Capitulo 21

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Regina

Me desperté con una sensación de dolor y tristeza en el pecho, mire el reloj que se encontraba sobre la mesa de luz. Había pasado más de dos horas y Emma no volvía, me senté y vi a Mery dormida en el diván que se encontraba cerca de la ventana, me acerqué a ella y toqué su hombro suavemente.

-Mery, despierta.

Se quejo y unos segundos después abrió los ojos, miró desconcertada para los lados y se incorporó en el sofá.

-Lo siento, vine a verte por pedido de Emma y te encontré dormida.

-Esta bien, ¿sabes dónde está?

-Supongo que en…

En ese momento la puerta de la habitación se abrió y Emma entró mirando al suelo, sentí como mis emociones aumentaban, algo no estaba bien.

-Mery, David está en su habitación, sugiero que vayas cuanto antes, te necesita.

Sin decir nada Mery salió de allí corriendo, no entendía nada que lo estaba sucediendo pero preferí no decir nada y me acerqué a ella para abrazarla, tenía la mirada perdida y llena de tristeza. La tomé entre mis brazos y la guie conmigo a la cama, me senté contra la cabecera y Emma se abrazo a mi cintura ocultando su rostro en mi regazo.

-¿Em, que pasó?

-Mis padres están muertos.

Una corriente fría pasó por mis espalda, trague grueso, sus palabras me ocasionaron un gusto amargo en la boca. No podía creerlo, realmente las cosas estaban jodidas.

-¿Como?

-¿Recuerdas lo que te conté el día de nuestra boda?

En cuanto nombró el día de nuestra casamiento, varias imágenes del pasado comenzaron a pasar en mi cabeza como una película, debía encontrar una manera de manejar mejor los recuerdos o me volvería loca, cerré los ojos un momento y cuando las imágenes cesaron asentí.

-Jones robo la copia de mi daga hace un mes.

-¿Hablas enserio?

-Para mi desgracia si y la han utilizado contra mis padres.

-Pero puedes traerlos de vuelta.

-Me encantaría pero mi padre me pidió que no lo hiciera, antes de que acabarán con él se presentó ante mí, él sabía su destino.

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Emma Flashback.

Después de dejar a Regina con su esposo volvimos a nuestro hogar, Neal no paraba de darme un sermón sobre lo mal que me había comportado, simplemente evite la discusión y deje que descargara su furia conmigo, más allá de lo que había pasado esa noche con Regina sabía que su enojo mayor era por la desaparición de mis padres. Estacione el Camaro en el garaje y se bajó enfurecido.Yo hice lo mismo y me fui directo al cuarto de baño, después de una larga ducha entré a mi habitación y me recosté en la cama mirando el techo, la cabeza me daba vueltas no paraba de pensar en lo que había ocurrido esa noche, mis padres desaparecidos, los demonios se estaban agrupando cada vez más y para colmo Regina me había besado y de la misma forma que ella lo hacía, me estaba volviendo loca. No sabía que iba hacer eran demasiadas cosas, demasiadas preguntas y ni una respuesta.

No sé en qué momento me dormí pero un tiempo después una suave caricia en mi mejilla me despertó, me levanté de un salto para enfrentar a quien fuera que se atrevió a tocarme de esa manera, la habitación se encontraba en penumbras asique me acerqué rápido a la lámpara de pie y la encendí, mi mandíbula cayó en cuanto ví quien había sido, ese rostro que tanto conocía y a veces extrañaba, estaba diferente pero sus ojos verdes brillaban de la misma forma que recordaba eran como diamantes preciosos, su cabello había cambiado a un color ceniza pero aún conservaba su aura dorada que te hacía sentir diminuto. Dio unos pasos hacia mí sonriendo, su ropa tampoco era la misma de siempre llevaba puesto una camisa blanca y pantalones beige, muy humano para el. Cuando estuve más cerca de mi cruzó sus brazos detrás de la espalda como solía hacer cuando me hablada siendo una niña.

A God loves only once - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora