51. Te escogí a Ti

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  "TE ESCOGI A TI" 

Escucha: Strawberries and Cigarrettes by Troye Sivan.

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Sorprendentemente, el estar ambos en la misma habitación, en la misma cama, no desencadenó nada desenfrenado.

Simplemente nos quedamos allí, ambos, uno junto al otro.
Adrien dormido y yo mirando cada detalle de su ser.

¿Como podía gustarme tanto alguien que estaba tan lejos de ser mío? Porque lo tenía aquí, a mi lado y aún así lo sentía tan ajeno a mi.

Me levanto y voy al baño, me siento en la taza a hacer pis y luego abro la llave de la bañera para darme un baño.
Un baño de agua tibia y jabón de olor, para poder relajarme un poco.
Luego de que ya está llena, me desnudo y me meto en ella, usando mis auriculares y escuchando a mi banda favorita.

No hay nada mejor como tomar un baño tibio y relajarse escuchando música.
Eso, hasta que siento el agua moverse y abro los ojos. Es Adrien y me tiene sujeta de los pies.

—¿Que haces? Sal de aquí— digo metiendome hasta la barbilla en el agua. Es un alivio que la espuma cubriera la superficie del agua, de otro modo...

Él no dice nada, simplemente, se baja lo jeans y queda en los boxers rojos que trae.

—¡Adrien!— advierto pero es como si no me escuchara.
Se mete en la tina al otro extremo. Se da la vuelta y recuesta su espalda contra mi pecho y allí se queda.

No es nada sexual y me toma por sorpresa su actitud. Simplemente entró y se recosto de mi sin decir nada o sin hacer nada.
Mi instinto es levantarme y salirme e la tina, corriendo desnuda hasta mi closet y encerrarme allí hasta que este vestida. Pero no lo hago.
Sólo le doy más espacio para que se acomode entre mis piernas y rodeo si cuerpo con mis brazos.
Es un escena hermosa. Sólo él y yo. Sin decir nada, sólo escuchando nuestras respiraciones y cada quien metido en su cabeza y sus pensamientos.

Su mano me acaricia el muslo de arriba hacia abajo de una forma tranquila, lenta y suave.
Es lo más calmado que hemos estado en año. Los dos juntos. Y la primera vez en caso diez años que tomamos un baño de tina juntos.

—Te quiero, Gabrielle— dice y mi corazón se detiene en ese instante. Se aparta y se acomoda de modo en que queda frente a mi. Me toma de la cintura y me tira con suavidad hacia él haciéndome quedar entre sus largas piernas.
Nuestros rostros a pocos centímetros del otro. Una de sus manos acaricia mi espalda y la otra la deja libre. Luego la mueve y la coloca sobre mi mejilla.
Es entonces cuando me mueve hacia él y me besa.

Un beso calmado, tierno y lleno de sentimientos. No es apasionado, ni desesperado, es un beso que me transmite paz y me deja saber que, en realidad, me quiere. Se preocupa por mi, le gusto más de lo que él quiere aceptar.
Mi cuerpo se llena de una calidez infinita y siento que estoy flotando entre nubes.
Sus labios se sienten tan deliciosos, tan suaves y tan llenos de él.
Cuando me toma del rostro con ambas manos, simplemente ya no lo puedo soportar. Dejo escapar un gemido. No es de placer es de lo bien que se siente ese momento.
Sé que estoy desnuda frente a él, en cuerpo y alma pero no me preocupa. Me siento tan yo cuando él está cerca que aveces me da miedo de perderme a mi misma si alguna vez se va.

No deja mis labios en ni un sólo momento.
Me inclino hacía atrás haciéndolo quedar sobre mi.
El agua rozando mi pecho, me hace saber que no estoy del todo sumergida.
Sus manos encuentran mis muslos y los sube de modo que mis piernas rodean su torso.
Ya se a donde vamos y se donde vamos a terminar y llegué a la conclusión de que no me importa un comino, que puede tenerme cuando quiera.

Gabrielle entre IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora