Encontraron a las víctimas del accidente, él no bebió toda su sangre aunque le hubiera encantado.
Ya ha pasado un día de eso, más bien, una noche. Y está realmente satisfecho, aunque ahora le preocupa otra cosa. Lian, no puede dejar de pensar en ella.—Li, ¿me odias? —murmura manteniendo la cabeza agachada. La última vez lo echó todo a perder. Ella salió corriendo y él no se molestó en detenerla, porque lo que dijo es verdad, ser sincero no funcionó. Pero supone que una simple visita no hará ningún daño. Después de todo ella no le hubiera pedido que se vieran si no le extrañara y tampoco tuvo la oportunidad de decirle que la extrañó.
Y, en menos de un minuto, ya se encuentra de pie justo frente a ella. Lian está dormida, unas sábanas cubren su cuerpo excepto parte de su hombro y, como si una especie de fuerza moviera a Milo, él termina frente a su rostro. Acaricia su cabello lentamente, sus ojos cerrados se aprietan un poco haciéndola ver adorable. También deja unos cortos besos en su hombro sin tener idea de porqué, sólo lo hace disfrutando de su aroma, su sabor y ella termina despertado.
Sus ojos miran confundidos a Milo. El morocho piensa que ella está feliz de verlo de nuevo, porque él si lo está.
—Buenas noches —saluda sonriendo. Ella se encoge en su lugar por un momento y luego se sienta en la cama.
—¿Qué haces aquí?
—Lo sé, te asusté esa vez en el parque —murmura bajando la mirada—. Vine a disculparme.
Las manos de Lian toman las mejillas pálidas del muchacho de una forma delicada, así conecta sus miradas.
—Me molesté contigo por compararte a Walter —le dice de forma clara y firme. Él desvía la mirada hacia el cuello de ella, ese tentador olor lo llama y siente sus colmillos crecer.
Con el control que le queda, toma las manos la chica entre las suyas y se conforma con sentir su calor.
—Es que... De verdad q-quiero... —Milo no había notado que el olor de Lian se volvió más intenso—. Tengo miedo —confieza bajando la mirada luego de un corto silencio. Definitivamente no quiere ser como mi hermano, pero el deseo es fuerte.
—Tú puedes hacerlo —susurra ella luego de pensarlo por un momento. Rápidamente Milo levanta la cabeza al no comprender.
—¿P-Puedo? —él traga saliva de los nervios cuando Li asiente con la cabeza, también levanta su cabello como una cola de caballo. Ahora su cuello está expuesto.
La respiración del muchacho se agita un poco tratando de captar mejor el olor de Lian, ella se acerca un poco más a él y mira a un lado.
—Sólo que no duela mucho —le pide al mismo tiempo que sonríe. Entonces siente como Milo la toma de los hombros y lentamente se acerca. Él lo hace despacio, dándole tiempo a que se arrepienta de esto. Pero Lian quiere continuar y una parte de Milo también.
Su rostro pálido ahora está a unos centímetros del cuello de la chica, puede sentir su cálida piel en los labios. Entonces abre la boca y termina clavando suavemente sus colmillos en la piel expuesta. Lian suelta un quejido de dolor en ese momento, mientras que él está perdido bebiendo su sangre. La siente tan suave, dulce y caliente.
—Milo —balbucea ella mientras trata de alejarlo, la mordida le arde un poco. Sus manos empujan el pecho de Milo, pero su fuerza no es nada comparada a la de él. Un segundo después retoma el control de si mismo y se aleja luego de lamer lo que queda sobre la piel, en donde ahora hay dos pequeñas marcas.
—Deliciosa —piensa saboreando lo que quedó en su boca, jamás se cansaría de ese sabor—. ¿Te duele? —pregunta al ver como ella llevar su mano a las marcas.
ESTÁS LEYENDO
Sed De Sangre [Secuela/dueño De Lobos]
VampireLian trata de vivir su vida luego de los acontecimientos pasados. Pero descubre que lo que atormentaba a Ruy, ahora está en Milo.