El muchacho de pálida piel y ojos negros no puede creer que una rata obtenga todo el cariño de su favorita. Lian la tiene como mascota y eso es absurdo para él, además siempre pensó que las chicas le tienen miedo a esos animales.
—¿Por qué quiere una mascota? No la necesita, yo estoy con ella siempre, debería darme abrazos a mí. No a esa cosa fea —dice entre dientes mientras camina de un lado al otro, las hojas secas y pequeñas ramas se quiebran bajo su peso. Se encuentra en el bosque donde siempre suele ver a Edith para aprender, pero a ella ya se le hizo tarde.
—¿Listo para otra lección? —cuando estaba a punto de marcharse, la escucha detrás de él. Pero no está de ánimos para nada—. Milo, te estoy hablando —ella toca su hombro y lo hace girar.
—No sé qué hacer —suelta apretando los puños—. Ella, no me quiere. Hago todo para que... pero nada es suficiente —susurra cerrando los ojos con fuerza.
—Mmm, hablas de tu favorita, ¿cierto? —supone la niña pensativa —Puedes hacer con ella lo que quieras, no tiene derecho a reclamarte nada porque eres su dueño —dice acariciando el cabello de Milo. Esto hace que él asienta lentamente en afirmación.
En la casa...
—Listo —murmura Lian envolviendo mi pata lastimada, luego deja un besito en mi nariz que casi hace que me sonroje. ¿Quién soy? Pues el hurón."Gracias" me encantaría poder decile, pero en su lugar subo a su regazo para que me de unas caricias. Tal vez me acostumbre a esto. Tengo comida gratis, baños calientes y la mejor parte es que puedo dormir acurrucado con Lian en su cama, jamás pensé que me apegaría tanto a una humana.
—Que descanses Alfred —ella me deja en la cama que compró para mí, aunque yo tengo otros planes. Lian camina hacia su cama y levanta las sábanas para luego cubrirse con ellas una vez acostada.
Espero unos minutos en mi lugar y luego corro hacia la cama, es enorme desde aquí, subo por una de las patas y me deslizo debajo de las sábanas. Las piernas de Lian son muy, muy, muy largas desde esta perspectiva y tengo suerte de ver en la oscuridad para apreciar la vista. Sigo subiendo hasta llegar a su cuello, allí me hago bolita para descansar y disfrutar se su calor.
—Jamás he estado más cómodo en toda mi vida —pienso comenzando a cerrar mis ojos.
Pero, un momento después, comienzo a sentir un olor extraño en el aire. No es Lian, ella huele muy bien, sino que es algo muerto.
—¡Milo! —comienzo a gruñir al verlo a los pies de la cama, por su cara, no trama algo bueno.
—¿Qué tienes chico? —ella abre un pocos sus ojos, de forma perezosa y luego pega su espalda a la cabecera de la cama al ver a Milo allí. Está asustada.
—Li, recuerdas que te pregunté qué se siente besar —habla dando unos pasos hacia ella.
—S-Si —responde dudosa tomando con fuerza las sábanas.
—Quiero besarte y sentirme vivo de nuevo —de un rápido moviento yo termino en el suelo con una gran pila de sábanas sobre mí, Milo me arrojó con todas las mantas y ahora sostiene a Lian de los brazos para comenzar a besarla bruscamente, también comienza a tocarla bajo la ropa.
Ella llora. ¡No permitiré que la toque!
—¡Suéltala! —salto sobre él y tomo su cuello con mi brazo izquierdo, ambos caemos al suelo y mi espalda se lleva la peor parte. Esto me recuerda a los viejos tiempos.
—¿Llantén? —Li me mira sorprendida, tal vez crea que aparecí de la nada.
No tengo tiempo de reaccionar y Milo me da un golpe en el rostro, lanzándome por la ventana. Me golpeo de nuevo y termino en el patio trasero, ya estoy harto. Ya no más. Milo se abalanza sobre mí con sus afiladas uñas, yo le sostengo de las muñecas y quedamos cara a cara. ¿Cómo pudo aprender eso?
Ahora que recuerdo, lo conocí cuando aún estaba vivo y era sólo un niño. Pero la diferencia entre ambos, el Milo del presente y el del pasado, es muy grande.
—Lian es mi favorita —dice con los dientes apretados. Su fuerza es mucha. Aunque no se compara a la mía, suelto un poco mi agarre y él se precipita hacia adelante. Mi rodilla se estrella contra su estómago, luego lo tomo de su ropa y lo arrojo contra un árbol que está en el patio de la casa.
—Y a penas estoy calentando —murmuro haciendo crujir mis nudillos. Hace mucho que no tengo una buena pelea.
Milo se retuerce en la tierra y lentamente se levanta.
—¡Edith! ¿Qué haces aquí? —habla sonriendo pero... sólo estamos los dos aquí—. Gracias, de verdad necesito tu ayuda —comenta mirándome con rabia.
Ahora él se mueve mucho más rápido, y sus golpes son el doble de fuertes. ¿Quién lo está ayudando? Espera...
—¡Lian es mía! —Milo da un salto hacia mí con su puño en alto, el mismo choca contra mi mejilla repetidas veces. Duele pero yo le haré sentir el verdadero sufrimiento.
—¡Basta! —cubro sus ojos con mi mano y él cae al suelo dormido. No tuve otra opción que usar ese truco para pararlo.
¿Edith? Ella debe ser la voz.
—Allá —escucho a un grupo de personas que vienen hacia aquí con sus armas y linternas, son policías. Tomo a Milo y lo llevo a otro lugar para que no nos descubran, eso podría ser catastrófico.
—Debo hacer algo —murmuro dejando caer a Milo en el suelo, la voz es muy peligrosa y mucho más para Lian.
Perspectiva Lian...
Mis padres se alertaron por el gran escándalo que Milo y Llantén hicieron en mi habitación, el castaño fue lanzado hacia afuera y Milo lo siguió para continuar con su salvaje pelea.—¡Lian, Lian! —Dante golpea la puerta contra la pared cuando la abre con fuerza—. ¿Estás bien? ¿Qué pasó aquí? —me pregunta, sin embargo no puedo responder.
Mis padres también llegan a mi cuarto y me abrazan con fuerza diciendo que todo está bien. Llaman a la policía de inmediato para que investiguen lo que sea que está pasando y se escuchan unos fuertes sonidos en el patio trasero. Cuando los uniformados acuden a la casa, rápidamente van hacia el patio pero no encuentran nada, sólo un árbol a punto de caer. Una gran fuerza debió golpearlo.
—Todo está bien —me repite mamá mientras acaricia mi cabello, yo no puedo dejar de temblar. No puedo creer que Milo iba a...
—¡Alfred! —digo al verlo entrar por la puerta, yo lo abrazo con fuerza porque creí que fue lastimado. Él se frota por mi ropa y suspiro al ver que está bien.
—No podemos seguir así —escucho a papá—. Nos iremos lejos, en donde estaremos a salvo —murmura mirando a cada uno de nosotros.
¿A dónde iremos?
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Sed De Sangre [Secuela/dueño De Lobos]
VampirLian trata de vivir su vida luego de los acontecimientos pasados. Pero descubre que lo que atormentaba a Ruy, ahora está en Milo.