𝐶𝑎𝑙𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒

21. The List

Jade's Pov

Sé que tengo hambre. Muero de hambre. Me mareo de sólo pensarlo. La puerta del cuarto se abre y me cubro en el instante con la cobija.

- Hola, Jade... - acaricia mi hombro.

- No quiero bajar. - dejo claro.

- Lo sé. Tu padre me dijo que llevas aquí desde el funeral.

- Y aquí me quedaré.

- Debes comer. Aunque sé que no te levantarías ni atando una soga a tu cuerpo... Anda, siéntate de una vez o las donas se harán feas.

- Donas... - me siento en la cama en el instante. Pone la caja sobre mis piernas y toma la charola de los café.

- Sabía que te haría algo bueno mi presencia. - dice riendo.

- Calla, Jess. Sólo estoy muriendo de hambre. - le doy una enorme mordida a la dona.

- Entonces no te vayas a ahogar. - se burla de mí.

- Perdón. ¿Qué tal está Perrie? - pregunto para sacar conversación.

- Supongo que bien. Hace algunas horas aterrizó su avión.

- ¿Qué avión?

- Viajó a South Shields.

- ¿Para qué? El plazo se cumple la próxima semana.

- Lo sé, pero sospecho que está organizando algo allá. Supongo que te enteraste de lo de su padre.

- Claro. Pero no le vi intención de hacer algo respecto a eso.

- Yo tampoco... De todas formas no debes preocuparte, ella estará aquí mañana en la mañana.

- Es su cumpleaños, ¿no? - asiente - ¿Me pasas el teléfono?

Abre el cajón y lo saca para entregármelo. Marco el número y espero a que respondan.

- Diga.

- Hola, quisiera hacer un pedido para mañana, por favor.

~♡~

Perrie's Pov

Bajo del autobús sosteniendo bien mi bolso.

Después de las preguntas de Jesy me puse muy nerviosa.

- ¿Para qué sacaste tanto dinero? - preguntó.

- Nada importante.

- Pezz, dime qué pretendes hacer con tanto dinero en South Shields.

- Nada...

- Cualquiera que sea tu propósito... Ten cuidado, por favor.

Después de eso abordé el avión.

Ahora estoy en South Shields nuevamente. Parece broma que esté de regreso.

Camino con un poco de prisa por alcanzar el otro lado de la acera.

Avanzo hasta la puerta de cristal y me adentro en el negocio.

En el mostrador toco la campanilla y aparece una chica.

- Estoy buscando a Randy. - asiente y me hace una seña para que pase al otro lado.

La sigo por un largo pasillo blanco. El aire frío del lugar y mis nervios hacen que se me enchine la piel.

- Es esa puerta. - dice señalándola.

- Gracias. - se da la vuelta y me deja ahí parada.

Toco y escucho su voz. Entro en silencio y lo veo sentado detrás de un escritorio.

- Hola, Pezz.

- Hola, Randy. Quiero hacer esto rápido, ¿sí? Regreso a Londres esta noche.

- Claro, ven y siéntate. - hago lo que me dice - El dinero está...

Coloco el sobre frente a él.

- Seis mil libras en billetes de cien. - asiente sonriendo.

- Está bien. Déjame enviar el texto. - saca su celular teclea en él.

- Date prisa... - me mira con malos ojos.

- No me presiones, Perrie. Yo no te empuje a esto, ¿recuerdas?

- Lo sé, pero me ayudaste. Carajo, no quiero hablarlo más, sólo dime qué responde.

- 10 segundos. - lo miro confundida.

Entonces la puerta se abre de golpe. Un hombre de color entra con porte autoritario.

- El dinero. - dice casi gritando.

Tomo el sobre y se lo entrego.

- Buena chica, Edwards. - dice sonriendo.

- Espero que con esto se termine el asunto.

- Así es. Eres libre de la lista.

- En ese caso, me largo. - tomo el bolso y me despido de Randy.

No volteo a ver a nadie más. Salgo de ahí sin pensarlo dos veces.

Me paro en la banqueta antes de cruzar para tomar aire.

- No olvides, Edwards, que siempre estaremos disponibles. - me dice el hombre colocándose a mi lado.

- Eso se acabó. Sólo vine a saldar esa antigua deuda. - explico.

- No importa. Sabes que siempre volverás a la heroína. - se ríe y se marcha.

Jamás volveré a caer. Eso se acabó.