20 [Paseo]

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—¿Por qué no salimos un momento? —me pregunta mamá llevando unos cabellos atrás de mis orejas—. De compras o...

—No mamá, pero gracias —contesto mantenido la mirada en mis manos—. Quiero quedarme aquí —agrego cubriéndome con las mantas.

—Esta bien bebé, yo llevaré a Dante a la escuela —ella besa mi frente como despedida y sale del cuarto.

La casa queda en completo silencio una vez que ellos se retiran. Yo escucho el sonido de la paz y cierro un poco los ojos para intentar dormir. Los últimos días no he podido hacerlo, Milo aparecía interrumpiendo mi sueño con mordiscos y luego llegaron esos besos... Me aterran más que las mordidas. Pensar que él quería hacerme eso, sin importar que yo no esté de acuerdo, me asusta mucho.

Mis ojos están fuertemente cerrados y unas pocas lágrimas de cuelan por ellos mientras que me abrazo a mí misma, no tengo a nadie que me apoye con esto y eso me duele. Cuando todo empezó estaba Dante conmigo, pero no puedo involucrarlo ahora, está rehaciendo su vida y yo soy la única inútil que no puede hacer lo mismo.

En ese momento siento que algo se desliza sobre mi cabeza, abro los ojos y lo toco.

—¿Mi gorra?

—Tu madre tiene razón, deberías salir —escucho a Llantén. De inmediato me cubro con todas mis mantas y me aferro a la almohada.

—N-No, la última vez que salí... a la calle un lunático m-me secuestró —respondo tenido la nariz tapada, creo que ahora estoy resfriada o es porque estaba llorando.

Siento como las sábanas son arrancadas de mí y terminan arrojadas en el piso por él.

—Cállate, saldrás de aquí y no te pasará nada porque yo estaré contigo.
¿Qué? Porque le importa tanto mi bien estar.

—Eso no c-cubre la deuda —le recuerdo. Sólo quiero que me deje en paz, intento dormir.

—No pero ya estoy harto de estar encerrado —comenta cruzándose de brazos. Yo levanto la mirada y frunzo el ceño.

—¿Haz estado en la casa todo este tiemp...? —soy interrumpida cuando él golpea la lámpara que está en la mesa de luz, a unos centímetros de mi cabeza.

—¡Eso no te importa, ahora vamos! —Llantén comienza a revisar todos mis cajones y el armario, tira toda mi ropa al suelo al igual que la interior, que vergüenza—. Ten —me da un conjunto que él mismo eligió, lo miro con miedo y extiendo mi mano para agarrar las prendas.

—No creo que quieras ir en pijama por la calle, ¿cierto? Tienes un minuto —comenta dándose la vuelta.

—¿Qué? No, sal —chillo teniendo mi rostro muy caliente, estoy sonrojada.

—54 segundos.

—Pero...

—50 segundos, voltearé cuando llegue a cero —comenta y puedo jurar que está sonriendo aunque sólo lo veo de espalda.

—O-Okey —suspiro y me quito mi pijama lo más rápido que puedo, luego me coloco la otra ropa. Pero tengo problemas con el cuello de la camiseta, lo arreglo rápido y siento como Llantén toma mi cintura.

—Cero —murmura.
Entonces siento como una fuerte ráfaga hace volar mi cabello por unos segundos y luego se detiene. Abro los ojos lentamente, con miedo, para ver que nos encontraron en un parque. Las personas pasean felices, los niños juegan y algunos ancianos alimentan a las aves.

—Llegamos —Llantén me sonríe mientras comienza a caminar, no sé si debería seguirlo o regresar a casa. De verdad estoy muy agotada y apenas puedo abrir los ojos a causa de los fuertes rayos de sol—. Hey, camina mausi —siento su mano alrededor de mi muñeca y me jala, es ahí cuando noto que estoy descalza. Que vergüenza.

—Quiero volver —le pido poniendo resistencia. Él me mira por un momento, luego me jala de nuevo hasta terminar sentados en el césped, la hierba me hace cosquillas en la planta de los pies y la sombra de un árbol nos cubre del sol. Sin poder evitarlo suelo un profundo bostezo.

—A veces me gusta estar así —Llantén se acuesta en el césped y coloca los brazos detrás de la cabeza cuando cierra los ojos—. Tirado en el suelo sin hacer nada.

—Yo-

—Y en silencio —me corta haciendo que apriete los labios. Ninguno de los dos habla y decido acostarme también, mirando al cielo y ver pasar a la nubes. Todo está tranquilo y bostezo de nuevo mientras mis ojos se cierran.

Ahora me encuentro en un lugar oscuro, no sé cómo llegué aquí y estoy asustada. Por alguna razón comienzo a correr lo más rápido que puedo, no sé hacia donde voy y tampoco puedo ver nada frente a mí, sólo hay oscuridad hasta que...

—Lian —escucho su voz, es aterradora y rasposa como lija.

Giro un poco mi cuerpo y la voz está detrás de mí, lamento en ese instante haber mirado porque me encuentro con un Milo muy terrorífico. Su ropa está sucia, rasgada y cubierta de sangre al igual que su cabello y rostro.

—No escaparás —susurra señalándome con su dedo, tiene unas afiladas uñas en sus manos y también están manchadas de rojo.

Mis ojos se llenan de lágrimas cuando él da un paso, mis pies se sienten pesados y apenas puedo moverme. Intento correr pero en un abrir y cerrar de ojos ya tengo a Milo frente a mí, tomándome con fuerza del cuello.

—¡Ah! —grito, entonces siento agua mojarme por completo. Suelto otro grito y salgo de... ¿De una fuente?

Miro a mi alrededor teniendo la respiración agitada y me topo con los ojos verdes de Llantén.

—Me agradabas mejor dormida —comenta mirando a un lado. Todas las personas a nuestro alrededor nos miran y murmuran cosas. Somos el centro de atención ahora.

—¿C-Cómo llegué aquí? —le pregunto mientras salgo de la fuerte, el agua se escurre de mí y mi cabello me cubre parte del rostro.

—Te quedaste dormida y te estaba llevado a casa. Pero como me gritaste te arrojé a la fuerte por mala niña —responde soplando en mi cara, en ese momento estornudo, sip, creo que ya me enfermé. Estaba a punto de agradecerle por querer llevarme a casa, pero decido guardar silencio ante su siguiente comentario—. Estabas roncando como un oso y también babeando toda mi ropa, después debes lavarla.

Agacho la cabeza al recordar a todas las personas de nuestro alrededor, en ese momento la muchedumbre dirige su atención a otra cosa y comienzan a murmurar de nuevo hasta que una mujer grita.

—¡Llamen a una ambulancia! —otras personas comienza a hablar, pero no sé a lo que se refieren porque la multitud obstruye mi vista.

—¿E-Eso es sangre?

—¿Te encuentras bien muchacho?

—¡Es sangre! —otro alarido se escucha, entonces las personas se apartan del camino dejándome ver a Milo. Mi corazón se detiene, comienzo a escuchar un sonido muy agudo y todo a mi alrededor desaparece, se vuelve oscuro. Como en mi pesadilla.

—Lian —clava su mirada en mí luego de pronunciar mi nombre.

Sed De Sangre [Secuela/dueño De Lobos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora