adrien.

—No es tu problema. Así que déjalo ya.

—Adrien...eso es increíble— le digo, porque de verdad lo es. No es todos los días que entrar a Harvard. Los mejores estudiaron ahí, Barack Obama estudió allí.

—Escucha— dice y me toma fuerte de la muñeca —Le dices a alguien y me voy a olvidar de que eres mujer y te pateare el trasero tan fuerte que no podrás sentarte en una semana.

Frunzo el ceño.

—No le diré a nadie.

—Por tu bien espero que no.

—Y ¿porque no quieres que nadie sepa?

—Gabrielle, no quiero hablar de eso y si quisiera no lo hablaría contigo ¿vale? Déjalo estar.

Me bajo y asiento. Es verdad, no es mi asunto.

—Ahora sal de aquí, voy a arreglarme.

Camina hacia la ducha y se quita el suéter. Me quedo embobada viendo su espalda. No había visto muchos chicos así de cerca. Digo, si estuve con Leo pero todo fue tan rápido. Era la primera vez que estaba con un chico, semidesnuda en un baño. Sin contar a Finnick.
Adrien... tenía una linda espalda. Su cuerpo es perfecto y tiene una que otra cicatriz de lo que ya saben.
Me da algo de tristeza verlas porque es tan perfecto que me duele que se vayan a quedar ahí por el resto de su vida.
Se voltea y me ve ojeandolo. Subo mi vista y me aclaro la garganta.

Gabrielle entre IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora