26. She's The One

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Jade's Pov

- Ya deja tu vestido en paz. – regaño a Perrie con una leve carcajada.

- Realmente no creo que esta haya sido mi mejor elección. – freno el paso y tomo sus manos.

- Con cualquier cosa luces hermosa, nena. Respira y relájate. Si quieres podemos hacer una escala para que te relajes. – ofrezco contemplando que nos quedan 4 cuadras para llegar a la casa.

- Mejor vayamos de una vez, sé que si lo postergo más estaré peor. – hace una mueca y me abraza - ¿Qué pasará si no les agrado?

- ¿Bromeas? Ambos te adoran y sólo te han visto un par de veces. – acaricio sus mejillas intentando calmarla – Además, te van a amar tanto como yo... Bueno, no exageremos, nadie te puede amar más que yo.

Se ríe y me besa en los labios, complacida le sigo el beso unos segundos, unos hermosos segundos. Entrelaza nuestras manos y volvemos a caminar.

Mientras lo hacemos intento imaginar cómo será la velada y veo a la gente que camina por el rumbo. Todos parecen estar felices, justo como yo y mi hermosa prometida. Prometida. Parece broma el hecho de poder llamarla así, siempre soñé con la posibilidad y ahora que es parte de mi realidad estoy más que feliz.

Llevo tres mañanas seguidas despertando a su lado, con su cuerpo aferrado al mío y su aliento golpeando mi cuello. No hay cosa que disfrute más. Ir al trabajo perdió el tedio que había tomado desde que Perrie se había marchado, con ella cerca las cosas son totalmente diferentes y luminosas. Ella me hace diferente y lo adoro.

La hago pasar primero al interior del edificio y nos acercamos a la recepción.

- Hola, Jonnie, ¿qué tal todo? – saludo al portero.

- Muy bien, señorita Thirlwall. – se me revuelve el estómago al escuchar ese nombre.

- Me parece estupendo. Mira, te presento a Perrie, mi prometida. – le digo mirando a mi hermosa novia.

- Un placer conocerla, señorita. No esperaba que se fuera a comprometer tan pronto.

- Ya sabes lo que pasa, ¿no? – asiente apenado.

- ¿No ha leído los periódicos? – sacudo la cabeza negativamente.

- No he querido hacerlo. ¿Siguen hablando de mi madre? – asiente.

- Sobre su madre y también sobre los Hastings y el divorcio.

- ¿El divorcio? – reacciona Perrie.

- Si, se ha hecho un escándalo hoy. Señorita, yo le recomiendo que se tome la molestia de leer el diario de hoy, será mejor para que pueda defenderse. – me ofrece el periódico y dudo unos segundos pero Perrie lo toma por mí.

- Tranquilo, me encargaré de que lo lea. – le dice con una media sonrisa – Un gusto conocerte, Jonnie.

Después de pronunciar el nombre con cierta melancolía toma mi mano y vamos al ascensor, subimos y ella mete el periódico en su bolso.

- ¿Quieres que lea eso? – pregunto con gesto molesto.

- Si, pero si tu no quieres lo haré yo de todas formas.

- ¿Por qué? Puede ser una estupidez, Pezz, casi todo lo que publican sobre mí lo es.

- Lo sé, pero el tono que usó ese hombre no me agradó. Sólo es precaución, ¿sí? – asiento al ser derrotada por su mirada angelical.

- ¿Crees que ellos sepan? – pregunto refiriéndome a mis padres.

- Tal vez, ¿suelen leer el periódico?

- No desde el funeral de mamá.

- Entonces no veo por qué lo pudieran hacer hecho hoy. Tranquila, todo irá bien. – besa mi mejilla y comienzo a flotar en una nube nuevamente.

- ¿Es este el piso? – pregunta cuando el elevador se detiene.

Asiento haciendo que revivan sus nervios. La tomo de la mano y nos dirijo al penthouse de mi padre. Toco el timbre y rápidamente nos abren la puerta.

- ¡Jadey! – exclama mi padre James – Por fin llegan. Hola, Perrie, es un gusto verte. – nos hace entrar y abraza a Perrie a forma de saludo.

- Hola, lo mismo digo, señor.

- Hemos estado esperando por esto con muchas ansias, creeme cuando te digo que nos hace mucha ilusión saber que tu eres esa única chica.

Noto un leve sonroje en las mejillas de Perrie con als palabras de mi padre.

- Basta, papá, la harás ponerse más nerviosa. – le digo sonriendo.

- ¿Nerviosa? ¿Por qué? – pregunta a Perrie – No hay necesidad de nervios, preciosa. Si el problema es que no nos agrades me temo que ya te consideramos parte de la familia.

- Te lo dije. – le susurro a la rubia mientras seguimos a mi padre al interior.

- Jonathan, está en la cocina, puedes ir a buscarlo si quieres aunque no sé si ya haya terminado de cocinar. – explica mi padre.

- ¿Él cocina? – pregunta Perrie sorprendida.

- Y no es lo único que hace. – confirmo – Iré a verlo.

~♡~

Perrie's Pov

- No estuvo tan mal, ¿verdad? – pregunta Jade cuando el taxi comienza a avanzar.

- Para nada, fue asombroso. Tienes suerte al tener a dos hombres como ellos. – posa su mano sobre mi pierna.

- O tal vez tengo suerte de tener una mujer tan perfecta a mi lado. – me sonrojo por enésima vez en la noche y recargo mi cabeza en su hombro.

- Me alegro tanto de que por fin estemos juntas... – suspiro.

- Te dije que tarde o temprano lo íbamos a lograr. Siempre estuvimos destinadas a estar juntas, amor, lo supe desde ese día.

- ¿Podrías contarme de nuevo esa historia? – pregunto con tono infantil esperando una positiva de su parte.

- Con gusto. – se aclara la garganta y empieza – Era marzo, tenía que asistir al concurso de teatro más popular de la ciudad y dejé de lado mis prácticas para ir a apoyar a Jannis. Estaba soleado y la brisa era fresca, el lugar estaba lleno de gente, vendedores ambulantes, no se había privatizado el lugar y era enorme. Me aburrí con todas las obras hasta que un título curioso fue mencionado y puse atención, además de que era la obra de mi prima... una curiosa cabellera se abrió espacio en el escenario y me quedé totalmente anonadada. Ojos azules, cabello lila, una enorme y radiante sonrisa, carisma inigualable, supe en el instante que estaba perdida, perdida por una total desconocida que creía conocer mejor que nadie. Pezz, eres la casualidad más hermosa que ha podido pasarme.

𝐶𝑎𝑙𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora