Perspectiva Lían...
Ese vampiro es un poco extraño, me dejó libre así nada más. Pero no me sorprendería si estuviera jugando conmigo, una broma cruel.¡Una puerta! Es lo que logro ver en toda esta oscuridad. No sé cuanto tiempo estuve aquí, mi estómago ruge y mi cabeza duele. Sólo quiero salir de donde quiera que estoy .
—Lo sabía —suspiro cansada al notar que la puerta está cerrada cuando intento abrirla repetidas veces. Las ventanas sólo me ilusionan porque todas son indestructibles y tienen cristales oscuros, deben ser para que la luz del sol no entre.
Me doy por vencida y me siento a los pies de la escalera, hay más habitaciones arriba pero todas deben estar bajo llave. No hay salida.
—¿Por qué sigues aquí? —levanto la mirada para encontrarme con él. El desgraciado se está conteniendo para no reírse en mi cara.
—Sabes muy bien porqué —respondo desafiándolo con la mirada. Y eso lo hace reír a carcajadas como si hubiera dicho el mejor chiste de todos. Pasa un tiempo así y luego me toma de la muñeca.
—Bueno, ya basta se juegos —él lame esa zona un par de veces, llenándome de saliva, su lengua es helada y siento asco.
El gruñido de mi estómago lo detiene antes de que sus colmillos se hundan en mi piel, él cierra su boca y me jala con fuerza hacia otro lugar.
—Me lastimas —me quejo tratando de recuperar mi muñeca, seguramente ya dejó las marcas de sus dedos en ella.
—No me gusta comer cosas en mal estado. Debo alimentarte bien ―comenta deteniéndose en un lugar muy oscuro. Cuando el agarre de mi muñeca desaparece busco un interruptor de luz para iluminar el lugar. Lo encuentro y veo que estamos en una cocina-comedor cuando las luces se encienden. Ese vampiro está revisando el refrigerador.
—No voy a comer nada —gruño seria, esto me recuerda a la vez que Milo me obligó a comer.
—Okey, sólo dejaré esto aquí —él deja dos platos con comida, uno contiene un estofado y en el otro plato hay un budín. Mi boca literalmente babea al ver esto. Y mi estómago gruñe aún más fuerte—. Que lastima que nadie quiera esta comida. Se va a desperdiciar —comenta sonriendo, se aprovecha de mi debilidad. Él toma los platos y camina hacia el basurero para tirar todo.
No, no, no. Me muero de hambre, no puede hacerme esto.
—¡No! —chillo sosteniendo su brazo.
—Entonces come todo, mausi —me entrega los platos y el aroma agradable llega a mi nariz.
Mausi, ¿Qué significa? Seguramente es un insulto. Dejo de pensar en eso y me concentro en comer lento pero sin detenerme, no quiero ahogarme con la comida pero estoy hambrienta.
—Yo debo obligarte pero a él le obedeces —escucho su voz grave a mis espaldas—. Ni siquiera lo conoces —giro un poco la cabeza poco a poco para encontrarme con un muy furioso Milo.
Perspectiva Llantén...
—¿Cómo entraste? —doy un golpe en la mesada, casi la rompo, si estuviera en forma la hubiera hecho trizas. Él no aparta sus ojos de ella, ambos se conocen.—Para eso existen las puertas —responde el muy idiota haciéndome enfadar.
—¡No puedes entrar sin invitación! —exclamo pero el hecho es que él ya está dentro. No lo entiendo.
Ese otro da un paso hacia adelante teniendo una expresión angustiada, es extraño.
—¿Qué haces aquí Lian? —me ignoró y se dirige a la chica. Ahora sé cómo se llama—. Trataste de escapar pero nunca te dejaré ir, ¿entiendes?
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Sed De Sangre [Secuela/dueño De Lobos]
VampiroLian trata de vivir su vida luego de los acontecimientos pasados. Pero descubre que lo que atormentaba a Ruy, ahora está en Milo.