Perrie's Pov
3 meses antes
El teléfono sonó de nuevo, evitando por segunda vez mi ingreso a la ducha.
- Diga...
- Hola, Pezza, ¿te interrumpo? – preguntó Lee desde el otro lado.
- No, no, dime qué necesitas. – me senté en la cama.
- Tú padre pidió que vinieras a verlo.
- ¿Para qué? – pregunté con curiosidad.
- Se enteró sobre tu enfermedad y está aferrado a verte.
- ¿Cómo pudo saberlo? – me alarmé temiendo que nuevamente me haya vigilado sin que lo notara.
- No tengo idea pero será mejor que vengas a averiguarlo.
24 horas después estaba frente a la puerta del reclusorio, esperando mi ingreso y prometiéndome a mí misma toda la fortaleza que tengo, recordándome que él ya no podía hacerme daño alguno.
- Ya puedes entrar, Perrie. – crucé la puerta y presioné mis puños con fuerza.
Caminé al lugar de costumbre y me senté a la par que sonaba el timbre de la reja. Un Alexander viejo y demacrado hizo aparición. Tenía más de un año sin verlo, sabiendo de él por sus cartas pero no lo había visto más. Hasta que algo en mí interior me dijo que debía ir. Y ahí estaba, mirándolo mientras se sentaba, con las manos esposadas y una sonrisa en su asqueroso rostro.
- Te ves bien, Pezzie.
- No puedo decir lo mismo de ti. No cabe duda de que cada día que pasa te acabas más, Alexander.
- ¿Eso crees? Yo no me encuentro tan mal, sigo tan apuesto como siempre...
- Ajá, sí. Entonces, ¿para qué querías verme? – corté su discurso.
- Para saber qué tan ciertos eran esos rumores.
- ¿Qué rumores?
- Los rumores que dicen que estás muriendo.
- ¿Muriendo? – me reí con ironía – ¿No estarían hablando de ti esos rumores?
- No lo creo, yo no tengo cáncer en la sangre, tal vez sí en los pulmones. – se rió con fuerza al verme fruncir el ceño.
- No sé quién te diría eso pero me temo que te informaron mal. Estoy en perfecta salud, disfrutando de mi vida como nunca.
- ¿Qué ganas con mentir, Louise? No a mí, sino a ti misma. Sabes que estás enferma y que esos tratamientos te van a dejar en la ruina, más si agregamos el gasto que haces en drogas. – me dejó sin palabras – Tu antiguo jefe me dijo que empezaste a comprar heroína hace dos meses.
- ¿Él vino aquí? – pregunté con sorpresa.
- Si, ya sabes que ser dueño de una porción del cartel da ciertos poderes. Entró y salió sin problemas.
- Claro, claro, casi olvido que él es como un rey para ustedes. – dije rodando los ojos.
- Así es, pero regresemos al tema, vas a necesitar dinero.
- Puede que vaya a ser así pero, ¿Qué tiene que ver eso contigo? Tú estás encerrado, no puedes darme ni un centavo y tampoco lo quiero, no de ti.
- Bueno, eso se puede arreglar, pequeña. Yo al estar aquí dentro no puedo reclamar la herencia que dejó tu abuela, eres mi única primogénita viva y todo va directo a ti.
- ¿Herencia? ¿De la abuela? Ella...
- Si, ella está muerta. Me avisaron hace unos dos días. – un Edwards menos en la lista. – Cómo sea, ese dinero es tuyo y más vale que vayas a recogerlo.
- ¿Entonces sólo para eso me llamaste? ¿Para eso me hiciste viajar? – la molestia marcaba canda una de mis palabras – Jamás dejas de sorprenderme.
- No, no era lo único para lo que te buscaba, también quería ver si realmente estabas tomando tus quimioterapias. Puedo ver que solo ha sido una farsa, ¿no?
- Eso no te incumbe, Alexander. Yo sé lo que hago con mi vida.
- ¿Y acabarla es tu objetivo?
- Yo...
- ¿Crees que las drogas te van a mantener viva? Hija, estás muy equivocada.
- ¿Hija? ¿Me llamaste "Hija"? – me había tomado desprevenida.
- Probablemente no te importa, pero las cosas que he estado haciendo aquí me han ayudado a entender muchas cosas y sé que te dañé muchísimo, y puedo verlo más claramente ahora que estás en esta situación, y te diré una cosa, Perrie, si no me dejaste destruir toda tu vida tampoco permitas que una enfermedad lo haga. Ya me enviaste al lugar que merecía, ahora vive y derrota esa enfermedad que tienes, ese dinero te puede salvar la visa, Pezz.
- ¿Estás hablando en serio? ¿Después de tanto esperas que esas palabras las crea? ¿Después de que me dijiste infinidad de veces que solo era una mierda? ¿Después de que me hiciste creer que solo robaba oxígeno al mundo?
- Eso es lo que quiero enmendar, Perrie, sé que me queda poco tiempo en este mundo, estoy seguro de eso, y quiero irme sabiendo que por lo menos una vez te hablé como el padre que siempre has merecido.
- Pues me importa poco, no me interesan tus disculpas o tus palabras "reconfortantes" – hice comillas con los dedos – Aún a pesar de los años no puedo dejar de creerme todo lo que me dijiste totalmente, aún hay momentos en los que me suelto a llorar porque todos esos recuerdos se la pasan rondando en mi cabeza sin parar. – unas lágrimas se desprendieron de mis ojos – Sé que soy débil y si voy a morir prefiero echarle la culpa a una enfermedad que a mí estupidez y, ¿sabes por qué? Porqué siempre has tenido razón, soy una maldita cobarde, y siempre lo voy a ser.
Me levanté aun con lágrimas en los ojos, lo miré unos segundos mientras ambos llorábamos, presioné los puños y huí, como toda una buena cobarde porqué... estoy muriendo.

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𝐶𝑎𝑙𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒
Fanfiction"Después de la Tormenta viene la Calma." Segunda parte de Storm. Iniciada el 25 de Mayo de 2017. Terminada el 1 de Julio de 2017. Busca la primera parte Storm en mi perfil.