𝐶𝑎𝑙𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒

7. She's Mine & I'm Hers

Perrie's Pov

Una serie de espasmos se apoderan de mi cuerpo. Dejo mi cabeza caer en el pecho de Jade.

Acaricia mi cabeza cuando comienzo a llorar. Besa mis manos.

- No puedo hacerlo... - lloro.

- No debes, no te obligaría a nada.

- No sé cómo se siente hacer el amor, Jade. Jamás lo supe.

- Oye, algún día lo sabrás, nena, no hoy, pero será cuándo te sientas lista, cuándo ni siquiera se te cruce pensarlo.

Respiro un poco menos agitada. Me seco las lágrimas y me reincorporo. Me sonríe.

- ¿Cómo se siente? - pregunto algo temerosa.

- No lo sé. - responde confundiéndome - No lo sé porque jamás lo he hecho. Para mí una cosa es sexo, y hacer el amor otra. Jamás le he hecho el amar a alguien.

- ¿Y James?

- Sexo, princesa, no amor. Sólo hay una persona a la que le haría el amor. - acaricia mis mejillas y me besa.

- ¿Te pusiste nerviosa la primera vez? - le pregunto algo apenada.

- No, no realmente. Y mejor no te pregunto a ti.

- En realidad, ni siquiera podría responder sobre nerviosismo... Sólo fue terror. Jamás he sabido lo que se siente al tener relaciones porque siempre cerraba los ojos y divagaba. Jamás tuve un orgasmo, ni nada parecido. Siempre fue como si estuviera muerta, en parte cada vez una parte de mi moría.

- Conmigo jamás pasaría eso. - responde - Me encargaría completamente de que tú te sintieras amada, esa sería la prioridad.

La miro con afecto. La abrazo mientras huelo su cabello. Sigue usando el mismo perfume.

- Sé que lo único que me darías sería amor, pero tenemos algunos inconvenientes. - hago una mueca.

- ¿Cuáles? - señalo su dedo - Oh...

- No hace falta que renuncies a él por mí.

- No haría falta, Pezz, no renunciaría a él porque jamás lo he sentido mío. Sólo a ti te siento mía, pero me da miedo que tú no lo hagas. - me confiesa.

- El problema es ese, Jade. Me siento tan tuya que me va a ser insoportable verte con él. Y te siento tan mía que no podré soltarte. - respondo.

Pego mí frente a la suya y nos quedamos así unos minutos. Sólo el ruido de nuestros corazones y de nuestras respiraciones. Juego con nuestras narices y beso a ratos sus labios.

Es mía y soy suya.

~♡~

Jade's Pov

Un horrible dolor de cabeza es lo primero que recibo al despertar. Observo el lugar. Está vacío, pero hecho un desastre. Me siento sola. Esperaba ver a Perrie a mi lado esta mañana, pero tal parece que fue un sueño más. Me quedo en el sofá para evitar el dolor. De pronto la puerta se abre para dejarme ver a la hermosa chica de cabello rosado. Sonríe cuando me ve.

- Buenos días. - saluda dejando una charola de café y donas en la mesa de centro. S arrodilla para acomodar la charolita y se gira para plantare un beso en los labios. ¿Es real?

- ¿Sigo ebria o estás aquí? - pregunto sonriendo.

- Para tu mala suerte, soy real y me tendrás que soportar esta mañana. Anda, amor, ven a tomar este café, estoy segura de que lo necesitas.

Me siento en el sofá con dificultad y ella me ayuda a mantenerme estable. Me entrega un vaso y lo bebo. Un delicioso y reconfortante expresso.

- ¿Está bien? - pregunta Perrie.

- Perfecto. - la beso y sonríe.

Desayunamos en silencio, sin poder evitar lanzarnos una que otra mirada. Conforme avanzo el café me siento más despierta y relajada. Eso y el bonus de la presencia de Perrie hacen que me sienta distinta.

- Y cuéntame, ¿quién era el pianista? - le pregunto para sacar conversación.

- Es mi amigo. Me acompaña a todas partes y resultó ser muy talentoso. Él me tiñó el cabello.

- Pues es buen estilista entonces. - le sonrío.

- Yep. - responde mordiendo la dona.

- Pezz...

- Mande.

- ¿Qué pasará después de esto? - me mira pensativa.

- ¿Por qué me lo preguntas? - frunce el ceño.

- Sólo quiero saber qué te gustaría que pasara.

- Dímelo tú. - dice con agilidad.

- Tú fuiste quien me dijo que me alejara. - respondo.

- Yo no soy quién está comprometida.

Bajo la vista derrotada. Sé que no puedo deshacer ese compromiso.

- El problema es, Perrie, que no puedo terminarlo así.

- ¿Cuál es el problema? ¿No dijiste que no lo amas?

- Es más que eso. - respondo. Ella rueda los ojos.

- Eso no es una respuesta.

- Lo sé, pero nadie sabe mis razones.

- ¿Y por qué no me lo confías? - me encojo de hombros - Jade...

- No lo comprenderías.

- En ese caso, te propongo un trato. Démonos un tiempo, lo que tú quieras, así ambas analizaremos nuestros pros y contras, nuestras razones, reorganizaremos nuestras prioridades y sentimientos. Determinaremos una fecha para vernos, si ninguna llega tenemos la respuesta, si solo llega una tendremos otra, si ambas asistimos significa que realmente tenemos que estar juntas.

Analizo sus palabras. ¿Cuánto tiempo será ese? ¿Qué pasará?

- Está bien. - respondo - ¿Qué lugar?

- El lugar en el que me viste por primera vez.

- ¿Cuándo?

- Depende de ti. - contesta.

- 3 semanas.

- Entonces que así sea. - se pone de pie.

- Espera. - me paro detrás de ella y tomo su muñeca.

- ¿Qué? - la beso sintiendo que de no hacerlo algo se perderá.

- Te amo, nena, más que a mi propia vida.

- Lo sé, amor, jamás lo dudé.