2 [Milo]

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Milo debió dejar a Lian porque Dante vino a la cocina diciendo que había oído un ruido extraño. Él ya estaba fuera de la casa mientras ella le decía que sólo vino por un vaso de agua y que por accidente arrojó el cuchillo.

Pero cuando Milo la volvió a ver, él... No tenía idea de que oliera tan bien, sabe que no debió alzarla con sus brazos pero le fue imposible, la sintió tan frágil y vulnerable. Al escuchar su nombre no pudo evitar sonreír y darle un abrazo. Su cuerpo cálido contra su piel fría. No quería separarse porque poco a poco comenzaba a entrar en calor y deseaba estar todo el tiempo junto a ella.

—Ya deja de pensar en esas cosas —se dijo, sacudiendo la cabeza. Milo está en el bosque y debería concentrarse en cazar, los pastelillos de Lian estaban deliciosos pero no es suficiente para saciar su apetito.

Frente a él ve un ciervo, uno grande y casi puede oler la sangre recorrer todo su cuerpo. Entonces se lanza sobre animal y muerde su cuello, lo sostiene con fuerza para que no huya y tampoco lo lastimen con sus patas, las cuales se mueven mucho.

Usualmente deja ir al animal, no lo mata, pero ahora...

—No es suficiente —murmura y vuelve a morderlo. Busca desesperadamente que la sangre sepa dulce o diferentes, siente que falta algo pero no sabe lo que es.

El ciervo deja de chillar de dolor para quedarse inmóvil. Lo mató, pero el morocho sigue con hambre. Desde que es como es no necesitó nada más que la sangre de los animales pero ahora no es suficiente.

—¡¿Qué me está pasando?! —exclama para luego golpear el tronco del árbol más cercano y consigue que éste se rompa y el árbol se precipite al suelo—. Todo cambio cuando visité a Lian... —ese recuerdo viene a su mente.

Su sangre. Ahora que piensa en eso, ni toda la sangre de los animales se compara a una sola gota de la suya. No quiere hacerle daño, aunque se hace la idea de que podría tomar la sangre de otros humanos.

En la ciudad~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
—Señor, debe retirarse, ya estamos cerrando —dice un oficial deteniendo a un intruso. Éste se encuentra en un área no permitida al público.

El hombre coloca su mano en el pecho del muchacho al ver que no se detiene e intenta hacerlo por su cuenta. Sin embargo el intruso continúa caminando haciendo que los pies del oficial resbalen por el piso mientras retrocede.

—¡Alto! —exclama tomando su arma, es una pistola paralizante.

—Sal de mi camino, cuando termine me iré —responde el morocho tomando el arma y destrozarla con una de sus manos.

El hombre ve horrorizado esto y corre en busca de algún teléfono para llamará a refuerzos. Pero para cuando lleguen Milo ya estará muy lejos.

—Mmm... —él mira con atención las bolsas repletas de sangre, hay muchas y de distintos tipos y factores. Se siento como un niño en una dulcería y los quiere todos.

En la casa de los Mayer...
Estamos cenando tranquilamente lo que mamá preparó mientras papá me pregunta cómo van mis estudios. Por razones de la vida él y mamá se distanciaron mucho estos últimos dos años y ahora se están divorciando. Pero eso no impide que pasemos una noche a la semana como familia.

—Todo está bien papá, sólo falta este año y luego iré a la universidad —contesto sonriendo.

—Tal vez no tuvieras que preguntar si estuvieras aquí y no con esa otra mujer —dice mamá en un tono frío. Ya van a empezar.

Antes de que se griten enfrente de mí o de Dante, yo lo llevo a la sala y enciendo el televisor.

—Dejémoslos solos un momento —murmuro jugando con mis manos.

—¿Por qué se pelean tanto? Ellos se amaban —cuestiona Dante abrazando a Sheldon. Esta situación lo está afectando.

—Cuando seas grande lo entenderás —digo acariciando su cabello. Él roda los ojos y mira hacia la tele. Están pasando las noticias diciendo que asaltaron un banco, no le tomé importancia hasta que aclararon que es un banco de sangre y se me vino sólo una cosa a la mente—. Milo.

—¿Qué? —Dante me mira interrogante, rayos, creo que hablé en voz alta.

—Nada, sólo... me duele la cabeza. Debo tomar mis medicamentos —respondo levantándome del sillón y camino hacia mi cuarto a paso veloz. No es del todo mentira ya que hace un tiempo he estado tomando unas pastilla recetadas por el médico de la familia para controlar los desmayos y funcionan.

Ahora, volviendo al tema del robo, creo que es así como Milo se alimenta. No sé cómo funciona pero no creo que hubiera estado todo este tiempo sin probar la sangre. Investigué sobre desapariciones o muertes en los últimos dos años y nada parece relacionarse con Milo. Temía que asesine como su hermano.

Al entrar a mi cuarto por las pastillas encuentro una nota en mi ventana. Es él.

"Ven al parque más cercano mañana a las 17:00 hs.
PD: volví a ver el cielo azul y el sol"

Sed De Sangre [Secuela/dueño De Lobos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora