XIV. Plan nutricional previo a la cirugía

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Como ya les comentaba antes, para operarme tuve que seguir varios pasos previos:

- Visitar al cirujano y realizarme todos los estudios que me solicitaba (análisis clínicos completos, videoendoscopía, espirometría, electrocardiograma, radiografía de tórax, ecografía de abdomen).

- Tener un seguimiento psicológico, con la psicóloga del equipo. Cada dos o tres semanas.

- Realizar ejercicio aeróbico de manera frecuente (al menos unas 3 veces a la semana).

- Seguir un plan nutricional y bajar el 10% de mi peso inicial (al día de visitar a la nutricionista por primera vez). Realizar cambios de hábitos que pueda mantener en el tiempo. Control cada dos o tres semanas. 

El plan nutricional que comencé tenía también como objetivo ayudarme a cambiar ciertas malas conductas alimenticias. Además de enseñarme a comer, me enseñaba cómo hacerlo:

- Comer cada 2 o 3 horas. Ni más ni menos.

- No saltarse comidas y respetar los horarios de las mismas, los cuales deben adecuarse a tu rutina.

- Masticar muchas veces (primero 10, luego 15, 20, 25... a medida que iba pasando el tiempo me aumentaba el número de masticaciones).

- Dejar los cubiertos de lado mientras masticas.

- No mirar televisión ni distraerse con el celular mientras se come. 

- No picotear entre comidas. Si se siente ansiedad se puede comer gelatina light, algún caramelo sin azúcar, vaso de gaseosa zero...

- Beber como mínimo dos litros de agua al día. No se cuentan dentro de los dos litros las infusiones (mate, té, café) ni los jugos exprimidos (que en mi caso debía evitar). Sí los jugos sin calorías.

Estas son técnicas que pueden ser de utilidad a cualquiera.

Tuve que acostumbrarme a seguir estos pasos y a medir bien todo lo que comía. Tenía pesos diarios de alimentos, y cantidades a respetar. Debía seguir varias pautas, como ser no mezclar la carne con hidratos, comer una comida con hidratos y otra con carne, acompañadas con verduras (almuerzo y cena). Tuve que reemplazar el azúcar por edulcorante, y el aceite para freír por spray vegetal... La CocaCola  normal por Coca Zero.

No había postres, y solo podía darme un permitido una vez cada dos semanas. Por suerte jamás pasé hambre, y siguiendo este plan al pie de la letra pude bajar de peso sin inconvenientes, llegando a bajar el 10% necesario para que me aprobaran la cirugía en solo 3 meses (12 kilos en mi caso). 

No voy a detallarles la dieta porque no es mi idea que intenten copiarla. Si quieres seguir un plan nutricional por favor busca un profesional para que te lo de, ya que estos deben ajustarse a las necesidades de cada paciente. 

Un ejemplo de lo que comía en un día:

Desayuno (6:30 hs): Una taza de café con leche con edulcorante. 8 galletitas chicas de cereales.

Media mañana (9:00 hs): Una manzana.

Almuerzo (12:00 hs):  Una pata-muslo de pollo mediana al horno sin piel con puré de calabaza y ensalada de tomate.

Media tarde (15:00 hs): Una pera

Merienda (18:00 hs): Dos rodajas de pan lactal integral tostadas, con mermelada light.

Cena (21:00 hs): Dos porciones y media de pizza light (salsa hecha con spray vegetal, queso Post Salut light) con ensalada de lechuga y zanahoria. Postre (opcional): Una gelatina light.

Se puede crear variedad de menúes respetando las cantidades diarias de cada alimento o grupo de ellos. Como soy creativa a mí este plan me sirvió. Hay personas que necesitan que se les indique exactamente qué comer cada día. A mí eso me resultaría demasiado aburrido.

Permitidos:

Consideramos permitidos todo alimento que no está contemplado en el plan, o el aumento en las porciones. Por ejemplo, comer un helado de postre, o una porción de torta en una fiesta de cumpleaños. Un exceso de permitidos puede resultar en que el plan fracase, o que el descenso de peso sea más lento de lo esperado. Por eso es importante dejar el permitido que nuestra nutricionista nos dé y aprovecharlo comiendo algo que realmente nos guste (sí, esa porción de cheesecake en una salida a tomar el té con tus amigas, por ejemplo), y adherirnos al plan el resto del tiempo. 

Salirse del plan es peligroso. Somos animales de costumbres y es fácil acostumbrarse a comer mal nuevamente. Lleva mucho esfuerzo, más que nada mental y psicológico, pero se puede lograr :D

No hay nada más gratificante que ir al control con la nutricionista sabiendo que hiciste las cosas bien (excepto quizás por algunas pocas cositas aún por pulir) y ver el resultado reflejado en la balanza y en la tabla de medidas... 

Y si estás siguiendo un plan pero te desviaste y subiste de peso, no desesperes. Hoy es un buen día para volver a empezar. No somos perfectos, todos caemos alguna vez. Hay que volver a levantarse. ¡Ánimos que se puede!

Mi metamorfosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora